000;

1K 75 21
                                    

Meredith;

Abrí mis ojos, tomando una gran bocanada de aire al segundo, sentándome de sobresalto de aquel frío suelo. No entendía lo que pasaba, ni donde estaba. Solo se que estaba en una habitación negra, quería suponer que era una habitación ya que no se veía alguna pared cerca, y una luz blanca estaba sobre mí, era lo único que había ahí.

Estaba sola.

---¿J...Josh?--- pregunte en un murmuro mientras me levantaba nuevamente de aquel suelo.--- ¿¡JOSH!?

Ninguna respuesta, ni un ruido, nada. Ni siquiera recordaba algo antes de aparecer en aquella habitación. Trate de caminar en el lugar buscando alguna salida, alguien más, o cualquier cosa que me indicara donde diablos me encontraba.

Pero mi búsqueda no dio resultados, ya que yo sentía que caminaba demasiado, pero todo parecía igual, un simple lugar vacío con una luz apuntándome. 

Volví a sentarme en el suelo, tratando de recordar algo, lo que fuera, pero tampoco servía, nada venía a mi mente, y eso comenzaba a frustrarme, y eso combinado con el miedo que sentía no era nada bueno. 

Lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, mis sollozos era lo único que podía escuchar aquí, y eso me aterraba. 

Lo que para mí había sido una hora, o incluso solo minutos, pasaron con rapidez, y justo en el momento en que comenzaba a tranquilizarme y mis lágrimas no salían más, pude divisar una luz a lo lejos, la cual miraba curiosa, temiendo que fuera producto de mi imaginación, pero aquella luz siguió ahí más tiempo, por lo que me atreví a levantarme del suelo y caminar hacía ella.

Ha diferencia de hace rato, ahora pudo sentir como en verdad caminaba, ya que esa luz se veía cada vez más cercana, al punto en que pude distinguir que aquella luz venía de una especie de apertura, como si fuera una puerta, pero no se veía a donde te dirigía ya que la luz era algo cegadora como para dejarte ver el otro lado.

Entrecerré mis ojos conforme me acerqué y la luz cada vez era más potente, y aunque no sabía adonde me llevaría, decidí cruzar, ¿qué podía ser peor que aquí? Por lo que con mi casi nula vista, me aventure y crucé, pero me arrepentí en el momento en que no sentí más suelo, pero ya era demasiado tarde, me encontraba cayendo a lo que parecía un pozo sin fondo. 

He igual que antes, mis gritos era lo único que podía escuchar.

[...]

Mi cuerpo finalmente termino de caer, golpeando fuertemente con el suelo y emitiendo un grito ahogado por dicho golpe, pero aún así mantenía mis ojos cerrados por el impacto.

---Vaya, eso debió doler. 

Abrí mis ojos alarmada ante aquella desconocida voz, topándome de golpe con un tipo de oficina que desconocía por completo, me senté rápidamente en el suelo olvidando por completo el dolor que me había dejado aquella caída, dándole un rápido vistazo al lugar viendo como en las paredes había colgados reconocimientos y premios.

---Querida, ¿estás bien?

Dirigí mi mirada hacía donde provenía aquella voz, topándome con un hombre con un semblante preocupado en su rostro viéndome, parado a un lado del escritorio, con un tipo de bata de seda cubriendo su cuerpo, y cuando noté que trato de acercarse a mi solo me arrastré un poco hacía atrás mirándolo asustada. Por lo que aquel hombre solo alzó sus manos y se quedo quieto en su lugar.

---Tranquila cariño, no te haré nada.--- habló el desconocido.

---¿Qu...quién es...usted?--- pregunte asustada, sin quitar mi mirada del hombre. 

Locked of the Heaven | Alex; Julie and the phantomsWhere stories live. Discover now