Capítulo 15.

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Alexia.

Nunca pensé que el llamado de mi mamá iba a destabilizarme como lo hizo. Ella como siempre me hizo sentir el peor error de su vida, siempre tomó malas decisiones y que iba a terminar siendo una fracasada triste como lo era mi padre. Odio que se meta en mis decisiones y que hable con total impunidad de como somos con mi papá, que ella sea una perra frigida, sin  sentimientos no nos pone nada en ser iguales. He perdido la cuenta de los años que hace que no la veo, recibo algún llamado como estos donde ella siempre destilaba su veneno encontrá del desastre de vida que llevo, lo que generó un desequilibrio emocional que me hizo romperme en dos.
Gavriel fue mi cable a tierra, sentir su consuelo y bueno su manera de hacerme olvidar de todo, no podía quejarme porque he ido al infierno y cielo en cada uno de los orgasmos que regaló está tarde.

— Creo que deberíamos vestirnos — habla mientras desliza su dedo índice sobre la curvatura de mi espalda. Ambos estábamos desnudos, me encontraba recostada sobre su cuerpo mientras nos recuperamos del intenso sexo que habíamos tenido en esta oficina.

— Sí, debemos mandar a limpiar está oficina antes que llegue mi padre — murmuro levantando mi cabeza para mirarlo a los ojos.

— Debemos huir de este lugar, dejé a tu padre con mi prima y no dudo que después venga a ver qué tan buen consolador soy — agrega acomodando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

— ¿Por qué dejaste a mi padre con tu prima? — inquiero frunciendo el ceño.

— Ellos se conocen — contesta.

— Tu prima me cae mal y no es una mujer para mí padre — declaro con seguridad. En lo poco que la he visto es una perra y me cae absolutamente mal esa actitud que lleva.

— Natasha es complicada, no es mala solo tuvo una vida de mierda y la destrozaron — me cuenta suspirando.

— Ella es así porque quiere — mascullo.

— En eso tienes un punto de razón — acota sonriendo.

— Tu prima es mala para mí padre — sentencio convencida.

— Bueno, ella dice que yo soy malo para tí — comenta pasando su dedo por la punta de mi nariz.

— Lo eres — afirmo al levantarme para empezar a buscar mi ropa.

— Lo soy — se ríe tirando de mi mano para que me siente en sus piernas. — ¿Ya te sientes mejor? — pregunta dejando un suave beso en mi mejilla.

— Si Gavriel, gracias — contesto escondiendo su cara en su cuello.

— Si quieres puedo mandar a matar a tu madre — sugiere haciendo que empiece a reírme por la locura de sus palabras.

— Estás loco, ruso cavernícola — declaro mirándolo a los ojos y observo la enorme cicatriz en su pecho, me atrevo a pasar mis dedos por esa zona.

— Alexia — musita deteniendo mi mano.

— ¿Qué te sucedió? — consulto curiosa. Esa cicatriz en su pecho decía mucho, era de pura obviedad lo que le pasó, pero quería que él me contará esa parte de la historia.

— Desnuda y en este lugar no es momento de hacerlo — dice suspirando.

— ¿Me llevas por un helado? — le pido cambiando el incómodo momento.

— Le diré a mis hombres, ¿Qué gusto quieres? —

— No quiero que tus hombres me traigan helado, quiero que tú me lleves a una heladería y te sientes conmigo a tomar uno — comento al levantarme de sus piernas.

Imposible Olvidarte (1° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora