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Sus cuencas oculares se movieron bajo sus párpados cansados antes de mirar a su alrededor. Con levedad. Casi como si el simple pensamiento de llevar a cabo acciones fuera suficiente para dejarlo exhausto. 

Se estiró en esa cama suave y que le había arrebatado más de un sueño y después, con cansancio, abrió sus ojos encontrándose con la brillantez del día. La luz entraba por las grandes ventanas, además de desprender un aura increíble en pleno enero. 

No fue una sorpresa excesiva el encontrarse solo en la gran cama. Sí lo fue localizar una bandeja con comida a un lado de su mesita de noche. 

Erick se levantó de la cama entonces, agarrando una fresa y pegándole un mordisco mientras sus pies descalzos transportaban el frío del suelo por todo su organismo. 

El pequeño salón que contaba la suite en la que estaba apareció ante su vista y, con ello, la mirada de demasiados hombres cayó sobre él. Fue imposible no ruborizarse, además de que prácticamente se volvió a esconder detrás de la pared que hacía del marco de la puerta. 

Sus ojos se cerraron con fuerza y su corazón se aceleró cuando escuchó unos pasos acercándose a su posición. 

La cabeza de Niall se asomó entonces para recibirlo, y algo en su interior le hizo suspirar con alivio al verlo junto a Chris; que fue el que sin despedirse empujó a los dos y los llevó a un lugar más íntimo dentro de la propia habitación. 

—Buenos días, bombón de licor, ¿Cómo has dormido? ¿Lo pasaste bien anoche? No me digas que la habitación no es espectacular, porque me he pasado toda la noche hablándole a Christopher sobre lo blancas que están las paredes. ¿Crees que podremos encontrar ese tono para la mansión? De tan solo imaginar mi habitación así ya me entra algo. 

Erick se quedó en silencio, sin embargo lo miró con fijación y no evitó apretar sus labios cuando apreció la intensidad con la que Niall hacía todo. 

—Estoy bien, he dormido muy bien… Las paredes, bueno, tienen un tono bonito. 

—Oh no— Dijo Christopher, que ya estaba organizando la maleta para la vuelta a la mansión— No le digas eso tú también, no tendrá fin.

—¡Por supuesto que tienen un tono bonito! Es como angelical… Cuando se lo he dicho a Joel me ha dicho que estaba enfermo por fijarme en eso, pero resistiré en mi intento. ¿Crees que las de recepción me dirán algo si les pregunto? 

Y fue cuando Christopher levantó la cabeza hacia Niall, de una manera lenta y con su ceño fruncido, que Erick soltó una pequeña risita que incrementó al verse en medio de una pelea donde los calcetines volaron por los aires. 

Hubieron insultos por parte de los dos más cercanos, pero Erick solamente los miró desde su posición y se atrevió a comparar la relación con la suya con Richard. 

Ni siquiera duró más de dos horas en el hotel, pues antes de que se quisiera dar cuenta ya estaba dentro de un coche, con Joel a su lado y sin escuchar una sola palabra por parte del alma venenosa. Erick pensó que le había ocurrido algo con él. Tal vez se enfadó por algún motivo que no podía recordar, o tal vez tenía un mal día… No fue capaz de buscar una solución clara. 

Al llegar a la mansión fueron Christopher y Niall los que se encargaron de conducirlo a su habitación de nuevo. 

Su sorpresa llegó cuando, al abrir la puerta de la misma, no se encontró con la habitación vacía que dejó escasas horas atrás, pues ahora había alguien ahí. 

—¡Louis!— Dijo con alegría camuflada en el tono de su voz. 

El alma pura dejó su tarea de admiración en uno de los muebles de madera cuando escuchó su voz. Giró a mirarlo con una pequeña sonrisa que le provocó tiernas arruguitas a ambos costados de sus ojos. Se veía algo sorprendido, pero lo dejó pasar al ver la brillantez que desprendía su sonrisa. 

Landrem || Joerick  Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon