Veinticuatro

496 59 0
                                    

Hambre, sueño y pereza me describían perfectamente hoy. 

No había podido dormir bien de tanto pensar en las palabras de Sowon, últimamente he bajado de peso de nuevo, mis piernas están más flacas y mis mejillas están desapareciendo. Siempre he tenido buena forma física y mis mejillas siempre fueron rellenitas como las de una tierna ardilla; ahora que lo pienso ¿Cómo nos tienen miedo a Bin y a mí, si somos tiernos por tantas mejillas?

Mis padres habían ido a pasar dos meses en nuestro país natal, tenían que ver cómo estaban mis hermanos y darle vueltas a la casa, sí, un poco inesperado, así que ya se imaginarán con el papel tan importante que quedó Chan.

— ¿En serio no te gustan las gomitas? ¿En serio eres humana?—exclamó Changbin soltando una gran carcajada, rodé los ojos ante tanto escándalo por parte de esos dos.

—Sí...—respondió So Ri suavemente, tenía una voz tan pacífica que resultaba tierno.—Siento que son muy viscosas.

—Entiendo, bueno... Cada quien tiene sus gustos, yo lo respeto—sonrió mi amigo, ambos se miraron por un largo tiempo. 

Suspiré sintiéndome mal tercio, habían estado así de extraños desde ayer.

So Ri me había salvado, ella estaba en el gimnasio descansando cuando escuchó al grupo de Sowon, al verme fue a avisarle a Changbin. Estoy muy agradecida con ella por eso, aunque menos mal que la loca no hizo nada más que tirarme un balde de agua fría encima.

—Ya dale un beso, Seo—solté con diversión, ambos se sonrojaron y miraron a otro lado nerviosos. Reí levantándome de allí y caminando hasta mi salón, ya el timbre había sonado.

Antes de entrar, mi corazón dio un saltito al ver a Kim quien venía, tristeza me invadió al recordar lo de ayer. Él sonrió alzando su mano como saludo, pero yo sólo lo ignoré y entré dejándolo allí. Caminé hasta mi respectivo puesto, saludando a Félix y observando la ventana.

—Channie me dijo lo de sus padres—miré a Lee, él escribía algo en su cuaderno.—Nos invitó a hacer una pijamada este sábado...

—Sí, ya me dijo—sonreí de lado, miraba con atención su rostro, tenía unas lindas pecas, era muy guapo, lo más tierno era que tenía las mejillas algo coloradas.— ¿Te gusta mi hermano?

Él abrió los ojos al tope y me miró, comenzó a balbucear cosas incoherentes haciéndome reír.— ¿Por qué crees e-eso?

—No sé—me encogí de hombros, pasé una mano por su cabello acomodándolo un poco.—Eres muy tierno, Lixie... Y un buen chico, no tendría problemas en que fueras mi cuñado—le guiñe un ojo, él sonrió nervioso y negó.

Quité mi mano de su cabello y me dispuse a copiar lo que el profesor ponía en el pizarrón.

—Seungminnie no ha dejado de vernos... Siento que me quiere matar con la mirada, ¿sabes?—habló sin despegar la vista de su cuaderno, sólo asentí.

Sabía que nos estaba mirando, su mirada era tan penetrante e intensa, pero no quería verlo. Me sentía mal por hacer esto, pero era por su bien, ya no quería meterlo en problemas por mi culpa. Sólo seguí copiando, sin alzar la vista de mi cuaderno.

(...)

Comía tranquilamente de mi almuerzo, los chicos hablaban sobre deportes y otras cosas mientras que yo sólo comía en silencio, sumida en mis pensamientos.

—Jinnie, ¿Cómo vas con Lú?—preguntó Jisung curioso, todos lo miramos.

Él sonrió nervioso y suspiró encogiéndose de hombros.

—Es una buena chica, ha estado acompañándome a mis entrenamientos y nos llevamos bien, es muy tierna—todos comenzamos a abuchearlo, haciéndolo sonrojar.

— ¡Jinnie se enamoró!—se burló Minho soltando una risita, le metí un codazo debido a que estaba a mi lado.

— ¡Basta!—se quejó haciendo puchero—No sé si estoy listo para otra relación...

—Te entendemos, Hyunnie—hablé metiendo un bocado a mi boca— ¿Sabes? No ha dejado de mirarme como si me quisiera asesinar, me alegra que te hayas alejado de ella. Lú parece una buena chica, no desaproveches esta oportunidad, pero si necesitas tiempo para ti, está bien—sonreí

—Ella tiene razón, nosotros nos alegramos de que hayas terminado con Hara-Noona. En serio era una lunática...—susurró JeongIn

— ¿Y ustedes para cuando?—preguntó Félix a Changbin y So Ri, la habíamos invitado a sentarse con nosotros.

— ¡Yah!—gritó Changbin avergonzado, todos reímos ante sus caras todas rojas.

—Hacen linda pareja—opinó mi hermano, todos asentimos.

— ¡Seungmin-a!—saludó Minho a Kim, quien venía en nuestra dirección con una bandeja.

Maldije por lo bajo, Changbin tomó mi mano.

— ¿En serio les harás caso a esas locas?

—Tengo que hacerlo...—susurré mordiendo mi labio inferior

—Te costó mucho dejar la timidez para hacerle saber que te gustaba—habló con cierta molestia, quité su mano de la mía.

— ¿De qué hablan?—preguntó Hyunjin confundido, todos nos miraban curiosos.

Miré a Seungmin quien se sentó junto a nosotros, me levanté rápidamente y hui de allí.

¿Qué si era una cobarde? Puede ser.

Suspire viendo el panorama, tenía tiempo sin venir a la azotea; mi vida había cambiado tanto desde la llegada de Félix, él fue el que unió a nuestro grupo. Sonreí viendo que no todo había cambiado, a excepción de nuestro grupo, los demás seguían igual.

— ¿Por qué me evitas?

Inmediatamente me giré a ver a la persona que habló, Seungmin se acercó a mí, con el ceño levemente fruncido y las manos dentro de su chaleco escolar.

—No te evito—negué viendo mis zapatos

— ¿Es por lo de esa noche?—inquirió en tono bajo, lo miré y parecía algo nervioso.

Suspiré—Oye, Kim. Lo siento, siento haberte metido en tantos problemas... Pero ya no tienes porqué soportarme más.

Él frunció sus cejas con confusión— ¿A qué te refieres? ¿Me vas a dejar de seguir luego de todo lo que has hecho?

Asentí—Sí... Se acabó, Kim.

— ¿Cómo así...?—susurró con temor, se sentía tonto, pero tenía miedo de escuchar que lo dejaría.

— ¡Que no me gustas! ¿Ok? Sólo fuiste un juego, hice todo eso para divertirme ¡Nunca me gustaste!—soltó algo agitada, tenía unas ganas inmensas de llorar, no quería decirle eso.  

Su corazón decía a gritos otra cosa...

—No te creo...—bufó apretando los puños—Veo que después de todo, si eres una cobarde...—dichas esas palabras se fue, Christel no aguantó más y cayó de rodillas al piso.

Lloraba de la rabia, se odiaba por haberle dicho esas mentiras a quien quería ¿Será que su destino es quedar soltera con cien gatos? 

El amor es tan complicado...

Complicated... [Kim Seungmin]Where stories live. Discover now