VI

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Las manos de HueningKai subieron hasta sus mejillas, mientras movía sus labios torpemente. Sus ojitos permanecían cerrados al igual que su rostro sonrojado.

─A-aguarda Kai, n-no está bien que... ─Soobin se separó un poquito para hablar, aunque el castaño al parecer no tenía ganas de escucharlo, pues lo jaló para que sus belfos estuvieran en contacto de nuevo.

Esta vez, la lengua de Huening entró en la cavidad bucal contraria, consiguiendo que el beso fuera el doble de desordenado, con pequeños chasquidos producto de éste.

Hubo una pequeña guerra, ya que al final Soobin se dio por vencido y cedió ante los dulces labios de su amigo castaño.

La falta de aire fue lo único que logró separarlos, mientras ambos jadeaban; Soobin observaba los ojos cristalinos del contrario y Kai se concentraba en el hilo de saliva entre sus belfos que aún los unía.

─Hyuka... ─las manos sobre las mejillas del peliazul perdieron la fuerza y la cabecita del primer mencionado cayó sobre la almohada. Soobin le iba a preguntar sí estaba bien, hasta que el alto ronquido del castaño interrumpió sus pensamientos ─¿Oye? ¡Oye! ¿Es en serio?

El móvil de Huening, que estaba a un costado de él, se encendió con una nueva notificación. Y cuando Soobin la leyó se enteró de que el castaño había completado su segunda misión.

HueningKai se despertó con una resaca del demonio al día siguiente, pero más importante que eso, se despertó sin encontrar a Soobin en ningún lado

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HueningKai se despertó con una resaca del demonio al día siguiente, pero más importante que eso, se despertó sin encontrar a Soobin en ningún lado.

Bajó perezosamente las escaleras, entre bostezos y quejidos bajitos porque no había dormido tanto como le hubiese gustado.

Se encontró la planta baja al igual que la alta, sin rastro de Choi. Quizás había salido a trabajar temprano... Cuando volviese le pediría que le avise si va a salir temprano en próximas veces.

Se sentó en el sofá más amplio de la sala, encendiendo la televisión seguidamente. El anuncio de la hamburguesa más deliciosa que había visto en toda su vida fue el que lo recibió.

La quería. No, la necesitaba.

Sacó su móvil del bolsillo de su pantalón, dispuesto a enviarle un mensaje a Soobin para que comprara una de esas hamburguesas cuando regresara.

Entonces se dio cuenta de la notificación que tenía ¿cuándo había cumplido el segundo objetivo?

«¡Felicidades, HueningKai! Tu segundo objetivo ha sido completado»

«Cómo regalo recibirás esto»

Lo siguiente que se anunciaba era un cupón electrónico que, si no leía mal, ofrecía la misma hamburguesa que el estaba punto de pedirle a Soobin, con un 100% de descuento.

dirty vibration ↯ sookaiWhere stories live. Discover now