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Meredith.

Nos quedamos parados unos segundos más, pude ver de reojo como Alex miraba con asombro el estudio, y no era para menos, ya que era de los más grandes en la ciudad.

---Wow.--- murmuro asombrado el chico.

---Genial, ¿no?--- le pregunte con emoción.--- Y es todo para nosotros.

---¿Bailarás aquí? Lo digo porque, bueno, este estudio tiene unos grandes ventanales y quizá a la gente que pase por afuera se le puede hacer raro escuchar música pero no ver a nadie.--- trato de explicarse el chico.

---Tranquilo, tengo una solución para eso.--- le asegure mientras le guiñaba un ojo.

Volví a tomar su mano mientras caminábamos a través de unos cuantos pasillos del edificio, hasta que llegamos a la parte trasera del lugar, cruzamos otra puerta para dar con el patio trasero del lugar, al parecer aquí podían descansar los bailarines ya que había bancas y plantas, parecía un lindo jardín.

---Ya veo porque te gusta tanto el lugar.--- comentó nuevamente asombrado el rubio. 

---Este es mi lugar favorito del estudio, es muy tranquilo y lindo.--- le expliqué mientras sonreía y comenzaba a caminar por el lugar, siendo seguida por Alex.--- Con el baile puedo desestresarme, ser libre, yo misma, por  eso este es uno de mis lugares favoritos, además que por las mañanas el lugar permanece cerrado así que no tengo preocupación de que algún viviente llegue a interrumpir mi tranquilidad. 

---Debes ser toda una bailarina profesional.--- aseguró el chico con una sonrisa.

---Hago lo que puedo.--- le aseguré algo apenada.--- Creo que es más importante hacerlo con pasión que ser la mejor... ¿podrías ayudarme a mover esta banca? Así puedo bailar con más libertad. 

---Si...no puedo moverla.--- confesó el rubio algo apenado.--- Solo puedo mover cosas pequeñas. 

---Oye, confía en mi.--- le comenté mientras iba a su lado, frente a la banca.--- Si te concentras en poner toda la energía en las manos, podrás mover todo.

---Okey.--- murmuro el chico, visiblemente no muy convencido.

Alex se posiciono de tal manera en que sus manos estaban a punto de tocar la banca, pero al momento de intentarlo sus manos la traspasaron.

---Tranquilo, al principio cuesta mucho, pero créeme, yo se que puedes.--- le hable para animarlo, aunque los dos soltamos pequeñas risas por eso.

---No, creo que haré ejercicios fantasmales.--- comentó el rubio mientras volteaba a verme.

---No, solo concéntrate.--- le volví a animar.

---Siempre he tenido problemas con eso.--- confesó.--- Sufría ansiedad, y después morí, lo cual...no me calmó mucho.

---Entiendo...bien, te ayudare.--- le aseguré colocándome al lado suyo, frente a la banca.--- Tu mano.

Alex me tendió su mano sin saber exactamente que hacer, pero al voltear a verlo pude ver como me sonreía, por lo que no pude evitar sonreír también, sin ambos darnos cuenta de lo cerca que estábamos del otro. 

Carraspeé un poco al notar como comenzaba a ponerme nerviosa y desvié la mirada, escuchando como Alex soltaba una pequeña risita por eso.

---¿Estás listo?--- le pregunté, llevando nuestras manos por abajo de la banca. 

El rubio asintió ante mis palabras para ahora cerrar sus ojos y soltar un suspiro, estaba tratando de concentrarse, entonces en esta segunda ocasión, las manos del chico, al parecer ya más concentrado, no atravesaron la banca y pudo levantarla.

---¡Lo logré, Mer, lo logré!--- mencionó emocionado Alex, volteando a verme con una gran sonrisa.

---¡Sabía que podrías hacerlo, Alex!--- le asegure mientras le sonreía ampliamente por la emoción.

Entonces ambos comenzamos a mover la banca haciendo que fuera más fácil para el rubio, aunque el chico ahora se veía más seguro de lo que hacía.

---Bien Mer.--- habló Alex mientras se sentaba en la banca.--- Ahora muéstrame de que estás hecha.

---¿No te molesta verme bailar mientras tu estás sentado?--- le pregunte con pena.--- Si quieres podemos ir a otro lado...

---No, no, este es tu lugar especial.--- me interrumpió el chico con una tierna sonrisa en su rostro.--- Además puedo decirte que seré muy afortunado si puedo apreciar tu talento de cerca.

---Bien, solo...--- mencione mientras evitaba sonrojarme.--- No vayas a juzgarme.

Veía como la atenta mirada del chico seguía sobre mi, así que antes de ponerme más nerviosa hice que las pequeñas bocinas que había en el jardín se encendieran y sonara una de mis canciones favoritas, pude ver que Alex se sorprendía por lo que había hecho, y todo era gracias a que Caleb me había enseñado un par de trucos.

Entonces comencé a bailar al ritmo de la música, dejándome llevar por la melodía, haciendo que una falda que me llegaba un poco abajo de las rodillas y con vuelo apareciera puesta en mí y en mi mano derecha hice aparecer una tela, con las cuales le pude dar más personalidad al baile.

(Pueden ver solamente a la primer pareja si quieren, obviamente Mer baila la versión de la mujer xd)

Al final lance mi pequeña tela hacía el cielo, mientras sonreía ampliamente y escuchaba los fuertes aplausos y chiflidos que daba el rubio.

---Eso fue...¡increíble!--- aclamo Alex sonriendo ampliamente.--- Al principio me sorprendió como pudiste hacer para que las bocinas encendieran, pero sin dudas tu baile me dejo sin palabras, ¡eres asombrosa, Mer!

---Oh basta, harás que me sonroje.--- le mencione bromeando.--- Pero si eso te sorprendió, lo que hacemos en el club te volverá loco.

---En verdad espero algún día verte.--- menciono el chico sonriendo levemente, mientras ambos nos sentábamos en la banca.

---Y a mi me gustaría que un día de estos fueras.--- le asegure algo apenada.

---Me encantaría bailar así algún día.--- menciono el rubio mientras soltaba un suspiro.

---Yo podría enseñarte.--- le respondí con rapidez, sin intentar ocultar mi emoción.

---Oh créeme que no quieres, soy pésimo para esto.--- dijo Alex sonando muy seguro.

---Por Dios Alex, no puedes ser tan malo.--- mencioné mientras reía levemente.

---Pero nunca podría llegar a bailar así.--- murmuro el rubio.

---Por algo se va empezando, y creo que sé como empezar a enseñarte.--- le aseguré con una amplia sonrisa.

Me pare de la banca colocándome frente a él, mientras apuntaba a las pequeñas bocinas del lugar haciendo que se encendieran nuevamente y tendía mi mano hacía él, para que Alex finalmente la aceptara. 





Locked of the Heaven | Alex; Julie and the phantomsWhere stories live. Discover now