XXXIV

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Jeon JungKook.

Removí mis hombros y me aleje de lo chicos, me sentía tan decepcionado. He pasado largos años tratando de defender a Ye-ri, de cuidarla, de protegerla de todos aquellos que se atrevieron a maltratarla y ahora resulta que ella no era el santo cordero que creí que era. A pesar de la ira, la frustración y la decepción que siento en este momento, todo juntándose al mismo tiempo, no puedo decir que la odio o me desagrada, pase lo que pase, ella seguirá siendo mi hermanita, mi sobrina. No estaré enojado con ella toda la vida, pero por ahora me permitiré estar molesto.

— ¡Tío Kook, hablemos! — Ye-ri rogó agarrando la manga de mi chaqueta negra, sus ojos cristalizados y desorbitados me hacían sentir mal. Con toda la fuerza de voluntad del mundo, moví mi cabeza negando.

— Ahora no, Kim Ye-ri. — Le dije, me zafe de su agarre, antes de alejarme completamente, note la gran mancha húmeda en la parte superior de su vestido, Lisa se encargó de dejarla como un pez. Me quite la chaqueta y se le entregue. — Solo abrígate. — Ella tomo la prenda en sus manos, no accedí mirarla una última vez y camine lo más lejos de ella.

Trague duro y seguí caminando, a lo lejos divise a Lisa, hablando animada con Lucas.

— ¿Y cuales son tus gustos, entonces? — Preguntó ella, sin notar que yo pasaba por su lado. Lucas le sonreía y respondió algo que no alcance a escuchar.

Cuanto quise tomarla del brazo y alejarla lo más lejos de él, sin embargo, no estoy de humor para hacerlo.

Apresure mi paso, pisando con más fuerza el suelo. Molesto, estoy demasiado molesto. Mi pecho quema por dentro, mis puños continúan apretados y mis dientes ya rechinan.

— ¡JungKook, espera! — Gire sobre mis talones al llamado de Jennie, ella trotaba para llegar a mi, sin miedo de caer en esos altos y puntiagudos tacones. ¿No le avergonzaba estar corriendo detrás de mi? ¿Justo en la fiesta de su compromiso? Se plantó frente a mi jadeando, tratando de controlar su agitada respiración, con una mano en su pecho tomo una respiración profunda y habló: — ¿Estas bien?

— ¿Te importa? — Cuestione, sus ojos se mostraban genuinos. Quizás si le importaba, tal vez solo estaba preocupada. — Lo estaré pronto, si lo es lo que te interesa saber. — Conteste, listo para irme de su estúpida fiesta. Mi humor empeora a cada segundo que estoy aquí.

— Ella no lo hizo con malicia, JungKook, trata de comprenderla. — Jennie dijo, a pesar de estar más alta, aun tenia que alzar su rostro para mirar mis ojos. Ella batió sus pestañas un par de veces y trató de dar una pequeña sonrisa amable, sus regordetas mejillas se ampliaron en su diminuto rostro. — Sabes que ella jamás haría algo que te defraudara.

Lo sé, Ye-ri siempre ha tratado de complacerme, sé que no es una chica mala, aun así, ella no actuó bien y nunca se atrevió a admitir sus errores. Ni siquiera hoy, tuvo que hacerlo porque estaba en el borde y sabía que ya no tenia escape, pero, si lo hubiera tenido, ¿Habría seguido mintiendo? Esa es la pregunta que más se repite en mi cabeza y la otra es: ¿Por qué mierda Nichkhun tuvo que meterse con Ye-ri?

Al solo pensar en ese imbécil mi estomago se revuelve y solo pienso en golpearlo y golpearlo hasta que mi cuerpo este tan cansado que decida dejarlo ir.

Asentí ante las palabras de Jennie, di la vuelta y seguí caminando. Afuera de este salón campestre, al resoplar el aire liberado por mis pulmones, se convierte en un gran y espeso humo de color blanco. El frío de diciembre es tan tenaz como escalar el Monte Everest.

— ¿Estas bien, amigo? — MinGyu se aproxima encendiendo un cigarro. — Fuertes declaraciones las de allá adentro. — Comenta, ruedo los ojos.

Nuestro acuerdo » liskookWhere stories live. Discover now