No Puede Ser Malo

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Parecía que la mala suerte de Xie Lian estaba jugando le una mala pasada, primeramente, se despertó tarde provocando que llegase tarde a clase, después por tomarse el tiempo de explicar a un compañero un tema complicado no alcanzo a almorzar, en su trabajo no le fue mejor, parecía que de algún modo la cólera de los dioses se ensaño con él ese día.

Ya bastante cansado salió, solo para percatarse que estaba lloviendo con la intensidad de un diluvio, no traía paraguas, el frío solo lo deprimía más, había tenido un pésimo día y ahora estaba pasando frío y tendría que regresar a su dormitorio bajo esta lluvia.

¿Qué más podía pasar?

Resignado suspiro, estaba por avanzar hasta que un paraguas rojo fue sostenido sobre su cabeza para que no se mojara.

Anonadado giro su cabeza, ahí vio a un joven de abrigo rojo y una sonrisa coqueta que combinada con sus ojos hacían la mirada más hermosa que alguna vez imagino.

Sonriendo dijo -San Lang... ¿Porque estás aquí? -

-Gege vine para invitarte a cenar-. Al terminar de decirlo se quitó el abrigo y lo coloco delicadamente sobre los hombros del otro.

Ambos caminaron hasta llegar al auto de Hua Cheng que no se encontraba tan lejos de su ubicación.

-San Lang hoy pagaré la cena-. Una pequeña sonrisa hizo que el corazón del mencionado se acelerará, pero tuvo que disimular.

-No puedo dejar que haga eso-.

-¿Por qué no?-.

-Yo soy quien te invito, dejaré que pague cuando Gege sea el que me pida una cita-.

Esas palabras hicieron que Xie Lian se pusiera de un tono carmesí, estaba tan conmocionado por esas palabras que por alguna extraña razón lo hicieron emocionarse y querer desear invitarlo a una "cita" solo para pagar por su amabilidad, se sentía tan bien hablando con él, además de guapo, inteligente y amable, era una gran compañía.

Un par de horas después Hua Cheng lo llevó de vuelta a su dormitorio, se bajó del vehículo para ayudarlo a salir extendiéndole una mano.

Sujeto la mano del otro por un largo rato, si alguien los viera pensarían que eran una linda y amorosa pareja de enamorados que no se querían separar uno del otro y quizá era lo que sentía alguno de los dos, pero no era momento para decirlo.

-Gege, aunque no quiera debo irme, puede que quieras descansar... No le quitaré más tiempo que tenga una hermosa noche y espero que mañana nos volvamos a ver- esto último lo acompañó de un beso en el dorso de la mano de Xie Lian.

Xie Lian se despidió y se adentró al edificio, miró un par de veces antes de desaparecer de la vista del joven que tenía una sonrisa de placer en el rostro.

Un día turbio y agotador, terminó con una linda cena con la compañía perfecta para que un gesto tan pequeño se sintiera como mariposas en el estómago revoloteando en un día de primavera.

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Jun Wu preocupado tomo de la muñeca a Xie Lian quien estaba solo sentado en el pasto de uno de los jardines principales y también uno de los más grandes del campus.

-Espera, ¿A dónde vamos? -. Fue lo único que dijo, pero no recibió respuesta alguna.

Ya un poco calmado Jun Wu tomó por los hombros a Xie Lian y dijo -¿Qué relación tienes con Hua Cheng?- su voz era dulce pero algo no cuadraba con su pregunta.

-¡Ah!. ¿Hua Cheng? - Xie Lian parecía confundido.

El gesto pensativo de Xie Lian hizo que Jun Wu tuviera que explicar toda la situación en la que el otro se encontraba.

-Si Hua Cheng el tipo con el que fuiste a un restaurante ayer por la noche, ese Hua Cheng-.

-¿San Lang?-

-Vaya, por lo visto te ha estado mintiendo ese joven- suspiro y continuó -No me sorprende el por qué le hablas-.

-No me mintió... Solo que no entiendo el por qué me estas preguntando por él-.

-Enserio A-Lian, ¡él es peligroso! Deberías alejarte-.

Xie Lian ladeo un poco la cabeza, porque alguien tan bello y amable como San Lang es peligroso ¡no tiene sentido!

-A-Lian, no te lo digo porque este celoso o algo parecido, es solo que el es dueño de un casino que tiene rumores de hacer cierto tipo de "negocios"-Tomó la barbilla de Xie Lian para que este lo viera a los ojos. -No quiero que salgas herido por culpa de él-.

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Confundido Xie Lian trataba de recordar la dirección de aquel casino, aunque confiara ciegamente en Jun Wu, no quería aceptar el hecho de que ese lugar era manejado por una persona tan atenta como San Lang.

De alguna manera llegó hasta aquel lugar, armándose de valor entró por aquellas puertas.

Uno de los guardias que se encontraban ahí le dijo -El casino abre formalmente en unas horas más, puede regresar después-.

Xie Lian algo avergonzado dijo -No, no vengo al casino como tal... Más bien vengo a ver al dueño--

-¿Tiene alguna cita con él?-.

-No, pero necesito hablar con él- Xie Lian llevo una mano hasta su mentón pensaba en el porqué de estar en ese lugar solo para comprobar si en verdad era dueño o no.

-Déjalo pasar-- se escuchó.

Xie Lian no sabía si reír o llorar al percatarse de que aquella voz provenía del joven que los atendió ese día.

Sin más que decir, Xie Lian avanzó hasta donde se encontraba le dijo que estaba ahí para ver a Hua Cheng y este lo llevó hasta la oficina.

Tocó un par de veces y entró, su corazón se aceleró cuando vio a Hua Cheng sentado y revisando algunos papeles que estaban sobre su escritorio ¡era verdad!

Xie Lian no era el único conmocionado, pues Hua Cheng levantó su rostro y vio parado en la puerta a su Gege, este tenía una cara de asombro, cosa que hizo que se agitara un poco ¡cómo se enteró! Sus amigos son unos chismosos que le contaron a la primera.

-Gege déjame explicar...-

Xie Lian relajo su expresión, sonrió antes de hablar -Así que eres dueño de este lugar-

-Si-.

-Es muy lindo-. Dijo acercándose al escritorio. Lo pensó durante todo el camino y que, si Hua Cheng era dueño de ese lugar, eso no significa que sea algo malo además, eran solo rumores los que rondaban por las calles.

-Gracias- Se levantó y dijo -Estaba por ir a comer algo ¿Quiere Gege acompañarme? -.

Xie Lian recordó que quería ser él quien lo invitará, así que se decidió rápido y dijo -Y si mejor cocino algo par a ti, San Lang-.

-Me encantaría- dijo con una sonrisa.

Siempre TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora