Capítulo 25.

22.4K 1.9K 128
                                    

Este es un día demasiado especial para mí, siete años se cumplía de ese momento en que él hizo ese sacrificio por mí. Mi padre fue un gran hombre y sobre todo uno de los mejores líderes de la Bratvá, prefirió dar su vida para salvar la mía, todavía me siento culpable porque mi irresponsabilidad lo llevó a tomar esas decisiones por eso mi propósito después de ese día que me levanté en el hospital con la noticia que él me había donado su corazón fue centrarme en mantener el legado de los Sokolov con orgullo y respeto como le hubiera gustado a mi padre.
Es un día complicado y con muchos sentimientos a flor de piel, ver a toda nuestra organización rendirle un homenaje a Alik Sokolov como se merece, fue uno de los mejores líderes de la mafia rusa, siempre recordariamos eso.

— Te estaba buscando — la voz de Alexia me hace observa la puerta de mi despacho.

— Ven, cariño — le pido.

Ella cierre la puerta para caminar dónde estoy sentado para luego sentarse sobre mis piernas y sus manos apoyarse sobre mis mejillas.

— ¿Cómo estás? — me pregunta preocupada.

— Ahora que estás aquí conmigo, me siento mucho mejor — comento al estrecharla entre mis brazos.

Alexia no tenía idea de la dimensión del amor que siento por ella, esperaba resolver todos mis problemas con mis enemigos para poder ponerle un hermoso anillo de diamantes en su dedo para que definitivamente sea mi amada y gloriosa reina de la mafia roja.

— Estoy aquí — murmura sin dejar de abrazarme. — Cuéntame como era tu papá — me pide pasando sus manos por mi nuca.

— Él era un poco terco, obstinado y con un gran carácter — respondo sonriendo.

— Me hace acordar a alguien — comenta mirándome a los ojos.

— En carácter éramos parecidos, nos creíamos inmortales — un nudo se forma en mi garganta. —  Era mi héroe, por eso siempre hacia cosas para llamar su atención, todos dicen que soy el que más me parezco tanto en personalidad como físicamente. — le cuento negando mi cabeza.

— Estoy segura que estaría orgulloso de como manejas la mafia — afirma ella.

— Podría hacerlo mejor, tengo muchos rebeldes que atentan con mi reinado — acoto bufando.

— Se que nunca lo vas a permitir — sentencia conociendo mi clara respuesta, podían tentar mi dominio pero nunca permitiría que ellos tomen mi lugar porque la Bratvá solo la puede comandar un Sokolov y así será siempre.

— Sabes con Gauss podemos ser casi parecidos a papá, pero él es el que sacó la tranquilidad e inteligencia de mi madre —
— digo también acordándome de ella.

Mi mamá había muerto hace más de diez años, una enfermedad terminal no las arrebato sin esperarlo, ella fue la mejor reina de la Bratvá por sus ingeniosos artefactos que hoy en día seguimos usando para nuestra seguridad, sobre todo las mujeres de la mafia.

— Natasha me contó que ella fue la que ideó la renovación de los elementos femeninos y que Gauss los modernizo en estos últimos años — dice sonríendo.

— ¿Tú y Natasha se están llevando mejor? — inquiero enarcando una de mis cejas.

— Probablemente — se encoje de hombres. — Está un poco más comunicativa y hoy me halago por mis reflejos y golpes — agrega con una gran sonrisa.

— Serás la mejor — afirmo orgulloso mirando a mi mujer.

— Mañana vuelvo a Chicago — me recuerda haciendo un mohin.

— Lo sé — me acerco a morder su labio inferior. — Debes volver con tu padre, no quiero que siga pensando que tengo secuestrada a su princesa — acoto bajando mi mano hasta su trasero para acercarla más a mi entrepierna.

Aunque no quería dejarla ir debía hacerlo, ella tenía cuestiones que resolver con su padre en Chicago y de paso me dejaba el frente listo para solo centrarme en cazar a mis enemigos.

— Me tienes secuestrada en tu cama todas las noches — bromea empezando a mover su cadera generando esa magnífica fricción entre nuestras entrepiernas.

— No he escuchado quejas de tu parte solo pides más y más, cariño — comento metiendo mis manos por debajo de su remera para llegar a sus pechos y comienzo a dar suaves toques.

— ¿Vendrás por mí o tendré que venir a buscarte? — jadea cuando mi boca empieza a repartir besos en la curvatura de tu cuello.

— Siempre iré por ti, solo que está vez no tardaré mucho solo diez días porque debo resolver algunas cuestiones más de la mafia — respondo quitando su remera para dejar su torso desnudo.

— Deja de dar tantas vueltas y follame — demanda.

— Como desee mi reina — sentencio para incorporarme y la siento sobre mi escritorio.

Amo complacer y follar con mi mujer.

***

En nuestro gran castillo nadie podía entrar, éramos muy reservados con la privacidad y todo porque cuidabamos la integridad de nuestra seguridad. Extraños dando vueltas por toda la casa nos ponía en peligro porque enemigos tenemos en todos lados y aprovechan estos momentos de fiestas para entrar algunos de sus artefactos para espiarnos. Por eso la fiesta en conmemoración de la muerte de mi padre lo hacíamos en la base de la Bratvá, muchos mafiosos en un solo lugar era un peligro sobre todo para mí, pero sabía que no harían nada porque los traidores no se revelarán delante de mis leales ya que eso significaba su muerte asegurada.

— ¿Qué te tiene tan pensativo? — le pregunto a mi hermano.

— La falsa tranquilidad del salón — responde mirando a todos los presentes.

— Déjalos que piensen que no sabemos lo que están haciendo — comento chocando mi vaso de vodka con el suyo.

— Konstantin Morózov sonríe pensando que no sabemos que es el principal traidor — Gauss me mira con una sonrisa divertida. — él será quien nos haga llegar a Yurgo — agrega malicioso.

— Me los voy a cargar a ambos y a toda su familia — sentencio con seguridad.

— De eso no lo dudes — afirma.

— Incluso a la madre de Alexia —  agrego apretando mi quijada observando como la mujer sonríe con falsedad con las demás damas.

No solo mataré a Konstantin Morózov, sino que a su esposa, uno por faltarle el respeto a mi reina y segundo por se cómplice de su marido para engañar a las niñas o adolescentes para hacerles caer en la trampa de la trata.

— ¿Estás bebiendo? — pregunta Alexia entrando a la pequeña sala donde estábamos con mi hermano.

— Este vaso no es mío, es de él — me excuso dejando el vaso a mi costado.

— Es mío — contesta mi hermano evitando reírse.

— Como son las cosas de la vida, el rey de la Bratvá que tiene muchas gente a su dominio y le tienen miedo, es dominado por una mujer — argumenta Natasha también entrando a la pequeña sala.

— No es cualquier mujer, es la reina — acota Gauss divertido.

— Mi reina — afirmo atrayendola a mis brazos.

— Estabas bebiendo — me reprocha con una fulminante mirada.

— Un poco, cariño — digo dejando un beso en su mejilla.

— Alguien no tendrá sexo esta noche por portarse mal — bromea mi hermano.

— Gobernado — comenta mi prima rodando sus ojos.

La única que podía gobernar mi vida es Alexia, a nadie más le permitiría eso, solo a ella, mi reina, mi mujer y futura madre de mis futuros herederos.

Estaríamos varios días separados, pero ambos necesitábamos esto porque ella necesitaba ser franca con su padre y yo terminar con las amenazas, para así poner en orden todo a nuestro alrededor.

Nuestro futuro dependía de esto.























* Nos vemos el lunes ❤️

Imposible Olvidarte (1° SAP)Where stories live. Discover now