-¿Por qué me odias?- su voz era rota, al pálido no le gustaba ver así al pequeño maknae.
-No te odio- susurro sentándose a lado del pelinegro que no paraba de llorar, su corazón le dolía pero, ¿Por qué?.
-Claro que lo haces- sollozo y el pálido sint...
El universo se ha movido por nosotros, sin perder ni siquiera un poco. Nuestra felicidad estaba planeanda porque me amas y yo te amo.
Intro: Serendipity - Jimin.
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Yoongi mantenía sus párpados cerrados mientras la melodía se escuchaba a través de sus audífonos, relajando su cuerpo, casi como un arrullo que lo incitaba a dormirse.
De pronto la música se corto dejando de escuchar la canción que se transmitía, abrió sus ojos tratando de acostumbrarse a la tenue luz de su estudio. Se retiró sus audífonos desconcertado.
–Hola, gatito– Yoongi dio un brinco en su asiento fulminado con su mirada al menor.
–Me diste un susto– refunfuño mientras acomodaba sus hebras grises. –¿Qué haces aquí, mocoso?
Jungkook trato de ignorar aquel diminutivo que ya estaba acostumbrado a escuchar, no quería entrar en una discusión con su lindo novio por aquel apodo que el mismo peligris sabía que odiaba.
–Quise ver a mi novio– se encogió de hombros mientras meneaba la bolsa de comida que traía en su mano.
Yoongi refunfuño entre dientes sintiendo sus mejillas calientes, apartando la mirada mientras chasquea repetidas veces, guardando sus manos en los bolsillos de su pantalón delantero.
Jungkook sonrió dulcemente viendo el sonrojo en las mejillas de su lindo novio, sin dudarlo se acercó para dejarle un casto beso en sus rosados labios, viendo la sorpresa reflejada en el rostro del peligris.
Yoongi aún no se acostumbraba a los repentinos movimientos del menor, ni a sus palabras cargadas de dulzor que iban solo para él. Todo eso lo hacía sentirse extraño, nervioso, intimidado. Sin embargo, le gustaba, todo aquello le encantaba si venía del menor, si era él quien le abrazaba todas las noches, quien le susurraba dulces palabras o quien le daba suaves besos que lo transportaban a un mundo desconocido.
–Bien, vamos a comer, tengo hambre– murmuró pasando del menor para tomar asiento en el sillón, acomodando la pequeña mesa de centro para colocar la comida.
Jungkook no dejo de sonreír ni cuando se sentó a lado del mayor, empezando a sacar la comida dejándola en la pequeña mesa de centro. Él podía notar lo nervioso que se encontraba el mayor, siempre era así cuando lo besaba desprevenido, o cuando le decía cosas lindas.
Le gustaba esas pequeñeces por parte de su mayor, lo hacía ver adorable, sumamente lindo que tenia unas enormes ganas de agarrar sus mejillas y besarle hasta desgastar sus labios.
Las cosas entre ellos iban mejor que nunca, su amor floreciendo con mayor intensidad, su noviazgo yendo de maravilla. La anunciación no se hizo esperar, pues el maknae se había encargado de decirle a los chicos sobre su noviazgo con el mayor sin perder tiempo, todos felicitando su gran paso.
