Capítulo 35.

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Lo que más me molesta son los tiempos, tengo muy poca paciencia y si por mí fuera esa misma noche donde le pedí que fuera mi esposa ya nos hubiéramos casado, pero como mi reina es tan sensata me lo prohibió porque quería una fiesta de cuento de hadas, dijo que se estaba casando con el amor de su vida y quería que sea perfecto. Acá estaba volando a Chicago a mi supuesta despedida de soltero, como no tengo amigos, bueno la familia Salvatore lo es, los hombres me habían organizado algo para festejar mi últimos días de soltero, Alexia tenía también la suya, una despedida comandada por Helena, me imagino como será y se me es imposible no estar celoso.

Ella es mía.

— Cariño — murmuro tratando que se despierte. Desde que salimos de Moscú se encontraba durmiendo, los preparativos de la boda la tenían muy cansada últimamente.

— Gavriel — se queja cuando dejó un beso en su cuello que la hace estremecer.

Oficialmente llevábamos dos meses viviendo juntos en Rusia, después que el señor Soul volvió de Luna de miel con la señora Laura, ambos volvieron a hacerse cargo del lugar y le permitieron a mi mujer regresar a mis brazos más rápido de lo que habíamos imaginado.

— Llegamos — digo sonriendo.

¿A caso se podría estar más enamorado de esta mujer?

Hacía casi ocho años desde el primer día que la había conocido en ese parque, recuerdo bien que vine a la ciudad a cuidar de Ethan y su familia del desgraciado que los molestaba, en ese parque donde los observaba ya su color azul en el pelo me había llamado la atención, desde que sus ojos quedaron en mí cuando la salvé de ese hijo de puta no pude sacarme de la cabeza. Un beso y muchos años después volví a cumplir esa promesa que le hice, no me arrepiento de nada, porque ahora soy completamente feliz al lado de la mujer de mi vida, mi reina.

— Tengo hambre — se queja mientras el Jet termina de aterrizar en la pista.

— ¿Qué quieres comer? — le pregunto robándole un beso.

— ¿Puedo pedirte a ti en el menú? — me consulta bostezando.

— No tengo problema — respondo riendo.

— Señores — nos habla Antonily.

— Estamos listos — contesto al levantarme del asiento y extender mi mano para que ella baje.

Con solo asomarnos a la puerta, escucho los gritos y todo, me sorprende ver a los hombres y mujeres de la gran familia Salvatore que nos esperaban sumado al padre de Alexia con su esposa y el idiota hijo de ella que quiere morir si sigue insinuandose a mi mujer. Las manos no me tiemblan, no me va costar nada darle una buena lección o un tiro en las piernas.

— ¡Llegaron los futuros esposos! — grita Lena al colgarse de mí para abrazarme.

— Bienvenidos — nos saluda mi primo negando divertido su cabeza al ver la efusividad de su esposa.

— Como la mejor dama de honor, tenemos muchas cosas que hacer, mi querida perra — declara ella abrazando a Alexia.

— Nos vemos — me saluda.

— Esperen, los guardaespaldas irán con ustedes — sentencio.

— ¡Oh, claro que no! — contesta la mujer de mi primo. — Ellos te dirán lo que hacemos y no necesitamos niñeros — agrega de forma amenazante.

— Es por su seguridad — mascullo.

— Yo puedo cuidar muy bien de ella y de todo mi séquito, hasta se que Lexie puede quedarse sola sin tener a treinta monos detrás de ella — contesta.

Imposible Olvidarte (1° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora