Capítulo 34.

22.9K 2K 305
                                    

La sonrisa que tenía en mi rostro y el orgullo que sentía por ella, verla degollar a Konstantin Morózov delante de mis ojos y nuestros hombres no tenían  palabras porque ahora sabían de lo que es capaz de hacer mi reina si solo se meten con nosotros.
Alexia lo hizo por instinto, debo darle las gracias a mi prima por haberle enseñado como defenderse, aunque sigue sin creer lo que hizo, no puedo ocultar lo orgulloso que estoy por mi bella mujer. Ahora se encontraba internada porque cuando la adrenalina pasó, el dolor fue lo que invadió su cuerpo, pasamos por tanto en tan pocos días y debía descansar, tanto ella como Ignati, ambos estaban fuera de peligro porque pudieron quitar todo el mercurio de su sistema.

— ¡Vaya con tu mujer! — exclama Odik al entrar a mi oficina que tengo en la organización. Había dejado a Alexia al cuidado de su padre y muchos de mis guardaespaldas para terminar con mi trabajo, debíamos eliminar a muchos traidores.

— Es peligrosa — afirmo con orgullo mientras doy un sorbo de mi vaso de vodka.

— Mis respetos a la reina — acota levantando su vaso para chocar con el mío.

Ya nadie podía decir nada, la reina de la mafia roja había dejado bien sentado de lo que es capaz de hacer y que le tengan miedo eso es lo que más me fascina.

— ¿Ya te vas? — le pregunto. Odik Brankovič era una de los líderes que comanda en Siberia y las ciudades de sus alrededores.

— Sí, mi hermana y sobrinas me esperan. No me gusta dejarlas mucho tiempo solas — contesta suspirando.

— ¿Cómo están ellas? — inquiero.

— Han pasado siete putos años y Svetlana no supera lo sucedido, las niñas un poco, Viktoria fue la que más padeció los abusos de su padre, Vanya y Rina eran muy pequeñas y Vladimir no les hizo nada — acota dando un trago en seco a su vaso y se sirve otro.

— Esa mierda destruyó muchas vidas — gruño.

— Solo te pido que Natasha no vuelva a acercarse a nosotros, te respeto a ti pero a ella no porque es la mujer que más altera a mi hermana y en su condición debe estar tranquila — me pide.

Los Sokolov y los Brankovič teníamos muchos secretos que nos unían.

— Tranquilo — afirmo. Sabiendo que le haré entender a las fuerzas a mi prima para que no se acerque a ellos.

— ¿Y Alexandr? — pregunta con cierta curiosidad.

— Creciendo y preparándose para ser el próximo líder de la Bratvá — sentencio con seguridad.

— Lo cuidan mucho porque se que en este país no está — agrega enarcando una de sus cejas.

— Tenemos muchos enemigos — me encogí de hombros despreocupado.

No le iba a decir dónde estaba Sasha, su identidad será un misterio hasta sus dieciocho años dónde tendrá que elegir si sigues sus pasos dentro de la mafia o fuera.

— Debo irme, espero invitación a la boda — dice extendiendo su mano.

— Nos vemos pronto y mantenemos contacto — declaro cuando nos despedimos.

Cuando sale Odik, entra Gauss con una gran sonrisa, que Ignati este mejorando nos traía demasiada tranquilidad sobre todo a él que es su papá. Mi hermano estaba que enervaba venganza por sus poros y lo estaba esperando para que torturar a nuestros enemigos sobre todo a Kuznetsov y a la mamá de Alexia, porque nos habíamos enterados que por ella esos seis empleados nos traicionaron poniendo mercurio en la comida de mi reina y mi sobrino, querían atacarnos en nuestros puntos más débiles, ahora verá las consecuencias de sus actos.

Imposible Olvidarte (1° SAP)Where stories live. Discover now