¿Qué demonios sucedía con esa maldita aplicación? ¿Acaso intentaba asesinarlo?
HueningKai tuvo el amago de moverse hacia los botones del ascensor, con la intención de presionar el de emergencia para salir de ahí lo más pronto posible. Sin embargo, no lo logró cuando el chico a su lado se desplomó sobre el suelo, cayendo sentado.
Por alguna razón el chico de cabello rosa estaba bastante agitado y su respiración irregular, sus piernas temblando y su rostro completamente sonrojado eran prueba de ello.
─¡¿Qué te ocurre?! ─HueningKai preguntó con preocupación, arrodillandose al lado del otro chico aunque sin acercarse porque el contrario pareció asustarse ante la cercanía, encongiendose en su lugar ─¿Estás herido?
─Ah... l-lo siento ─la mano del pelirrosa se aferro a su propia gabardina, sintiendo como el aire comenzaba a faltarle ─Me... M-me ha pasado antes... Soy un poco claustrofóbico.
Huening no dijo nada, ¿qué debería hacer si nunca había tratado con alguien con claustrofobia? Todo el rostro del extraño estaba lleno de sudor y cada vez comenzaba a respirar con mayor rapidez.
¿No se suponía que la aplicación sólo iba a darle instrucciones cuando Soobin se encontrara cerca?
Oh no. Ahora que lo recordaba... La aplicación decidió que el objetivo de Soobin sería HueningKai, pero para él nunca se decidió. Entonces ¿eso significaba que la aplicación podía darle instrucciones con cualquier persona si se encontraba cerca de él?
Sí era así, probablemente significaba que debía cumplir la instrucción con ese completo extraño sí o sí, o de lo contrario le ocurrirían más desgracias.
Iba a matar a Soobin tan pronto llegara a casa, entre tantas aplicación ¿por qué tenía que instalar esa justamente en su celular? ¿No podia haber sido un juego de gatitos o algo parecido? ¿Por qué debía ser una que lo obligaba a hacer cosas tan vergonzosas con extraños?
Quizás pasó mucho tiempo pensando, porque cuando volvió a la realidad, el chico de cabellos rosas estaba desmayado.
─¡Oye! ¡E-espera! ¡Despierta! ─Kai tomó al chico de los hombros, sacudiendolo tan fuerte como pudo, ¡incluso le soltó algunas cachetadas! Pero, para la pésima suerte que poseía, el chico no despertó y aquella expresión tranquila que su rostro tenía ni siquiera se inmutó.
El castaño estaba en grandes problemas, aquella persona que además era una celebridad se vio involucrado en ese problema por su culpa. Además tenía que cumplir la instrucción...
Entonces los jadeos del pelirrosa llamaron su atención, haciendolo mirar hacia sus labios. Podía... quizás él podía realizarle un RCP. Unirían sus labios para darle respiración de boca a boca y eso era lo mismo que besarse ¿no es así?
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