Un adiós y un hasta pronto.

1K 115 2
                                    



Jimin daba vueltas en su cama, había llorado más de lo que se hubiese imaginado. Hacía un buen rato que su teléfono había sonado dejándole saber que tenía mensajes para leer. Pero no quiso hacerlo. No podía hacerlo. Si lo hacía tendría que contarle a su novio y a su amigo que debía irse y él ni siquiera lo había procesado aún.  No podía hablar ahora. Intentó dormir pero le fue imposible.
Salió de su habitación y bajó las escaleras para entrar a la cocina. Allí se encontró con su mamá quien tomaba un té.
-¿Tampoco puedes dormir?- preguntó su madre acariciando una de sus mejillas.

-No quiero irme, no quiero ir a vivir a otro país. Todas las personas que amo están aquí, mis sueños están aquí- dijo mientras sus lágrimas bañaban su rostro.

Su madre lo protegió en un cálido  abrazo, algunas lágrimas también escaparon rebeldes de sus ojos. Entendía perfectamente a su pequeño pero había cosas que no podía evitar, y evitar que su hijo estuviese triste era algo que ahora no podía hacer.
Lo miró  a los ojos tiernamente, secó con sus dedos sus ojos rojos y le dio un tierno beso en su nariz.
-Sé que esto es difícil amor, yo tampoco quisiera irme de aquí, también me costó aceptarlo cuando papá me lo dijo, pero la realidad es que no podemos dejarlo ir solo, ni tu puedes quedarte aquí sin nosotros. Somos una familia de tres mi vida, y debemos estar juntos y apoyarnos. Ahora es papá quien nos necesita y no podemos solo abandonarlo porque no podamos tener lo que queremos. Será solo un tiempo, verás que pasará rápido y cuando menos lo pienses estaremos en Corea nuevamente.  Solo ten paciencia y comprende a tu padre, él nos necesita amor- su explicación fue suave y concreta, su madre lo entendía pero él debía entender la importancia de ser una familia y de darse apoyo mutuo.

Sonrió mirando a su querida madre y le dijo que él entendía y que aunque le dolía mucho dejar a sus amigos y a su novio, sabía que se iría con las personas que más amaba en el mundo.
-Mamá, ¿cuándo tenemos que irnos?
¿Al menos podré terminar aquí mi secundaria?- preguntó con un nudo en la garganta.

-El próximo mes papá se irá solo primero, se acomodará allí y acondicionará la casa donde viviremos. Le pedí a tu padre que nos esperara hasta que tu termines tu último año aquí. Así que en diciembre, luego de que egreses, nos iremos a encontrarnos con él- explicó tratando de que fuese lo menos doloroso posible para su pequeño.

-Entiendo y gracias mamá, sé que tu le pediste a papá hacer las cosas así. Al menos tendré el tiempo necesario para despedirme de todos- dijo para empezar a caminar a su habitación.

La alarma sonó con la melodía ya conocida. No quería levantarse, había pensado en no ir a la escuela pero luego entendió que debía aprovechar hasta el último minuto con sus amigos y sobre todo con su amado novio.

Chanyeol ya lo esperaba en la puerta. Lo miró con ternura y abrió sus brazos para recibirlo con un cálido abrazo y un tierno beso.
Jimin sintió un nudo en su garganta y sus ojos se llenaron de lágrimas.

-¿Estás bien amor?, te noto triste, como si quisieras llorar- indagó preocupado mientras recorría su rostro con la vista.

Jimin solo lo abrazó con fuerzas y le dio un apretado abrazo.
-Te amo Chan, no sabes cuanto- dijo mientras intentaba controlar sus lágrimas.

-También te amo mi amor,  y no sabes lo feliz que me hace saber que tu también me amas, que eres mi novio y que estaremos juntos para siempre- sus palabras fueron dulces y amorosas haciendo que a Jimin se le oprimiera el pecho.

Jimin bajó del auto, dejando un beso en los labios de su novio y este prometió ir a buscarlo a la salida.
Caminó lentamente como si sus piernas y todo su cuerpo le pesarán.

Su amigo lo esperaba en la puerta del salón.  Una gran sonrisa y un lindo abrazo lo esperaban y entonces Jimin comenzó a llorar sin poder detenerse.

