XXI

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Lisa Manoban.

— ¿No es lindo como juegan? —Le pregunte a Lu mientras miraba como Lili, Leo y Louis jugaban en la casa para gatos que ambas acabamos de instalar en una esquina de la gran sala de estar. Las casitas eran de color pastel. 

Lu concordó, respondiendo en tailandés. Entre nosotras nos comunicabamos de esa manera en su mayoría, en algunas ocasiones expresiones coreanas saltaban en nuestras conversaciones.

—Creo que no querrán irse a casa conmigo teniendo esto aquí. —Comentó, Louis trataba de jugar con Lili y ella lo rechazaba huyendo lejos de él. Con mi teléfono en mano los grabe, era divertido.

Estuvimos un largo tiempo mirando a los gatos jugar, grabamos divertidos videos, y comimos muchos dulces, quizás Lucas y Ana no deban enterarse de la última parte, Lu se iría por la noche, pasamos toda la tarde juntas, yo le llevaría en taxi  hasta su casa para no molestar a sus padres. 

— ¿Como te esta yendo en la escuela? —Le pregunté metiendo un pedazo de pizza en mi boca. —Lucas dijo que estas teniendo problemas en biología. 

Lu tomó un sorbo de soda. — Está bien por el momento, hay un par de chicos tontos molestando, ya que me equivoque en un par de palabras en una exposición. —Asentí, los niños en ocasiones pueden ser tan crueles como los adultos, y me preocupa un poco que Lu se sienta sola. — Pero mis amigas me defienden, y sabes que conozco algunas técnicas de Muay Thai. Puedo romper fácilmente sus cuellos si me lo propongo.

Eleve mis cejas ante la sorpresa por sus palabras. ¿Romper cuellos? ¿Con que ganster estoy hablando?

—Okey, Mike Tyson, me estas asustando un poco. —Le confesé.

—Lisa unnie, soy una niña,sí, pero no me dejare de nadie. Si tengo que romperle la cara algunos para que me respeten lo haré, como lo hizo Mulan con los hunos. 

¿Por qué no fui como ella en mi adolescencia? 

—¿Ves lo que te digo,Lucas? Le das cinco segundos y ya ha metido cuatro gatos en la casa, como si fuera este un albergue de animales. —JungKook entró a la casa en compañía de Lucas quejándose mirando a los tres gatos jugar en su nuevo juguete, sin notarnos.

Cerré mis ojos con fuerza, no esperaba que se apareciera por aquí, no quiero tener que explicarle Lu quien es él y porque entra así en mi "casa".

— ¿Él es tu novio, unnie? —Lu pregunto, y gracias a Dios lo hizo en tailandés, no quiero que luego JungKook se este burlando de eso. —Ellos son guapos. —Dijo bajito, poniendo un mechón de cabello detrás de su oreja. 

— Oh, Lisa, estás en compañía. —Notificó Lucas, le sonrió a la pequeña Lu, sus redondas y blanquecinas mejillas fueron tiñéndose de rosa. —Hola. — La saludó él alzando su mano. Adorable.

—¿Acaso no tienes amigas de tu edad,Lalisa? 

Hay dos tipos de personas, existen los chicos: Lucas: amables, adorables, guapos, casi perfectos. Luego, están lo chicos JungKook: calientes, pero idiotas. Lo peor de todo es que tendemos a elegir los segundos.

— ¿Que los trae por aquí? —Les pregunté, ambos se acercaron más hacia nosotras. —Ella es Lu. — La presente al par de muchachos, ella le agito sus manos saludando sonriente.

 — Tu nombre es bastante corto, ¿no? — JungKook le preguntó metiendo sus manos dentro de sus bolsillos delanteros. 

—Mi nombre es Ludwika Jitmuangnon, es un placer. 

Ambos muchachos parecían estar reiniciando sus windows.

—Sí, creo que me quedare con Lu, me gusta. 

Nuestro acuerdo » liskookWhere stories live. Discover now