-¿Por qué me odias?- su voz era rota, al pálido no le gustaba ver así al pequeño maknae.
-No te odio- susurro sentándose a lado del pelinegro que no paraba de llorar, su corazón le dolía pero, ¿Por qué?.
-Claro que lo haces- sollozo y el pálido sint...
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Yoongi caminaba por el pequeño camino de piedras llegando hasta la puerta de madera blanca, tomó un largo respiro para luego con sus nudillos tocar esta.
Escucho pasos desde el interior de la casa y estuvo preparado para ser recibido por su família, y era así, la puerta se abrió y mostró a una hermosa mujer con rasgos finos como los del pelimorado que le regalo una enorme sonrísa al menor.
–¡Yoongi, mi vida!– la bella mujer no dudo en abrazar a su hijo y llenarlo de besos en todo el rostro, había extrañado tanto a su hijo menor que no podía creer que lo tenía ahí, en sus brazos.
–Mamá, detente– trato de alejarla pero era imposible, no pensaba alejarse por nada del mundo.
–¡Ay!, te extrañe demasiado, déjame que te de al menos un abrazo– lo sacudió mientras volvía a besar sus mejillas.
El pelimorado prefirió quedarse callado dejando que su madre le diera los besos que quisiera aunque a él no le gustaran, pero sabía que si se ponía a la defensiva tendría a su mamá encima molestando aún más, y, no quería eso, por supuesto que no.
–¡Yoongi, hijo!– la voz de su padre se hizo resonar y ahí fue donde pudo respirar al ser liberado por fin.
Yoongi no dudo en abrazar a su padre cuando esté lo envolvió en un fuerte abrazo dando a entender cuanto lo había echado de menos, y lo entendía, él también los había extrañado horrores.
Realmente estaba deseando que con estas vacaciones, él recuerdo del maknae desapareciera para siempre. Quería olvidar todo sentiemiento hacia él, quería olvidar lo enamorado que estaba y que por supuesto lo dejará libre, porque es lo que mas ansiaba, estar libre, dejar de sentirse tan miserable con solo pensarlo, con solo nombrarlo o imaginarlo.
–Es bueno que estés aquí, hijo– su padre se alejo dando suaves palmaditas en su hombro con una enorme sonrísa idéntica a la del menor de sus hijos.
–Ya los extrañaba, padre– sonrío con nostalgia, porque era así, los había extrañado, había extrañado el tiempo a lado de su padre donde tenían charlas amenas y podían tomar café, o las pláticas profundas o juegos a lado de su madre.
Sin olvidar a su hermano mayor que sabía que se encontraba muy bien pues siempre se mantenía en contacto con el por cualquier cosa o situación, mandando le fotos del pequeño Min Holly. De verdad que extrañaba a esa bola de pelos con la que en ocasiones en sus anteriores reencuentros podía jugar horas con él distrayendo se de todos los problemas que tenia colgando de sus hombros, era su liberación de problemas.
Yoongi por fin se adentro a su casa yendo directo a su antigua habitación para dejar sus pertenecías y poder pasar un buen rato con sus padres contándoles como le ha ido evitando mencionar que le gustaba el pequeño y maduro maknae, porque realmente no quería pensarlo, no quería saber nada de él, y estas vacaciones se tratarían de olvidarlo, de olvidar lo que siente por él, sin saber que no sería así, porque un pelinegro venia en camino, para no dejarlo ni dormir.
