CAPÍTULO XIX

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— ¡No puedo creerlo! — interrumpo a Tommy y salto de la silla

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— ¡No puedo creerlo! — interrumpo a Tommy y salto de la silla.

Sin dudas, una noticia que me renace los sentidos y logra una explosión dentro de mi ser.

¡Sabía que las conexiones de alma no debían cortarse tan pronto! Tan solo con pensar en ver de nuevo a Chispas... me lleno de emoción. Y más cuando se trata de un reencuentro tan esperado, ¡uno que ocurrirá hoy!

Seguramente todo fue idea de mamá y John, porque pude notar sus rostros de satisfacción al hablar con la familia Arcuri. 

— Ya dejarás de llorar por ese caballo.

Me siento nuevamente en la silla de madera.

— No lloré — explico — Solo me encontraba con un tormento en el corazón, uno que ya logré disipar, por supuesto.

Thomas revolea los faroles y gira su cabeza, debido a los pasos compactos de mi madre. La mujer entra a la sala con un vestido pálido decorado con unos botones negros en el medio, demasiado hermoso para ser verdad. Su cabello está recogido y de esa manera, es similar a una pequeña esfera de ilusiones acaracoladas.

— ¡Qué admirable vestimenta! — exclamo con brillo en los ojos.

Automáticamente le doy una mirada invasiva a Thomas, haciéndole saber que mi madre también espera un cumplido por parte de él.

— Sí mamá, está lin...

Oh, oh.

El pequeño queda paralizado, como si algo dentro de él lo detuviera y como un acto de reflejo, esconde la lengua para no volver a abrir la boca.
Mi madre, por otro lado, se encuentra de la misma manera: como si un mago invisible la hubiese congelado bajo un hechizo de cristales. Y yo soy la persona que debe deshacer tal encantamiento.

— ¿Y por qué tan elegante, mamá? — indago con tal de romper con la tensión presente en la habitación.

Mi madre parpadea tres veces y vuelve a la realidad, con esa personalidad cálida que la representa.

— La familia Arcuri vendrá a visitarnos, estoy emocionada — comenta maravillada, haciendo una fiesta de alegría con las manos.

Ese cuerpo atestado de afecto se mantuvo igual durante el paso de las horas. Y claramente, el mío también.
Sin embargo, Thomas se encontró indiferente frente a la llegada de la familia, como si no fuera algo relevante para él. Bueno, no tendría por qué ser importante, pero ¿no le resulta algo conmovedor el hecho de que hayan viajado hasta aquí, solo para vernos?

Estoy segura que ningún ricachón se atrevería a conocer el encantador universo de una familia común y corriente. A excepción del señor Arcuri, que no es como aquellos señores elegantes, con sus trajes y corbatas, que pretenden tenerlo todo cuando en realidad no tienen nada. Esos que se enfocan en lo material, pero no en los sentimientos que brotan de sus fríos corazones; tal vez porque fueron congelados bajo las antiguas civilizaciones.

Los Arcuri mantienen una conversación agradable con mamá, ríen mucho y dan pequeños sorbos a su té cada 10 minutos con una mirada expectante.

Estoy segura que luego de este encuentro, nuestras familias van a ser amigas, sin importar que una sea hielo y la otra fuego.

Bianca sigue con el mismo rubor en sus mejillas y movimientos repentinos, pero las letras que salen de sus labios son cada vez más firmes y seguras. Hace bastante me está contando sobre la historia de Chispas, y qué le gusta hacer cuando el sol lo recibe al inicio del día, o cómo abraza su miedo a la soledad cuando la noche se avecina. Y lo relata con tanto afán, que la contemplo como si se tratara de una obra de arte de recreación auditiva. 

Todos visten sus colores más avivados, sin dejar de lado la finura que los representa. El tiempo pasa rápido, al igual que los temas de conversación, y llega a nosotros una tarde anaranjada; y con ella, John.

Atraviesa la puerta con el rostro cansado, pero sus facciones se transforman cuando observa a los Arcuri en la mesa. Y a mamá con ese vestido. Y a Thomas jugando con Bianca. Y a mí, analizándolo a él.

— Qué sorpresa — pretende con la voz gélida. Luego de la broma de té picante, sé perfectamente que a John no le agradan las sorpresas.

Mi madre se levanta de su asiento para darle una cálida bienvenida con un beso en su mejilla, pero ni siquiera la predilección de ella es capaz de borrar ese doble rostro. La mira, y luego sonríe.

— Lindo vestido, Lena — dice y muestra sus dientes amablemente — Un gusto volver a verlos.

La familia Arcuri devuelve la sonrisa y saluda cordialmente.

Observo la escena y salgo afuera para tomar un poco de aire. Tal vez Chispas no pudo venir hoy, pero conocer más cosas sobre él me reavivó el vínculo que creamos, y lo siento conmigo aunque no pueda verlo. La paz abunda en el exterior, tanto que cierro los ojos... y la risa de John se escucha extremadamente fuerte.

"Al fin pudo unirse a las risas conmovedoras" pienso, y entro una vez más a mi hogar para poder presenciarlo... pero lo único que se presenta frente a mí, es una imagen donde todos están serios, y mi madre con una cara de confusión y al mismo tiempo decepción. Y estoy segura que mi expresión es la misma en este instante, aún sin saber la razón.

Los Arcuri se levantan con el ceño fruncido y toman a Bianca fuertemente del brazo, retirándose sin antes decir adiós. Pasan por mi lado, me observan, pero nada sale de sus labios... y se van.

Thomas no reacciona, y yo tampoco.

Thomas no reacciona, y yo tampoco

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Evania: Un rincón del paraíso ©Where stories live. Discover now