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El sol entraba radiante por el balcón de la habitación. Un ligero viento revoloteaba las cortinas blancas y hacía bailar el pelo de Damien cuando se acercaba por ahí. 

Erick se encontraba cambiándole el pañal a Abby, que miraba todo a su alrededor con una concentración demasiado tierna a sus ojos. Él no se contuvo a dejar un beso en su nariz una vez que terminó, cargándola entre sus brazos. 

La puerta sonó y por pura inercia y costumbre, Damien corrió hacia él aferrándose a sus piernas. Erick le acarició la cabeza antes de dirigirse hasta ahí. 

Cuando abrió, casi le dio tiempo a reaccionar antes de que unos brazos largos lo estuvieran abrazando. 

—¡Pero mira esos ojos, chocolatito! ¡Si hasta la niña los tiene, por el amor de Dios! ¿Y lo mucho que te hemos echado de menos? No hay palabras, ¡No hay palabras cariño! 

—Niall por favor— Se quejó Christopher con aparente frustración— Los vimos ayer. 

—¡Pero se me había olvidado! Damien, mi niño, regálale una sonrisa a tu tío favorito. ¡Lo que te he extrañado, mi pequeño saltamontes! 

Dami soltó una carcajada y se dejó cargar cuando Niall lo arrasó entre vueltas a la habitación, sacándole unas risas que provocaron una sonrisa pura en Erick. Chris negó con la cabeza con desaprobación, pero igualmente entró a la habitación. 

—Louis nos dijo que vendría ahora con Álex. No te imaginas las ganas que tiene ese pequeñajo de ver a Dami. 

—No lo hago, pero créeme que las que tiene Damien son superiores. Es alucinante… 

—Las relaciones dentro de la mafia suelen ser así, desde muy pequeños. Qué no te extrañe que Álex sea de tu familia en el futuro… 

Erick le pegó en el brazo con falsa indignación, sacándole una carcajada a Christopher. 

—¡Mi hijo tiene dos años, Chris! ¡Ni se te ocurra buscarle pareja ya! 

—Solamente prevengo… Tendrás que tener cuidado, los genes están a alto nivel. Mira esta carita, Abigail es hermosa… 

El alma pura giró a mirar a su hija, que observaba a Chris con concentración. En cuanto Chris le tocó la nariz de una manera tierna, Abby le regaló una sonrisa que les arrebató un murmuro de ternura a ambos. 

Sí, definitivamente iba a tener muchos pretendientes para sus hijos. 

Se pasaron la mañana entera ahí, con risas que habían extrañado por ambos puestos e historias para resumir el tiempo en el que no se habían visto. Solamente cuando Louis llegó a la habitación con su hijo, Damien se mostró completamente feliz. 

El abrazo que se dieron los dos infantes fue tan puro, que los ojos de ambas madres se cristalizaron de inmediato. 

Igual no era una idea tan descabellada eso de añadir a Álex a su familia en un futuro… 

Louis pareció enamorado con Abigail, a quien cargó y enamoró con sonrisas brillantes.

Solamente a mediada mañana, cuando Damien y Álex jugaban en el balcón y los adultos conversaban en la mesa, Erick sintió un hormigueo en su pecho al ver que la puerta de la habitación se abría. 

Él le estaba dando un biberón a Abby, por lo que simplemente miró sentado desde una de las sillas como Joel entraba a la habitación, algo fascinado por la gente que estaba a los alrededores. 

—¡Papi, ya has vuelto! 

Damien corrió hacia él sin dudarlo, con Álex siguiéndolo algo temeroso pasos atrás. 

Landrem || Joerick  Where stories live. Discover now