XIV

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Soobin rasgó con cuidado el empaque del condón que usarían esa noche, colocandoselo con rapidez. Entonces llevó sus manos hasta la cintura del menor, apretujandola mientras escuchaba el suave jadeo que se escapaba de los labios del contrario.

Choi acercó a HueningKai hacia él, dejando que su erección chocara contra la entrada del castaño. Escuchó su respiración desordenada cuando se aventuró a presionar un poco contra aquel lugar, que se contraia ansioso esperando que él entrara para llenarlo.

Los gemidos de Kai comenzaron a llenar la habitación cuando sintió que Soobin estaba entrando poco a poco en él. Sus rodillas temblaron, al igual que sus brazos perdieron una parte de su fuerza. Definitivamente la preparación anterior no era nada comparada al tamaño del miembro del peliazul.

─¿Estás bien? ─Soobin preguntó, dejando que sus pulgares acariciaran casi imperceptiblemente la cintura del chico frente a él, observándolo afimar con la cabeza mientras de su boca salía un susurro diciendo aquella sílaba de asentimiento ─¿Seguro?

─T-te digo que sí ─HueningKai gruñó, sintiendo que el sonrojo se apoderaba de él tanto que seguramente hasta sus orejas estaban rojizas. Joder, eso estaba siendo mil veces más intenso de lo que hubiera pensado ─Solo, ahm, es un poco abrumador... ¿Puedes...? ¿P-puedes intentar moverte ahora?

─Uhm ¿en serio? Porque... El problema es que solo la punta está adentro... ─Realmente Huening esperó que fuese una broma, pero cuando Choi no pareció aclarar aquello, sintió que iba a morir ─Iré despacio. Ya sabes, dime si te duele.

─S-sí ─el castaño inhaló aire con profundidad, repitiéndose mentalmente que era capaz de soportar eso.

Jadeó con suavidad, tratando de controlar los desenbocados latidos de su corazón. Sin embargo, tranquilizarse fue imposible cuando se sintió completamente lleno. Su garganta se quebró en un gemido bastante alto, mientras empuñaba con tanta fuerza las sábanas que sus nudillos se volvieron blancos.

Aunque Soobin dijo que entraría lentamente, no pareció controlarse y entró por completo en una sola estocada, haciendo que los orbes del castaño se cristalizara.

La entrada del más bajo se contrajó, mientras su pecho subía y bajaba con rapidez y Choi gruñía detrás de él.

─Hyuka, trata de relajarte ¿quieres? ─el peliazul lo regañó con cierta diversión, sus dedos presionando con un poco más de fuerza la cadera de HueningKai para que se mantuviese quieto.

El castaño iba a quejarse sobre la manera en la que Choi lo tomaba, hasta que éste dio la primera embestida. Sintió todo su cuerpo erizandose y su erección gotear más preseminal sobre las sábanas.

Y mierda, incluso la cama chocaba contra la pared mientras Soobin se apoderaba por completo del cuerpo del contrario. El peliazul se sentía genial, atrapado por aquella tremendamente adictiva sensación que le otorgaba ser rodeado por la estrecha entrada de HueningKai.

─¡Bin...! M-mierda, Soobin... ngh ─sollozó, mientras el más alto seguía empujando en su interior ─¡Ve, uh, más l-lento...! ─no comprendía porque Choi iba tan rápido, pero demonios, se sentía demasiado abrumado.

─Sí, lo siento ─Soobin murmuró en un tono bastante bajo, saliendo del interior del contrario. Le dio la vuelta, haciendo que su espalda quedara descansando sobre de la cama.

HueningKai sintió su corazón detenerse por unos instantes al encontrarse bajo la mirada del peliazul. La manera en la que éste lo miraba era extraña, casi como si tomara seriamente aquel asunto.

─¿Soobin? ─preguntó luego de un corto tiempo en el que estuvieron en silencio.

En lugar de una respuesta, Choi se inclinó lo suficiente para que sus labios chocaran contra los de Huening, apoderándose de ellos rápidamente. Los movió levemente, esperando a que Kai correspondiera mientras entrelazaba una de sus manos con la de éste.

dirty vibration ↯ sookaiWhere stories live. Discover now