Tan perfecto que asusta

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Un mes. Desde hace un mes Jimin está sumergido en una vida extraña.
Repartía su vida entre su trabajo, sus amigos y los hombres que lo rodeaban. No sabía cómo sentirse, muchas veces había pensado en dejar todo, no se arrepentía de nada pero si le daba miedo pensar en las consecuencias.

EunWoo seguía en su departamento, lo esperaba cada noche, sin reclamos, sin reproches, solo dispuesto a amarlo de la forma en que solo él sabía hacerlo.
Hoseok, era el sinónimo del novio perfecto, estaba pendiente de él y sus deseos, lo acompañaba en todo, se ocupaba de que fuera feliz y le demostraba con cada acción lo que sentía por él.
Chanyeol rondaba a su alrededor, tenían salidas cada semana, se besaban cada vez que podían, el deseo entre ellos era palpable y Jimin sabía que si caía ante la tentación de su ex novio todo se volvería aún más caótico, pero así y todo no podía ni quería alejarse de él.
Yoongi, él era todo lo que Jimin hubiera deseado hace algunos años atrás, no lo presionaba ni intentaba nada. Había decidido jugar el juego de los amigos y estaba ahí para él sin pedir nada a cambio, o al menos no explícitamente.

Para Jimin toda esa circunstancia lo tenía de cabezas. Quería manejar su vida y darle un rumbo, quería ser sincero, dejar los juegos que indudablemente lo llevarían al dolor en algún momento, pero no podía hacerlo, era como un adicto en recuperación y cada día entraba en recaída. Intentaba tomar una decisión pero con cada acción de alguno de esos hombres volvía atrás con sus pensamientos y caía nuevamente en el pecado de tenerlos a todos y cada uno de ellos.

-¿Te sientes bien?-

Llevaba más de veinte minutos mirando un punto fijo y perdido en sus pensamientos.
Lo miró a lo ojos y entonces habló.
-¿Tienes idea de que castigo recibe alguien que miente descaradamente?- preguntó mirando a su acompañante que estaba sentado en el sillón frente a él.

-Depende-

-¿Depende?, las mentiras son mentiras y el castigo es por mentir, no creo que haya un depende- respondió

-Depende a quien le mientas Jiminie, ¿estás mintiendole a alguien o te estás mintiendo a ti mismo?- indagó con una mirada intensa.

-Esa es una buena pregunta, Yoongi,  ¿A quién demonios le estoy mintiendo?- mordió su labio inferior y volvió su vista a su computadora intentando volver al trabajo.

-Es simple Jiminie, piensa si quieres mentirte a ti mismo, los demás no importan-

-No puedo ser tan egoísta-

-No es egoísmo, es amor propio-

Jimin volvió a mirarlo, entendía lo que Yoongi le quería hacer ver.

Ellos sabían perfectamente que Jimin mentía, que algo escondía y habían decidido jugar el juego. ¿Pero él?,  ¿él sabía lo que quería? ¿a quién quería? O solo se ocultaba en un juego de amantes que era totalmente vacío. ¿De verdad esos hombres que lo rodeaban lo amaban como tantas veces lo habían dicho? O simplemente era un juego perverso del que podía salir terriblemente lastimado. ¿Qué prefería lastimar sin medida o salir sufriendo por no detenerse a tiempo?.

El señor Min cruzó la puerta de su oficina con una gran sonrisa.
-Chicos me alegra verlos trabajando- comentó -Vine porque necesito decirles algo muy importante.  Hablé con tu padre Jimin,  me contó que la discográfica lanzó una especie de concurso donde varios jóvenes enviaron sus vídeos demostrando sus talentos. Por supuesto la convocatoria fue enorme, y sabes que tu padre se ocupó de ver cada uno de esos vídeos. En resumen descubrió un par de joyas muy interesantes y la idea principal es formar un grupo variado de chicos que  puedan hacer varias cosas. Seleccionó ocho integrantes y me los envió. Debo decir que mi amigo no pierde el toque. Así que necesito que se encarguen personalmente- explicó sin dejar de sonreír. Se veía sumamente emocionado.

-¿Qué debemos hacer?- preguntó Yoongi mirando a su padre.

-Buscarlos, deben viajar y traerlos hasta aquí, ofrecerles un contrato, lugar dónde vivir y transformarlos en el mejor grupo de todos los tiempos- exclamó

-¿Buscarlos? ¿Por qué no vienen ellos?- indagó Jimin curioso.

-¿Desde cuando salimos a buscar nosotros chicos para hacerlos famosos?, siempre vienen solos hasta nosotros- dijo Yoongi asombrado.

-El problema es que varios de ellos son menores, y sus familias se rehúsan a dejarlos viajar solos e instalarse en un país desconocido- explicó.

-Entiendo, pero ¿de verdad son tan buenos como para tomarse tal trabajo?- cuestionó Jimin incrédulo

El hombre tecleo algo en su celular y lo puso ante los ojos de los otros dos.

Yoongi se acercó a Jimin, sus rostros estaban casi pegados, la electricidad recorrió el cuerpo de Jimin y trató de concentrarse en la pantalla y no en el hermoso hombre que tenía junto a él.

Luego de unos minutos ambos hablaron.
-¡Increíble!- exclamó Yoongi sorprendido.

-Les dije, mi amigo no perdió el toque, si esto sale bien podremos llevar a la discográfica a lo más alto. Imagínense un grupo de chicos con tales talentos que hayan salido desde aquí, seremos número uno, y así podré descansar tranquilo.

Sin dudarlo se pusieron a trabajar, sus destinos: Corea, Japón, China, Tailandia y Australia. Debían organizar el viaje lo antes posible ya que no querían que alguien más se les adelantara y perdieran alguno de esos chicos.

Jimin se levantó de su sillón, estiró sus músculos y se dispuso a salir de la empresa.

-¿Ya te vas?- preguntó Yoongi mirando como se ponía su saco.

-Es tarde, estoy cansado, mañana podemos seguir, conseguir los pasajes y salir de viaje lo antes posible- explicó.
Saludó a su compañero y salió de allí.

Tenía una cita con Chanyeol, y aunque hubiera preferido ir a dormir su deseo de verlo era aún más grande.
Llegó a su casa que estaba vacía, seguro EunWoo estaba aún trabajando,  se dio un cálido baño, se cambió y volvió a salir.

Chanyeol lo esperaba en el restaurante de siempre. Sonrió ampliamente al verlo, se sentó junto a él. Ordenaron su comida y hablaron de su día. Jimin le contó que debía salir de viaje y los motivos de este. Chanyeol mordió su labio inferior y sin más preámbulos habló.
-Pasemos esta noche juntos- pidió mientras besaba suavemente su cuello.

Jimin no pudo resistirse a tal pedido. Tomó su mano y se encaminaron a sus autos.
-Te sigo- informó mientras ponía en marcha su vehículo.

Llegaron al departamento de Chanyeol.
Las mano de ambos picaban ante el deseo de verse juntos y solos nuevamente después de tanto tiempo.
Sin esperar más, Chanyeol arremetió sobre los labios de su amado, poseyendolo de manera intensa y lujuriosa.  Lo había extrañado tanto, lo había deseado de tal manera que ahora no podia detenerse. Jimin era su mundo y estaba dispuesto a demostrárselo.
Sin piedad recorrió cada parte de su cuerpo, lamiendo y besando todo a su paso. Jimin era un mar de jadeos, el placer lo embargaba de tal manera que no podía pensar en nada más que ellos dos ahí solos, ahí desnudos, ahí amandose.
Chanyeol lo levantó en andas, haciendo que sus piernas se enrollaran en su cintura. Jimin entendió el pedido y así lo hizo. Con pasos torpes lo llevó hasta su habitación, lo depositó tiernamente sobre su cama y sin dejar de mirarlo con ojos brillantes y enamorados comenzó un vaivén lento y apasionado. Con cada estocada Chanyeol le entregaba su cuerpo y su alma, su mente y su corazón.

La noche se llenó de sonidos, de abrazos, de recuerdos, de besos, de nostalgia, de orgasmos, de amor.

Lentamente salió de la cama de su amante, se puso sus ropas, le dio un tierno beso sobre los labios y acomodó un mechón rebelde de su cabello.
Subió a su auto y llegó a su hogar. EunWoo dormía en su cama y decidió que por esa noche solo quería tener en su cuerpo el perfume y el recuerdo de su primer amor.




Los dos días siguientes estuvo pendiente de su trabajo. Organizaron el itinerario del viaje y compraron los pasajes.
Habló con Hoseok y fue al bar a despedirse. Luego se despidió de Chanyeol,  por último se despidió de EunWoo. 

El trabajo y ese viaje eran una buena excusa para poner algo de orden en su vida.
Debía pensar, debía decidir qué quería y qué necesitaba. Ya no podía seguir jugando ese juego, su corazón estaba involucrado y no quería que se volviera a romper por su propia culpa.

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