-¿Por qué me odias?- su voz era rota, al pálido no le gustaba ver así al pequeño maknae.
-No te odio- susurro sentándose a lado del pelinegro que no paraba de llorar, su corazón le dolía pero, ¿Por qué?.
-Claro que lo haces- sollozo y el pálido sint...
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Juntos iban subiendo las escaleras en un silencio incomodo, Yoongi al frente mientras Jungkook lo seguía llevando su maleta, por segunda vez iba entrar a la habitación de su Hyung y eso lo ponía feliz de alguna forma.
Después de una despedida incomoda con sus padres ambos subieron a su habitación del mayor, Yoongi maldiciendo por lo bajo, ¿Cómo se le ocurría a su madre hacer que el menor duerma con él? Simplemente no podía compartir la cama con el menor, no podía ni siquiera estar a solas con él sin sentirse incomodo, inseguro.
Por esa misma razón prefería mil veces dormir en el sillón de la sala que parecía llamarlo para que se acostará ahí, y vaya que lo haría y tomaría esa invitación, no pensaba por nada quedarse en la misma cama con el menor, por supuesto que no.
Ambos se adentraron a la habitación, el mayor se dirigió a la cama para acomodar algunas frazadas para el menor y dirigiéndose a su armario para sacar otras para él. Y hablaba en serio cuando decía que se iba a dormir en el sillón, no pensaba estar cerca del menor, era claro.
–Ya sabes donde esta el baño, descansa– tomo sus frazadas para salir de la habitación pero un impotente pelinegro se interpuso en su caminó. –Jungkook...
–¿No dormirás aquí?– lo miró a los ojos, viendo esos orbes apagarse de inmediato cuando él negó, era claro que no se iba a dormir con el menor.
Jungkook lo obligo a tirar las frazadas al suelo tomando sus manos con cuidado, su cuerpo tembló ante ese gentil y tímido toque. Sus ojos se concentraron, Yoongi perdiéndose en los castaños orbes del menor, esos que lo cautivaron desde siempre.
–Quédate conmigo– susurro acariciando con sus pulgares la suave y blanquecina piel de su Hyung.
Yoongi bajo su mirada al suave toque que estaba recibiendo, notando como su piel era tocada con cariño que sintió a su corazón encogerse; esas palabras le recordaron cuando huyo después de que el menor le pidiera que se quedara para hablar, que se quedará un día más con él. La culpa lo invadió, ¿Qué estaba haciendo? Estaba huyendo como un cobarde en lugar de afrontar la verdad, decir en voz clara y fuerte que estaba enamorado del menor.
–Jungkook... n-no– se estaba odiando por el hecho de que su voz saliera distorsionada por el gran nudo en su garganta que le impedía hablar.
Jungkook pudo notar como los orbes de su Hyung brillaban y sabía que no era por algo bueno, verlo morderse el labio mientras su mirada era invadida le daba a entender que su Hyung estaba apunto de romperse, y no quería eso, no quería ver a su Hyung llorar.
Yoongi se veía tan pequeño ante él, tan sumiso mientras trataba de que las lágrimas no salieran de sus cansados y brillantes ojos, ¿por qué llorar?, ¿por qué se veía roto? Quería saberlo, quería saber por qué estando cerca de su Hyung hacia que esté llorará.
