Las reglas del juego

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Geten suspiró exhausto y algo aliviado de que nada grave hubiera pasado. Tú tratabas de que tus asustados compañeros se tranquilizaran, aunque con poco éxito.

Dabi los analizaba a todos con la mirada fría, apoyado en la pared. Hizo un globo de chicle.  Después de lo cual se acercó a Verónica con cautela. Le devolvió el teléfono que supuestamente había quemado pero que en realidad tenía en su bolsillo.

《Por favor que no haya visto el fondo de pantalla. Debí bloquearlo》, pensó la morena palideciendo. Lo tenía a él de fondo de pantalla, haciendo una pose kawaii en un fondo rosa.

—No lo quemé, te mentí.—le dijo Dabi, mientras le entregaba el aparato.— Interesante fondo…

—Ehm, es que tu eres interesante. —respondió ella sonrojada.

《Que dije…》

—Si te parezco interesante, es porque tienes un gusto horrible. —levantó una ceja.

Hubo un estruendo muy cerca. Geten y Dabi se miraron. Sabían de que se trataba.
Un portal se abrió lentamente en frente de todos.

—Saludos a todos. —habló un hombre de alrededor de treinta que vestía un esmoquin blanco y negro, recordando a una pieza de ajedrez y un sombrero de copa pequeño. Con sus ojos verdes gatunos y energéticos apuntó a los dos villanos. — Soy Jo; el vigilante. El usuario del quirk de los portales.

—Eres una persona entonces. —comentó Dabi, algo sorprendido.

—¿Eres tú el que me habló desde el portal aquella noche? —preguntó Geten.

—No, no. Ese es mi maestro; le gusta hablar un tanto extraño. —sonrió— Y antes de que, Touya intente lanzarme una bola de fuego, más me vale que les explique por qué están aquí.

《¿Qué ahora todos saben mi nombre real? Nadie respeta mi privacidad.》

—¡Explícate, pedazo de basura! —gritó el Todoroki perdido.

—Mocoso insolente, deberías respetarme. Podría enviarte a una dimensión en la que no haya oxígeno a ver que tal te va. —Amenazó quitándose un guante y de inmediato abriendo otro portal. Pero luego del silencio de Dabi, lo cerró— Así está mejor. Mi maestro y yo nos propusimos atacar a los villanos deshaciéndonos de los más fuertes. Ustedes no son los únicos que están en  esta situación en este momento. Mi deseo hubiera sido eliminarlos a todos, sin piedad. Pero mi maestro insistió en que en algunos de ustedes había “algo”  que salvar.

Dabi soltó una carcajada ante la teatralidad del desconocido.

—He de deducir que tu risa incrédula es porque no hice desaparecer a los malos héroes con los villanos.

—Supones bien. Cuando mi padre nos golpeaba nadie estuvo ahí para enviarlo a un lugar sin oxígeno.

—Discurso de niño traumado que cree que una niñez difícil es un permiso para hacer cosas malas. —objetó Jo.— Deberías aprender más de tu hermano Shoto. A pesar de que sufrió igual que tú no se la pasa quemando todo lo que toca.

Geten se rió para sus adentros.

—Pero tranquilo, al héroe Endeavour le espera una pequeña sorpresita…

—¿Por qué estamos aquí exactamente, Jo?  —preguntó Geten exhalando hielo— ¿tu maestro quiere castigarnos?

—No. Los traerá de vuelta cuando crea que están listos. Hasta entonces, no hagan nada estúpido. Si lastiman a alguien de este mundo no volverán al suyo. Es promesa. Sigan con sus “villanías” y les prometo que los sacaré del tablero. La reglas del juego están puestas y ustedes son los peones. —dijo, mientras desaparecía en su portal.

《Quiere que se rediman.》, pensaste tú.

◇◇◇

—Esto es ridículo. —afirmó Dabi.— Nos quieren matar alrededor de personas comunes. Que asco. Yo me largo.

—¿Qué se supone que vas a hacer ahora?  —preguntó Geten.

—De  seguro está pensando en formar su propio imperio criminal. —dijiste tú, cruzándose de brazos.

—Acertaste. —te contestó. —eso es exactamente lo que pienso hacer.

—¡También estas sordo! No podremos volver si lastimas a alguien de este mundo. No seas estúpido , llamas azules, ¡no me condenarán por tu culpa! —le advirtió Geten.— Escucha, no me agradas y es claro que yo tampoco. Pero nuestras acciones nos afectarán a ambos. Somos ratas de laboratorio para estas personas. Si quieres volver a tu vida antes de esto, haz un esfuerzo por controlar tu sed de venganza.

Dabi frenó en seco. El enano tenía razón  y eso era terrible.

—Y qué propones, ¿que en vez de robar me ponga a trabajar de mesero? A los comensales les darán ganas de vomitar al verme. —dijo mientras volteaba a verlos.

—Oye, ayudé a Geten a establecerse aquí mientras tanto. Podemos ayudarte a hacer lo mismo, y sabes ser una persona común aunque sea por un tiempo corto. Además estas demasiado herido para seguir usando tu quirk. —le dijiste tú.

—Dudo que alguien en este mundo quiera ayudarme. Además de ti, niña. —sonrió. — Las personas siempre han creído que soy un monstruo, así que me convertí en uno. No he sido otra cosa desde hace mucho. Ser alguien decente y recto no es algo que se me de bien.

Verónica soltó una lágrima. No sabía si era por la ansiedad o la emoción. Luego se acercó a Dabi lentamente con la mirada fija en los ojos turquesa de él. Él le devolvió la mirada un tanto extrañado.

—Sé que no me conoces. Pero yo a ti sí. Desde la primera vez que supe de tu existencia supe que eras un corazón roto y deseé demasiado que tuvieras una oportunidad de retomar tu vida…de ser feliz. Si puedo hacer algo para que dejes de sentir tanto odio e ira por las personas que te hicieron daño, lo haré.

—Esto es un complot para ponerme sentimental. Todos en este mundo son tan raros y empalagosos. —retrocedió incómodo. — Ustedes ganan. Intentaré controlarme.

Tu sonreíste y Verónica también.
Geten y Dabi estrecharon las manos.

—Es un trato entonces, llamas azules.

—Ya que quieren ganarse la vida honradamente les puedo conseguir trabajo a ambos. —dijo Verónica, interrumpiendo. — Mi familia tiene influencia en la ciudad, una línea de jugueterías y librerías.

《Esto debe ser una broma》,pensó Dabi rodando los ojos.

—Hay un puesto disponible en la librería que está a dos calles de la escuela y Dabi…pues como no aceptarán a alguien tan mayor  en la escuela, tendrás que ir a…una tienda de peluches en la que trabajan mi prima y mi tío.

—Matará a los niños del susto. —afirmó Geten, sin miedo.

—Créeme que eso no me importa. —contestó Dabi.— Y no soy viejo niña, tengo veintidós recién cumplidos.

◇◇◇

Iván y Raúl caminaron callados en dirección a su casa. Acababan de amenazarlos para que guardaran silencio sobre todo lo que vieron.

—Les dolerá mucho si hablan. —les había dicho Geten, empuñando las manos como un bad boy. — Y en clase deben hacer como que nada pasó...


Ice cream ( Geten y tú) bnha Место, где живут истории. Откройте их для себя