III

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Abrió los ojos lentamente, viendo a Soobin tan cerca que él y sintiendo como todas sus terminaciones nerviosas terminaban de explotar debido al reciente beso... Sí, un beso...

¿Espera qué?

¡Ay no, había besado a su compañero de piso! ¡Mierda! ¡No, no, no! ¡¿Qué demonios había hecho?!

─Iugh ─empujó con fuerza al peliazul lejos de él, dando unos cuántos pasitos hacia atrás ─¿Q-qué rayos...?

─¡No lo sé, tú eres el que me besó! ─se quejó el más alto, haciendo un mohín con los labios porque el contrario lo había empujado sin cuidado alguno.

─¡Debiste detenerme! ─Huening Kai usaba el dorso de su mano para limpiar sus labios, tratando de desaparecer cualquier rastro de la saliva del mayor.

Ambos se quedaron en silencio unos momentos, Huening Kai seguía lamentandose y limpiandose los belfos mientras Soobin se dedicaba a verlo con cierta gracia, joder, solo había sido un beso ¿tenía tanto problema con eso?

─¿Por qué debería? Después de todo Huening Kai... ─se acercó al mencionado, mostrando una sonrisa casi imperceptible luego de que rodeó la cintura del castaño con una mano y la otra la colocó sobre su nuca, haciéndolo sonrojarse ante la cercanía de sus rostros ─Tienes unos labios muy dulces.

El menor tuvo que morder su labio para no gritar, sintiendo como toda su cara se pintaba de rosado, incluso la punta de sus orejitas. Soobin siempre decía cosas que lo avergonzaban, el tonto se burlaba de él en cada oportunidad que tenía y por eso lo odiaba.

 Soobin siempre decía cosas que lo avergonzaban, el tonto se burlaba de él en cada oportunidad que tenía y por eso lo odiaba

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Soobin siempre había sido igual, desde aquellos días de escuela en los que él y Huening se hicieron buenos amigos.

Kai aún se sonrojaba al recordar esa vez en la que se le ocurrió cambiarse la camiseta luego de la clase de deportes enfrente del peliazul, éste no dudó en tocar su abdomen tan pronto vio la blanquecina y suave piel frente a sus ojos, haciendolo estremecerse.

─¡¿Q-qué te pasa?! ─aquella vez el castaño gritó, ni siquiera había terminado de ponerse la camiseta pero no podía quedarse sin hacer nada luego de escuchar la tonta risa del contrario.

─Realmente tienes una cintura delgada ─soltó, restándole importancia al asunto mientras el contrario le pedía a la Tierra que lo tragara.

─N-no digas cosas bobas... ─susurró haciendo un puchero, colocándose la nueva camiseta adecuadamente, agradeciendo internamente que Choi hubiese decidido darle la espalda.

Soobin siempre encontraba una forma de molestarlo, pues esa misma ocasión, luego de que el más bajo se cubriera correctamente, el peliazul aprovecho para acorrarlo contra el pizarrón del aula vacía en donde estaban.

─Tú olor es demasiado agradable, ¿sabías eso? ─Choi se acercó, quizás demasiado porque el contrario podía sentir sus respiraciones chocar entre sí, mientras le sonreía enseñando sus bonitos hoyuelos.

dirty vibration ↯ sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora