UNDERWORLD ♛ DEREK HALE

29: Latidos desconocidos

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Derek Hale estaba quedándose sin opciones. Por una vez en su vida, quería tener una ventaja ante una posible amenaza, pero lo poco que tenía era un par de horas para poder descifrar todo el conflicto de Deucalion antes de que más personas murieran. Parte de él sabía que si Erica si estaba muerta como dijo Isaac en la clínica veterinaria, iba a tener que hablar con Persephone. Sabía que ella se había encariñado mucho con la adolescente y merecía conocer el paradero final de Erica. La otra parte de él deseaba que Erica estuviera viva para evitar tener que ir en búsqueda de su novia.

«Exnovia», se recordó con amargura.

Aunque todavía reconociera a Persephone como su pareja, sabía que ya no estaban juntos. Estaba seguro de que esos meses en los que no tuvieron ningún tipo de acercamiento solo hacían más permanente su ruptura. Muy a su pesar, si ella quería que fueran de esa forma las cosas, entonces la dejaría ir. Si eso era lo que Persa deseaba, simplemente tendría que aceptarlo y dejarla ir.

Mientras tanto se quedaría esperando a que Persephone diera el paso. Fue decisión de ella a fin de cuentas, aunque su paciencia se estaba agotando. Hace unos días cuando tatuó a Scott, se dio cuenta de que ambos estaban en una situación similar, detalle que lo hizo empatizar con el adolescente por primera vez en mucho tiempo. Ambos estaban esperando a que las chicas de las que estaban perdidamente enamorados tomaran el paso para arreglar lo que tenían.

Scott tenía razón. Sí se sentía como una herida abierta.

Pero esa noche tenía que sacarse a Persephone de la cabeza. Tenía que estar enfocado en sacar a Boyd y a... la persona que lo acompañaba de la bóveda en la que estaban encerrados antes de que los mataran. No podía tener espacio para estar sufriendo por ella.

Mente clara y enfocada. Eso era todo lo que necesitaba y lo que se encontraba repitiéndose constantemente mientras le abría la puerta del loft a Stiles y a Scott. Eran los únicos que estaban dispuestos a ayudar, ya que Peter había salido a hacer Dios sabía qué. Aunque tampoco era que estaban excesivamente accesibles porque llevaban días ligeramente callados cuando Stiles era una persona que nunca se callaba.

Stiles dejó su mochila en la mesa cercana al ventanal y comenzó a sacar planos del banco mientras intercambiaba miradas incómodas con Scott.

—Ya para —masculló Stilinski, sacando el último plano.

—¿Qué demonios les pasa a ustedes? —interrogó Derek con irritación.

—Nada —contestó Stiles inmediatamente y Derek pudo escuchar su corazón acelerarse con la mentira—. Presta atención porque no pienso repetir esto. ¿Ves esto? —Señaló un ducto en el plano del banco con un marcador rojo—. Por aquí entraron los ladrones. Es un ducto de aire acondicionado que está en el techo. Va por dentro de una pared de la bóveda, que está aquí. ¿Vale? —Hizo un círculo alrededor de la palabra "bóveda"—. Bajaron a uno de los ladrones en este conducto. Ahora, este espacio es tan pequeño que le tomó doce horas taladrar la pared, que es de piedra, por cierto. Durante el resto de la noche, extrajeron el dinero al techo por ese túnel en la pared. Boom.