-Dime que el estúpido de Chanyeol fue un caballero contigo y no te hizo daño y que ahora estás llorando de felicidad- exclamó Taehyung mirándo como su amigo no dejaba de llorar.

-Necesito hablar contigo- gimió bajito y los dos comenzaron a caminar hasta el patio del colegio.
Jimin le contó  a su amigo porque estaba tan triste y el poco tiempo que le quedaba para estar con él y los demás y sobre todo lo mucho que le dolía tener que separarse de Chanyeol ahora que había descubierto cuanto lo amaba.
Al cabo de un rato ambos lloraban abrazados sin dejar de soltar palabras cargadas de cariño y de dolor.

Jungkook los encontró escondidos en uno de los canteros del lugar. Vio la escena y se preocupó enseguida.
Taehyung le contó a su novio el motivo de la tristeza y Kookie no pudo evitar sollozar también.

Había sido una mañana triste pero se habían prometido aprovechar el tiempo que les quedaba. También hablaron de que seguirían en contacto y que jamás dejarían de ser amigos, los mejores del mundo aunque un inmenso océano los separase.

Cuando Chanyeol llegó a buscarlo no pudo evitar darse cuenta de que Jimin estaba triste.
-Amor, ¿puedo preguntarte algo?- indagó suavemente.

-Claro amor- respondió Jimin mirando por la ventana del auto.

-Dime qué tienes, desde esta mañana te noto triste, ¿acaso te arrepentiste de haber estado  conmigo en la cabaña?- sus voz salió ahogada, tenía un nudo en su garganta.

Jimin lo miró y comenzó a llorar, mientras Chanyeol se estacionaba frente a la casa de su novio. Estaba pensando lo peor porque Jimin no paraba de llorar.

-Jamás me arrepentiría de haberme entregado a ti, eres a quien más amo, y por eso esto me duele tanto- dijo entre llantos.

-¿A qué te refieres amor? No te entiendo y me estás asustando.

Jimin le contó a Chanyeol finalmente porque estaba tan triste y ambos empezaron a llorar entre besos, caricias y promesas. Chanyeol hasta le propuso escaparse juntos o casarse para que se pudiera quedar.

Jimin sonrió ante las ideas locas de su novio y le pidió que por favor pasaran cada día que les quedaban juntos y haciendo el amor. También le dijo que aunque una relación a distancia era difícil él estaba dispuesto a intentarlo aunque no se enojaría ni lo culparía si no lo esperaba, ya que ni siquiera sabía cuando volvería o si lo haría alguna vez.








El fin del ciclo escolar había llegado. Y con este el momento que más había intentado alejar Jimin. Su partida era inminente.  Su padre ya se había instalado en Estados Unidos y solo esperaba que su familia se uniera a él.

Su novio lo abrazaba en silencio mientras el auditorio se llenaba de gente. La túnica de Jimin era de un color violeta. Color que había sido propuesto por Tae y todos habían aceptado.

Se separó lentamente y caminó al asiento que le correspondía, su amigo estaba junto a él y aunque alguna vez habían pensado que ese sería uno de los días más felices de su vida la tristeza era palpable en el aire.

La ceremonia fue emotiva, sobre todo cuando Tae tuvo que decir el discurso ya que había sido elegido por ser el mejor compañero de la clase.

Jimin lloró de emoción pero también de tristeza. En dos días dejaría Corea y ni siquiera iba a poder estar en el cumpleaños número dieciocho de su mejor amigo.

Luego de la ceremonia se juntaron en un restaurante, todos sus compañeros y amigos lo despidieron deseándole lo mejor y diciendo que esperaban que volviese pronto.

Él también quería volver pronto. Al menos antes de que su amado Chanyeol se olvidara de él.

La despedida en el aeropuerto fue demasiado triste. Jimin lloraba, Taehyung lloraba, Jungkook lloraba, Seokjin lloraba, Chanyeol lloraba y hasta a Namjoon se le escaparon algunas lágrimas.

Se fue con miles de promesas y con su corazón en la mano.

Se fue prometiendo pronto volver.

Ámame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora