Una confesión y un corazón roto

1.9K 166 13
                                    

Jimin caminaba despacio por los pasillos de la escuela. Faltaban pocos meses para que el año llegara a su fin. Estaba nervioso, no lo negaría, pero había tomado una decisión y no daría marcha atrás.

Llevaba años enamorado del mismo chico, años suspirando por él, soñando con él. Y aunque él jamás le dio indicio de nada Jimin sabía que confesarse sería difícil.

Compartían el mismo grupo de amigos, salían de vez en cuando a alguna fiesta o paseo grupal. Lo había visto varias veces besarse con chicas y chicos pero jamás se ponía de novio con nadie. Eso asustaba a Jimin, él lo quería de verdad.

Primero pensó que era un simple deslumbramiento por su belleza y su personalidad, vamos quién se enamora a los quince, se repetía Jimin todo el tiempo. Pero aquel sentimiento comenzó a hacerse más y más fuerte, tanto que Jimin ya no podía detenerse.
Pensaba en él cada día, a cada minuto y ya no podía controlar a su torpe corazón que galopaba violentamente cuando el otro se acercaba o hablaba con él.

Si definitivamente, hoy a sus diecisiete años había comprendido que estaba perdidamente enamorado, de su piel blanca como el algodón, de sus manos grandes, de sus ojos pequeños y oscuros, de su sonrisa de encías rosadas.
Definitivamente Min Yoongi era el hombre más hermoso que jamás hubiese visto y ya no podía dejar de pensar en él, de querer besarlo, de tomar sus manos, de abrazarlo y entregarle todo ese cariño que encerraba en su cuerpo.

La decisión estaba tomada, Jimin confesaría sus sentimientos, no podía seguir callando. Estaba preparado para cualquier reacción del otro pero no daría marcha atrás.

Llegó hasta el salón de su amor secreto, esperó tranquilo en la puerta. Vio salir a varios alumnos, sus nervios crecían a cada minuto. Pensó en dar la vuelta y no decir nada, pero eso solo lo llevaría a seguir soñando despierto, a seguir pensando en lo que podría haber sido si hubiese hablado, entonces se mantuvo firme en su decisión. Luego de unos minutos Yoongi atravesó la puerta de su salón. Miró a Jimin quien lo miraba con sus mejillas sonrojadas y sus ojitos brillantes.
Arqueo una ceja y se acercó a él. Jimin sentía que su corazón iba a salir de su pecho.
-Ey, Minnie,¿pasa algo?, ¿por qué estás aquí?- indagó confundido.

-Hola Yoongi- dijo con una voz pequeñita

-Hola- respondió y siguió indagandolo con la mirada.

-Vine a buscarte porque necesito hablar contigo- explicó mordiendo su labio.

-¿Pasó algo?, te ves nervioso- comentó.

-Eh, no, no pasó nada, solo necesito decirte algo, ¿podríamos ir a la cafetería?- preguntó aún más nervioso y sonrojado.

-Claro, muero de hambre, vamos, igual no entiendo porque te ves nervioso- dijo mientras empezaba a caminar y Jimin lo seguía.

Se sentaron en una mesa, los dos solos. La cafetería de a poco se iba llenando de alumnos y Jimin sentía sus nervios al límite.
Yoongi lo invitó con un sándwich y una gaseosa, Jimin aceptó aunque no podía siquiera pensar en pasar bocado.

-Vamos Minnie habla de una vez, el receso va a terminar y ni siquiera comiste nada- comentó terminando su propia comida.

-Está bien, solo te pido que escuches todo lo que tengo que decir, no me interrumpas, sino no sabré como continuar- explicó.

