HueningKai sintió que su corazón se detenía por un segundo, mientras observaba atónito al pelirrosa frente a él. Cuando pareció listo para decirle algo más, el castaño dio media vuelta y corrió hacia la caja, para pagar todos los productos que habia elegido lo más rápido posible.
─Uh, espera... ─Yeonjun intentó calmarlo, mientras lo veía insistiendole al cajero para que se apresurara. Tan pronto esté terminó HueningKai salió corriendo de la tienda, sin siquiera dirigir la mirada hacia el otro chico ─¡Espera, quiero hablar contigo!
─¡Lo siento, adiós! ─el castaño gritó, mientras cruzaba la calle de vuelta al edificio de la compañía de Soobin. No es como si fuese a esperar solo porque Yeonjun se lo pedía.
Demonios, realmente ¿en qué se había metido? Seguramente Yeonjun quería estrangularlo por robar su primer beso de una manera tan tonta, todo por culpa de esa estúpida aplicación.
Sacó su teléfono mientras subía la escaleras con rapidez, elegir el elevador no era una opción porque al final solamente sería una perdida de tiempo y haría que Yeonjun lo alcanzara. Encontró el contacto de Soobin y de inmediato presionó el icono para llamarlo.
─¡Soobin, ayuda! ─dijo, agradeciendo mentalmente que el peliazul contestara tan pronto se puso el teléfono junto a la oreja ─¡Estoy siendo perseguido!
─¿Qué? ¿Dónde?
─Solo necesito que me digas un lugar para esconderme ¿quieres? ─se detuvo un segundo, jadeando porque había subido dos pisos tan rápido que sentía sus piernas temblando.
─Uhm ─Soobin se tomó unos segundos para pensar mientras el contrario descansaba ─La sala de conferencias del segundo piso probablemente está vacía...
─Gra... ─HueningKai se interrumpió a sí mismo, volteando hacia las escaleras cuando escucho algunos pasos. ¡Yeonjun lo había alcanzado y ni siquiera estaba corriendo!
El castaño colgó de inmediato la llamada con Soobin y retomó su carrera, hacia el pasillo en donde estaría la sala que Soobin le había sugerido. Entró tan pronto la encontró, cerrando la puerta tan silenciosamente como pudo.
Se recargó contra la puerta mientras cubría su boca y parte de su nariz con sus manos, esperando que eso contuviera el ruido de su agitada respiración. Solo podía pensar que su suerte era tan mala, es decir, ¿cuántas probabilidades había de que Yeonjun y Soobin tuvieran una sesión de fotos el mismo día?
Se tensó cuando escuchó los pasos del pelirrosa, como una película de terror, estos dejaron de sonar cuando estuvo frente a la puerta de la sala donde el castaño estaba. Por suerte, Yeonjun pareció cuestionarse el abrir esa puerta o no y le dio tiempo a HueningKai de esconderse detrás de un escritorio que había ahí.
Se sentó, haciéndose lo más pequeño posible, mientras abrazaba sus piernas y pedía mentalmente que el pelirrosa no entrara, porque si lo hacía estarían solos y la maldita aplicación le daría una misión. No quería hacer algo con un extraño pero tampoco quería morir y...
Sus pensamientos se detuvieron cuando escuchó la puerta siendo abierta. Muy bien, estaba muerto.
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