Verdades al descubierto

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Como saben Glee no me pertenece (si asi lo fuera la temporada quinta y sexta hubieran sido muy diferentes)... Dejen sus comentarios

32. Verdades al descubierto

Te prometo que no volveré a insistir.

Arrugó bajo su puño el pequeño trozo de papel que esa mañana le había escrito la joven Fabray durante la clase.

La habitación estaba prácticamente a oscuras como oscuro sentía su corazón. Apoyada en el respaldo de su cama con las piernas encogidas y rodeadas por sus brazos, Rachel dejó que las lágrimas recorrieran su rostro hasta agotarse.

Le dolían los ojos ya hinchados, le dolía la cabeza después de una tarde de llanto, le dolía el pecho que subía y bajaba sin control, pero sobre todo, le dolía el corazón. Había leído esa nota tantas veces que podría recitarla de memoria. Sabía que con leerla una y otra vez no hacía otra cosa más que causarse dolor. Pero deseaba encontrar algo más en esas escasas líneas que una renuncia por parte de Quinn, una renuncia que había deseado desde hacía meses.

Acababa de dejar ir a la única persona que le había importado de verdad, la única con la que querría pasar y compartir su vida. Hasta esa misma mañana estaba prácticamente segura que el alejarse de Quinn era lo mejor, pero ahora no estaba tan segura. Lo cierto es que en ese instante no estaba segura de nada.

No he dejado de darle vueltas durante toda la noche. Estoy preocupada por ti y me gustaría poder ayudarte. Espero que confíes en mí si no es como novia, espero que si como amiga. Siento si te he presionado estos últimos meses. Te prometo que no volveré a insistir. Si lo que quieres es que seamos amigas eso seremos. Pero espero que al menos así pueda ayudarte.

-Como duele quererte, Quinn Fabray- murmuró, minutos antes de quedarse dormida-

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No hacía ni diez minutos que sus amigas se habían marchado por lo que ellas fueron su primera opción cuando llamaron al timbre esa noche.

'Seguro que Marley se ha olvidado algo' sus labios formaron una sonrisa al recordar el rostro de su despistada amiga.

Pero en ningún momento imaginó que esa repentina visita fuera ella, Brittany. La sonrisa de su rostro desapareció dando paso a una expresión de sorpresa a la par que los labios de la chica se curvaban.

Durante el camino hacia la casa de Santana había pensado distintos comienzos en los que explicar lo que sentía, pero al ver sus profundos ojos negros la mente se le quedó en blanco y durante unos segundos pensó que había dejado de respirar. Tenía tanto que decirle, tanto que explicarle... Pero finalmente, haciendo honor a la determinación que la caracterizaba, lo resumió todo en dos palabras. Dos palabras espontáneas pero sinceras.

-Te amo- murmuró, con los ojos centelleantes-

La joven Lopez volvió a sonreír, pero esta vez fue una sonrisa diferente, dulce, sincera. Dejándose llevar por la situación y por las ganas que tenía de besarla, la cogió de la mano y la atrajo hacia ella recibiéndola entre sus brazos.

-Santana, yo...-comenzó Brittany, pero la latina la detuvo acariciando sus labios con el dedo-

-Calla-pidió antes de besarla con ternura- No necesito saber nada más.

Permanecieron abrazadas durante varios minutos, sintiendo el calor que desprendía la otra. No les importaba nada ni nadie, no ahora que por fin estaban juntas.

Santana se sentía feliz y completa. Siempre había sabido lo importante que Brittany era para ella, pero jamás se imaginó que lo fuera hasta ese extremo. La quería y la necesitaba y era capaz de cualquier cosa con tal de tenerla a su lado, entre sus brazos.

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