-De acuerdo Minnie, soy todo oídos-

-Yo- comenzó vacilante, -hace un tiempo, descubrí que no podía dejar de pensar en ti, al principio crei que tu forma de ser y tu buen trato hacia mi me habían deslumbrado, quería ser tu amigo y que tu también lo fueras. Luego al pasar el tiempo y compartir distintas cosas contigo, descubrí que hay muchas cosas que me gustan de ti. Tus caras que no pueden ocultar cuando algo no te gusta, tus sonrisas que son pocas pero son sinceras, tu concentración cuando me explicas algo a mi o a quien sea, tu necesidad de soledad y cuando quieres compartir algo con otros. Tantas cosas descubrí que me gustaban de ti que poco a poco fui entendiendo que no estaba deslumbrado contigo sino que había caído irremediablemente enamorado de ti. No voy a negar que intenté no sentir esto, tu jamás me miraste o insinuaste nada, solo fui yo quien no pudo ni puede evitarlo. No espero nada con esta confesión, solo quería que lo supieras.
No pido que te enamores de mi, ni siquiera que me des una oportunidad, solo quería ser sincero tanto contigo como conmigo mismo.
Después de esto puedes dejar de hablarme, o hacer de cuenta que esto nunca pasó- Jimin miró con ojos cargados de emoción al hombre que estaba frente a él. Esperaba alguna reacción. Por supuesto que soñaba con que tomara su rostro y lo besara hasta quedar sin aliento, pero Jimin no era tonto y sabía que eso era casi imposible.

Yoongi lo miró recorriendo todo su rostro, su pequeño cuerpo, hizo una pequeña sonrisa y se levantó de su asiento.

Jimin no sabía que hacer o que decir, después de aquel monólogo necesitaba alguna reacción del otro.
-¿Yoongi?- dijo Jimin mientras veía la espalda del otro alejarse.
Se levantó y lo siguió, tomó su brazo y lo giró quedando frente a él.
-Dime algo, lo que sea, no te vayas de esta manera- sus palabras salieron ahogadas y en un hilo de voz, mientras indagaba con sus ojos los ojos ajenos.

Yoongi tomó aire, clavó su mirada en el otro y entonces habló.
-No quiero herirte Jimin, no quiero ser un desgraciado contigo, es por eso que prefiero irme después de escucharte como me pediste- explicó, sabiendo que el otro se estaba conteniendo para no llorar.

-Prefiero que seas sincero y no quedarme con esta incertidumbre, aunque no te exijo una respuesta ni mucho menos, solo quiero saber que piensas-

-Pienso que no tienes idea de lo que acabas de hacer o decir, que crees que porque te gusto o porque alguna vez fui simpático contigo, estás enamorado de mi. Pero créeme Park, no lo estás, no estás enamorado de mi, eres demasiado joven para entender lo que es el amor, así que mejor olvida todo esto y sigamos como hasta ahora- Su voz era seria y demasiado dura.

-¿Qué sabes tu de mis sentimientos? ¿Qué sabes de lo que quiero y deseo? ¿Cómo puedes saber si estoy o no enamorado de ti si no estás en mi piel, si no eres yo?- a esas alturas Jimin sentía un nudo en su garganta y un dolor en su pecho que no podía controlar.

-Bueno, entonces déjame decirte que si de verdad estás enamorado de mi, estás jodido, porque a mi no me interesas, no me gustas, jamás te vi con otros ojos que no sea del niñito que forma parte de mi grupo de amigos, porque creo que ni siquiera te considero mi amigo. Lo siento por ti Jimin, pero jamás podrías gustarme y mucho menos sentir algo por ti, simplemente no eres alguien con quien saldría. ¿Estás seguro de que sigues enamorado de mi?, porque si es así solo vas a sufrir, yo no siento nada por ti- Yoongi se soltó del agarre de Jimin y comenzó a caminar hacia su próxima clase.


Si haces silencio, si todos los sonidos se callan, podrás literalmente escuchar como el corazón de Jimin se rompió en miles de pedazos, dejándolo vacío, triste y con un dolor tan grande que casi, casi sería imposible de sanar.
Jimin miró a su alrededor, sus lágrimas corrían sin control sobre su rostro. Y aunque sabía que eso podía pasar nunca pensó que dolería tanto.
Tomó las tiras de su mochila y caminó lentamente hacia su casa, no quería pasar un minuto más en aquel lugar, no quería que nadie más se diera cuenta de que acababa de ser rechazado de la peor manera posible y por la persona que más amaba en el mundo.

No quería.

Ámame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora