Complicated... [Kim Seungmin]

Treinta y Cuatro

Había estado llorando silenciosamente desde hace una hora, los oficiales que pasaban me observaban y susurraban sobre mi.

'Tumbó a su amiga por las escaleras'

Eso era lo que estaban diciendo sobre mi, todos.

Odiaba que esta pesadilla se estuviera repitiendo. Recuerdo que la ambulancia llegó, con ella la policía quienes me trajeron a la estación como si fuera una criminal; la mirada de duda y desprecio por parte de Changbin me tenía mal, la mirada asustada de mis amigos me destrozaba.

Mis padres habían llegado hace unos cinco minutos atrás, aún tenían que hacerme unas preguntas y monitorear las cámaras de seguridad del instituto. Lo malo, es que ese lado de las escaleras no tenía cámara. Esa maldita de Sowon lo había planeado todo bien.

La celda fue abierta, miré a la oficial quien me hizo señas de que la siguiera. Suspire levantándome lentamente, ella sacó unas esposas y me las puso en las muñecas.

—Sólo por si quieres escapar—dijo chasqueando su lengua.

— ¡Christel-shi!

Mi corazón comenzó a latir con fuerza al escuchar aquel grito, miré a Seungmin quien corrió hasta llegar a mí. La señora se puso en alerta.

— ¿Por qué la esposa? ¡No es una criminal!—exclamó con molestia, tomando mis manos para acariciarlas.

—Sólo es por si acaso—contestó la mujer

—Pero ella es una menor, ella—

—Ya basta, niño. Sólo hago mi trabajo, ella es sospechosa aún.

— ¡Pero ella no lo hizo! ¡Jamás haría algo tan atroz!

Sonreí con tristeza y apreté su mano.

—Minnie... Basta, estaré bien.

Él suspiró con pesar y besó mi frente, seguí mi camino, detrás de aquella oficial.

Abrió la puerta, poniéndose de lado para dejarme pasar. Era una habitación pequeña con una mesa en el medio y un cristal unidireccional en una de las paredes.

¿Esta era la sala de interrogatorio?

Creí que sólo la vería en novelas y películas...

Luego de un rato, entró un señor, algo mayor pero guapo. Se sentó en la silla frente a mi y suspiró tomando unos papeles.

—Señorita Bang, tienes un historial un poco complicado...

—No le hice eso, no seria capaz. Ambas son mis amigas...—susurré viendo mis manos

—Lo sabemos, pero en ese lugar no hay cámaras como para asegurar que no fuiste. Además de que hay testigos.

— ¡Esas chicas lo planearon todo! Ellas intimidaban a mi amiga, ellas fueron, no yo.

Mis lágrimas salieron, esto se sentía demasiado injusto.

—Por ahora estamos investigando, Señorita Bang. Este caso es delicado—rascó su ceja derecha, observando aquellos papeles.

—SoRi... ¿Está bien...?

—Sí, sólo tiene una contusión en la cabeza. Nada grave, aunque aún no ha despertado.

Suspire de alivio, tenía miedo de perder a alguien más.

—Por los momentos, te quedarás aquí. Si tienes hambre, sólo me dices y ya.

— ¿Cree que tengo hambre con todo esto?—cuestioné soltando una risa sin gracia, él suspiró saliendo de la habitación.

Y de nuevo, yo me puse a llorar. Sólo deseaba que esto fuera una pesadilla.

No sé cuántos minutos pasaron pero fueron eternos, el estar encerrada en esas cuatro paredes era sofocante.

—Sólo unos minutos.

La puerta se abrió, Minho me sonrió dulcemente y corrió a abrazarme.

—Me alegra que estés bien...—susurró sobre mi hombro

—Honnie... Yo no fui, —sollocé aferrándome más a él.

—Lo sé, ChriChri. Sé que no serias capaz—besó mi frente, rodó la silla hasta mi lado y se sentó para tomar mis manos.

—Esa estúpida de Sowon usó a SoRi para ganar mi confianza...

— ¿Qué? ¿O sea que ella fingió todo este tiempo?

—No sé, pero eso parece... No la dejé explicar, —sorbí mi nariz.

— ¿Qué fue lo que pasó?

—Ya se lo conté a los oficiales pero aún no me creen. Sowon me llamó, allí estaba SoRi y discutí con ella por lo que hizo... Luego una de las secuaces de Sowon me tomó del brazo para hacerme caer pero SoRi lo evitó y cayó...

—Todo esto va a pasar, Chris. No te preocupes...—sonrió apretando levemente mis manos.

— ¿Y Bin...?

—Está en el hospital con SoRi... No ha dejado de llorar.

—Él me odia, —sollocé tapando mi cara con mis manos.—Me miró de la misma forma en la que tu lo hiciste hace dos años...

—No, Chris. Él te quiere, eres su hermana y no te ha dejado en ningún momento.

—Pero es su enamorada...

—Eso no es motivo para odiarte, sé lo que siente, sólo está dolido pero él vendrá a apoyarte...

Seguí llorando, seguro tenía mis ojos horribles. Minho me contó que Seungmin estaba con mis padres tratando de sacarme, y que las chicas y Hyunjin no han parado de llorar  por mí.

Eso me alegró, todos creían en mi, confiaban en mi y me defendían.

Hace unos momentos la visita se había acabado, de nuevo quedé sola en aquellas cuatro paredes. Me sentía atrapada, mi respiración se volvió pesada y comencé a respirar entrecortadamente.

Ansiedad, algo que había acabado hace unos meses. De nuevo volvió, todo gracias a esto que estaba pasando.

Sentía que me asfixiaba, me tiré al piso apretando mi camisa y no podía dejar de llorar del miedo.

—Todo estará bien, minion. Respira, respira...—susurró acariciando mi espalda.

—Bin...—musité abrazándolo.

—Todo estará bien...

Poco a poco me fui calmando, los oficiales me sacaron de esa habitación y sentaron en una de las bancas cerca del escritorio de uno de los policías.

La sala estaba llena, las personas hablaban y otras gritaban. Mi vista se dirigió a Seungmin quien estaba cruzado de brazos con una expresión seria, hablaba con unos oficiales junto a mis padres y hermano.

—Creí que me odiabas...—susurré viendo mis zapatos

—Jamás lo haría, eres mi hermana. Sentí miedo al ver a SoRi-shi llena de sangre en el piso... Creí que se repetiría todo, pero jamás dudé de ti...

Tomó mi mano, dándome un leve apretón.

—Pero me miraste raro, tonto—hice puchero

—Tenía miedo, te miré con miedo porque sabía que ibas a salir perjudicada.

—Me hiciste sacar muchas teorías...

Él soltó una pequeña risa, afincó su cabeza de mi hombro y acarició mi mano.

— ¡ENCONTRAMOS UN TESTIGO!

El grito de alguien nos sobresaltó, Félix venía corriendo junto a Jisung. Algunos oficiales los regañaron por el escándalo pero eso no les importó y corrieron hasta la mesa donde estaban mis padres.

Seungmin se acercó rápidamente a mi y sonrió tomando mis manos.

—Encontraron un testigo, hermosa.