17. Ascención (Lan XiChen y Jiang Cheng)

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Desde Yummeng se puede observar un extraño resplandor proveniente de Gusu. Todos se espantan cuando los restos de un violento retumbar llegan a sus oídos. Algo ha ocurrido y si se puede apreciar estando tan lejos, significa que fue un evento de magnitudes exorbitantes.

Jiang Cheng tiene el impulso de ir, de agarrar su espada y volar en ese mismo instante hasta el receso de las nubes, pero no puede, no es lo correcto. Se conoce que Yummeng Jiang y Gusu Lan son sectas aliadas, pero a los ojos del público, sus líderes no son tan cercanos como para preocuparse de sobremanera el uno por el otro.

Pero ahí está Jiang Cheng, tamborileando los dedos contra el escritorio, emanando ansiedad por cada poro de su cuerpo, esperando, deseando, rogándole a los cielos, que llegara una carta de Lan XiChen explicándole que había ocurrido y que se encontraba bien, pero nunca llegó.

El viento destruye el típico peinado de Jiang Cheng. Una semana había sido demasiado y ahora está tan enfocado en llegar, que no se molesta en esquivar las nubes. La ficha de jade le permite pasar directamente a Gusu y al llegar baja de su espada para no causar tanto alboroto.

Camina apresurado en dirección al Hanshi, dejando un río atrás de él. Está empapado, despeinado, incluso la corona con la que adorna su moño se le ha caído. Siquiera se molesta en saludar a los discípulos con lo que se cruza, estos a penas lo ven se alejan alarmados, tal vez para avisarle a sus superiores que el líder de secta Jiang los ha visitado de improviso.

Su camino es interrumpido por Lan WangJi. Normalmente no se habría detenido así lo amenazara con Bichen, pero realmente el hombre luce diferente, parece como si su piel irradiase luz propia.

—Apártate.

—¿Qué haces aquí? —pregunta WangJi aun bloqueándole el camino.

—Vengo a ver a Zewu-jun. —Lan WangJi hace una mueca imposible de comprender.

—No.

La paciencia de Jiang Cheng se agota e intenta rodear al hombre para seguir con su camino, pero un brazo lo detiene.

—No puedes.

El ceño de Jiang Cheng se frunce y aleja a Lan WangJi con un manotazo. —No me-

—Jiang Cheng. —La voz de Wei Wuxian irrumpe. —Te explicaré que-

—Wei Ying. —Lan Zhan interrumpe. Por breves momentos los esposos se hablan con la mirada.

Lan WangJi suspira. —No está.

Jiang Cheng lo mira confundido y como si le acaba de leer la mente, Wei Wuxian habla. —Vamos a charlar a otro lugar.

—No, explícame en este mismo instante, que sucedió. —Demanda con más desesperación que rabia.

Wei Wuxian se nota visiblemente incomodo tratando de encontrar las palabras correctas y el anillo de Jiang Cheng comienza a brilla. Estaba llegando a su límite. ¿Qué había ocurrido? ¿Por qué les cuesta tanto decirle?

Finalmente, Wei Wuxian suspira. —Hace aproximadamente una semana, Lan Zhan y el hermano XiChen ascendieron.

Jiang Cheng no comprende por qué se lo cuenta de esa forma tan... triste, mucho menos entiende la sombría expresión que Lan WangJi carga en el rostro. ¿No se supone que ascender a la inmortalidad es algo bueno? ¿No debería estar felicitando a ambos en este momento? ¿Por qué tiene la horrible sensación de que no le va a gustar la respuesta?

A medida que Wei Wuxian le explica con detalles que fue lo que sucedió, la expresión de Jiang Cheng cambia de forma camaleónica, de confusión a tristeza, de rabia a desesperación, mientras Zidian echa repentinos chispazos, danzando junto a las emociones de su dueño.

Ahora Lan WangJi es quien no entiende ¿Por qué Jiang WanYin se ve tan afectado? En primer lugar, ¿por qué vino sin avisar, llegando con ese aspecto? Sera... Lan WangJi cree tener un momento de epifanía.

No, imposible, su hermano le dijo... No, su hermano no le dijo nada sobre sí mismo, solo le dijo la razones por las cuales él debía volver a la tierra, no comentó si él también tenía las suyas. Conociéndolo, su hermano se las había guardado para hacerlo sufrir menos.

Jiang Cheng finalmente se rompe, se desborda en lágrimas sin importar que su hermano y su cuñado queden de testigos. Quiere culpar a Lan WangJi por no evitar que su hermano se quedara atrapado en el cielo, pero también conoce a Lan Huan, sabe que nada lo habría hecho cambiar de opinión, siempre ponía la felicidad de su seres queridos frente a la del él, especialmente la de su hermano.

Wei Wuxian no puede soportar ver a su hermano en ese estado. Es como si el Jiang Cheng sin núcleo estuviera frente a sus ojos. Se arrodilla para quedar a su altura y milagrosamente no lo aparta cuando lo rodea con sus brazos. Lan WangJi sabe que sobra y los deja a solas, alejándose silenciosamente.

—Si tan solo yo... si tan solo no hubiese sido tan cobarde —Su voz es interrumpida por sus intentos fallidos de respirar con normalidad, mientras sus lágrimas continúan humedeciendo la túnica de Wei Wuxian —Pensé que lo sabía... Si tan solo hubiera sido mas claro.

Wei Wuxian había notado desde hace tiempo los sentimientos de su hermano hacia Lan XiChen y también sabía que estos no eran unilaterales. Por eso se extrañó cuando Lan Zhan le explicó que él mismo había decidido quedarse. Ahora lo entiende, probablemente ninguno de los dos había hablado abiertamente sobre lo que realmente sentían.

A Wei Wuxian le duele, le duele ver a su hermano así de roto y aunque deseara consolarlo y prometerle que encontraran alguna forma de solucionar todo eso, sabe que es imposible. Así que se limita acariciarle el cabello, dejando que se desahogue todo lo que quiera.

Una vez más, la vida le había quitado a Jiang Cheng algo preciado y una vez más, él se siente totalmente culpable.

MXTX One-shots (Cultivatober 2020)Where stories live. Discover now