-¿Por qué me odias?- su voz era rota, al pálido no le gustaba ver así al pequeño maknae.
-No te odio- susurro sentándose a lado del pelinegro que no paraba de llorar, su corazón le dolía pero, ¿Por qué?.
-Claro que lo haces- sollozo y el pálido sint...
¿Puedes ver mi corazón? Eres el único para mí, Estarédetrás de ti, Un pasoatrás...
Can You See My Heart- Heize
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Yoongi había estado tan sumergido en sus pensamientos dede que salieron de la sala de ensayos que ni siquiera se había dado cuenta de que el castaño estaba a su lado en la Van, ambos sumergidos en un silencio cómodo menos para el pálido que se torturaba con lo mismo, ¿No tenía algo mejor que pensar? No, no lo tenía y se estaba odiando por eso.
–Yoongi-hyung– ese llamado lo saco de sus pensamientos que quemaban.
–¿Mm?– sus labios se juntaron en una fina línea mientras su gatuna mirada se posaba en el rostro sonrojado de su menor.
–¿Te p-puedo contar un s-secreto?– sus orbes brillaron, el pálido temió por esa pregunta haciendo que su alineada postura se decayera.
《–Hyung, ¿puedo contarte un secreto?– empezó a jugar con las mangas de su sudadera.》
Era lo mismo que aquella vez el maknae le preguntó, soltando cuanto le gustaba el bailarín, su Hyung de sonrísa hermosa y contagiosa, su mejor amigo; Hoseok.
Su corazón se detuvo por segundos cuando asintió, sintiendo como su garganta se empezaba a cerrar con la inesperada respuesta que le tendría el castaño, tenía miedo, tanto así que sus manos empezaron a sudar teniendo que retregar estas en su pantalón.
–Me gusta Jungkook– solo esas palabras que abandonaron los labios de Hoseok hicieron que el corazón del pálido se apagará, sus orbes de igual forma se apagaron. –No lo creí al principio, dudaba de ello, pero hoy me di cuanta de cuanto me gusta, ya no tengo dudas de ello– sonrío con ese brillo en sus castaños orbes, con sus mejillas teñidas de rosa.
El pálido sintió sus ojos picar, ¿Por qué no se sentía feliz? Porqué estaba en medio de dos personas que se gustaban, y él era testigo de eso, porque a él le dijeron cuanto se gustaban, porque solo él era testigo de que ambos se atraían. ¿Dónde quedaba él y sus sentimientos? Lejos, alejado del alcance de ellos dos, del maknae.
Su corazón por fin se podía dar por muerto, porque él se empeño en que eso pasará, se empeño en que su corazón dejara de funcionar como correspondía, podía llamarse un muerto viviente, sin alma ni corazón, sin sentimiento alguno, la única emoción que sentía era la de la infinita tristeza.
–Estaba pensando decírselo esta noche, ya no puedo esperar, no pienso que alguien más me lo quité– ...jamás lo haría Hoseok. El pálido junto sus párpados sintiendo como su cabeza palpitaba como si un taladro estuviera perforando esta, como el oxígeno le hacía falta a sus pulmones, hasta ellos necesitaban estar juntos.
