CAPÍTULO XLVIII

566 140 127
                                    

Vuelvo a casa con una mezcla de sentimientos ardientes, y tal vez con un poco de confusión en medio

Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.

Vuelvo a casa con una mezcla de sentimientos ardientes, y tal vez con un poco de confusión en medio. ¿Por qué mi padre me haría esperar por una señal? Él nunca fue de esas personas que les agrada el suspenso. Tal vez debe ocurrir algo hasta que él pueda manifestarse de nuevo... o yo debo pensar algo. ¿Una idea, quizás? ¿Y esa será la solución?

Suspiro dramáticamente luego de sacar tantas conclusiones, e ingreso a mi hogar como si nada hubiera pasado. Detrás de la puerta, dos rostros que me observan detalladamente y esperan una explicación de mi parte.

— ¡Oh, buen día! — digo con la voz cantarina — Lo siento si los hice preocupar, es que hoy tuve una visita bastante esperada y despertó cada uno de mis sentidos. Fue tan... perfecto.

Los dos continúan con sus cuerpos semejantes a las de dos estatuas, sin embargo, una de esas esculturas parece ablandarse como reacción a lo que acabo de comentar. Sus ojos comienzan a brillar como dos estrellas en un cielo sombrío, y sonrío para confirmar lo que se pregunta dentro de su mente.

— ¡Ay, hija! — exclama mi madre con tanto entusiasmo que su abrazo logra que mis pies den tres pasos hacia atrás — ¿Cómo lo viste? ¿Qué te dijo? ¡Cuéntame todo!

Su sonrisa se encuentra esplendorosa en estos momentos, y quedo totalmente conmovida, como si no hubiera visto ese contento en ella durante años. De repente, me arrastra hacia la silla más cercana y espera a que una frase salga de mí. 

Por otro lado, John se mantiene serio y calmo, como si nada estuviera sucediendo a su alrededor... como si nada le importara, en realidad. Esta última semana por fin comprendí que en su mundo, solo son él y sus libros. Luego, Thomas y mamá. Y por último, yo.

— ¡Fue totalmente mágico! Al principio me sentía en un vacío, pero de un momento a otro, un montón de árboles aparecieron frente a mí... ¡y él, tan especial como siempre! Llevaba su camisa blanca y nos dimos un abrazo tan sanador... — explico y la sonrisa de mi madre multiplica su tamaño en cada sílaba — Dijo que no estemos tristes, que él está siempre cuidándonos, como un ángel guardián. Y que se encuentra tan tranquilo como...

— ¿Puede bajar un poco la voz, por favor? — interrumpe John con malhumor.

Mi madre lo analiza con una mirada juzgadora.

— Ve a la sala, tal vez allí encuentres más silencio.

Inmediatamente, el hombre deja su libro a un costado y mantiene sus pupilas en el rostro de mi madre. Sí, él también debe creer que los ojos expresan más que simples palabras.

— Es mi día de descanso, merezco un total — hace una breve pausa — Y profundo silencio.

Pongo los ojos en blanco y tomo la mano de mi madre, para dirigirnos a la sala sin tener que soportar la existencia de un ser tan irritante y egoísta, que no tolera la felicidad en otros. O tal vez, lo que no tolera es que mi padre esté en nuestras bocas entre uniones esplendorosas.

¿que debo esperar de un corazón atormentado, que siempre vivió en las tinieblas?

— Como decía — añado con la misma alegría de hace unos instantes — También me comentó que se encuentra tan tranquilo como su pintura del lago de las lágrimas escondidas.

Y como si una simple palabra cobrara vida, una lágrima recorre la mejilla derecha de mi madre. Me sorprendo, mientras espero una respuesta por parte de ella... siendo sincera, todavía no sé reconocer una gota brillante de felicidad de una gota rebosante de tristeza. Son tan semejantes, tan idénticas, tan indistinguibles.

Solamente sé que nunca escondemos una lágrima de regocijo. En cambio, una de dolor sí.

 — Me alegra escuchar eso, Vania — responde luego de una eternidad — Algún día vamos a estar juntos de nuevo.

¿Algún día? Si nunca se fue de nuestro lado.

Luego de la frase de mi madre, ninguna vuelve a abrir la boca. No porque no sepamos qué decir, sino porque estamos sintiendo el momento. Sentir el momento es algo que siempre abre el corazón de las personas a experiencias extremadamente profundas consigo mismas, y también, a entender un poco más el mundo en el que viven sus ideas.

Sentir el momento, es algo que deberíamos hacer cada instante de nuestra estancia en la Tierra.

— Pero ahora estamos aquí — agrega mientras observa hacia un costado.

Humedezco mis labios.

— Nada más perfecto que el presente — digo y mi madre sonríe tanto que se marcan algunas arrugas alrededor de sus ojos.

Nada más perfecto que vivir.

Nada más perfecto que vivir

Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.
Evania: Un rincón del paraíso ©Kde žijí příběhy. Začni objevovat