-¿Por qué me odias?- su voz era rota, al pálido no le gustaba ver así al pequeño maknae.
-No te odio- susurro sentándose a lado del pelinegro que no paraba de llorar, su corazón le dolía pero, ¿Por qué?.
-Claro que lo haces- sollozo y el pálido sint...
¿Esto desaparecerá al pasar el tiempo? Recuerdo los viejos tiempos. Te recuerdo. Si tú, si tú; si no es demasiado tarde, ¿No podemos volver a estar juntos?
If you - Jungkook (cover).
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Jungkook admiraba el rostro del mayor, sus dedos haciendo un recorrido por la blanquecina y tersa piel, anhelante de aquel toque, sonriendo como un bobo enamorado, como si fuera la primera vez que se ha enamorado del mayor, admirando su belleza, sus imperfecciones, sus lunares, todo.
Era precioso.
Sus dedos se sumergieron en las hebras grises, dando suaves masajes en el cuero cabelludo escuchando los quejidos bajos del mayor, los suspiros abandonando sus labios removiéndose en la cama.
Yoongi frunció sus labios dándose la vuelta para enterrar su rostro en el pecho del menor, buscando de su calor mientras disfrutaba del masaje en su cuero cabelludo, jadeando de placer.
–Jungkook, déjame dormir– gruñó por lo bajo aferrándose al menor quien soltó una suave risita enternecido aferrándose por igual forma al cuerpo de su novio.
–¿Y el Jungkookie?– preguntó divertido, picando la cintura de su Hyung con sus dedos sacando de los labios contrarios diversas maldiciones.
–Sí no me dejas dormir te voy a sacar a patadas– amenazó mientras escuchaba el ronroneo del menor junto a sus suaves risitas, sintiendo el latido frenético del menor contra su pecho.
–Lo que mi gatito quiera– dejo castos besos en las hebras grises mientras sus brazos rodeaban la cintura de su Hyung, pegando más sus cuerpos.
Jungkook no quería levantarse de la cama, no quería que sus cuerpos se alejaran, quería permanecer así todo el día, tal vez más de lo debido, pero no quería soltarlo, se sentía cómodo, como en casa.
Él sabía que Yoongi era el correcto, que aquel hermoso pálido con personalidad seria en ocasiones, de semblante tierno parecido al de un gatito, de pequeña estatura y de un cuerpo delgado, era su pareja, su amor verdadero. Lo sabía.
Jungkook podía decir cuanto lo amaba y no se cansaría nunca, porque el amor que le tenia era infinito, inexplicable en ocasiones, llegador para cualquier persona, porque si escucharan su historia, si supieran todo lo que vivieron y sufrieron para estar ahí, se sorprenderían.
Era un amor cálido, envolvente en todos los aspectos, que te llegaba a causar cosquillas por todo el cuerpo. Simplemente hermoso.
Jungkook estaba felizmente agradecido con el peligris por haberle dado otra oportunidad, porque ambos lo volvieran a intentar sin tapujos, y fue lo correcto, lo mejor que le pudo haber pasado, espléndido.
Sonrió dulcemente para dejar un último beso en su cabellera para fundirse en un profundo sueño junto al mayor, sus cuerpos envueltos entre las mantas, acurrucados.
