Siempre Tú

Salvando A Su Rey.

Tan pronto abrieron la puerta del dormitorio sintieron una atmósfera oscura llena de tristeza, enojo y melancolía. Vieron a Shen Qingqiu sentado viendo a la nada, sostenía su celular y unos ojos rojos se alzaron para ver a los recién llegados.

-Son ustedes, ¿Cómo les fue en su viaje? -. Era más que obvio que no quería hablar del porqué de su tristeza.

-Bien, pero ¿por qué estas así? -. Wei Wuxian fue el primero en hablar, acercándose para darle un abrazo.

-Se terminó, mi relación acabo-. Fue lo que dijo antes de agarrar una almohada y recargar su cabeza en esta.

-Lo lamento-- Xie Lian no sabía que hacer o decir, era una situación difícil para su amigo, un corazón roto no es fácil de sanar.

-Iré por algo de helado-- Shang Qinghua se apresuró a tomar su cartera y salir sin mirar a alguno de los que se encontraba en la habitación.

Pasaron aproximadamente 20 minutos, Shang Qinghua por fin regresó, sacó un bote grande de helado y se lo paso a Xie Lian mientras él iba por unos cubiertos.

Wei Wuxian preguntó - ¿Helado?-.

-Si, en las películas extranjeras siempre que terminan una relación comen helado y miran películas o sólo platican para sentirse mejor-.

Ninguno de los otros tenía algún argumento en contra, sería bueno animar a Shen con algo de helado y compañía.

Pasaron el resto de la tarde platicando de cosas triviales, hablando del viaje, algunos programas en la televisión, libros, cualquier cosa para distraer a su afligido amigo.

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Shang Qinghua se dirigía a la biblioteca, era algo tarde, Xie Lian le recordó que tenía que regresar un par de libros que tomó prestados o le cobrarían regalías por cada día que se atrasara.

Perdido en sus pensamientos escucho una conversación entre uno de los edificios menos aglomerados del campus, su oído era tan bueno que al acercarse un poco más detectó la voz de su rey.

-No sólo son traidores, también son cobardes, acorralarme cinco contra uno... Puedo vencerlos fácilmente-

-No estés tan confiado-- dijo uno de los tipos que no conocía Shang Qinghua.

Este se asomó con discreción noto como todos ellos tenían navajas en mano y su rey estaba en medio de todos ellos.

El miedo floreció dentro de él, si no hacía algo su rey sería lastimado, pero sólo es un enclenque contra cinco hombres fornidos ¡Lo van a destrozar!, ¿Qué debería hacer?

Se empezó a marear de tantas vueltas que daba su cabeza, sus pensamientos lo aterraban cada escenario que se formó en su mente lo estaban poniendo más nervioso de lo que ya estaba.

Viendo cómo uno de ellos estaba por atacar actuó sin pensar muy bien las cosas, con un tono molesto dijo -Así que aquí estabas... Porque tardaste tanto, sabes que llevo esperándote bastante tiempo, prometiste llevarme a cenar y no me dejaras como a ¡novia de pueblo!-

Ignoró los rostros llenos de confusión de los presentes, jalo de la mano a Mobei quien se dejó guiar por este que llegó a su rescate.

Camino por varios minutos sin darse la vuelta, su mano no soltó a Mobei hasta que llegaron a un lugar con más gente, suspiro y giro su cabeza para ver a su rey.

-No estaba espiando fue una casualidad-. Fue lo que dijo antes de dar un paso atrás.

-Vamos- Mobei dio un paso frente a Shang quien se quedó quieto en donde estaba.