Capítulo 23: El sueño del General omega (Kim Taehyung)

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"Si le pides algo al universo, agradece como si ya lo hubieras recibido"

La batalla llegará pronto, mi lobo comienza a debilitarse, el llanto se convirtió en un mar de desilusiones; me ahogo en ellas. Ahora entiendo a los omegas de la villa, la preocupación y necesidad de tener a su familia cerca. Fui un idiota al querer negar mi naturaleza, diciéndome que soy fuerte e imparable. Ja... es irónico que mi fuerza dependa de mi alfa y cachorro.

—¿Qué es lo que hice mal? —mirando el horizonte se preguntaba Taehyung—. ¿Unirme al ejército? ¿Enamorarme de Jungkook?... ¿Dejar que vivas en mi vientre?

No hallaba la respuesta, su cabeza se llenaba de preguntas, intentando encontrar el motivo de sus penas.

—Desearía vivir lejos de estos problemas, estar con mi alfa y tener la mente libre de angustias. —Una fina gota de agua recorrió su mejilla, llegando a la punta del mentón—. ¿Tu padre sentirá mi dolor?

Pasaron tres días, intentaba volver al reino, pero Yoongi se lo impedía, deseando que descanse. "Moverse es uno de los mejores remedios" decía el omega cuando se encontraba con el rey, pero el no tiene ninguna dolencia.

—Eso explica porqué mi padre lloraba con cada logro mío. Sabía que esto iba a suceder. —Confirmó aquella teoría y se recargó en la pared de su habitación, cayendo lentamente al suelo—. Desearía que estés aquí... eras un admirable alfa, al que le tocó pagar con un hijo omega.

[∆•∆•∆]

—¡Papá, papá! —gritaba un pequeño omega, corriendo con su linda sonrisa a los brazos de su padre.

—Tae Tae, mi niño sonriente. —Dijo el General Kim Dong-su, tomando a su pequeño en brazos.

—¿Cómo te fue en el palacio? Mamá dijo que tendrías un duro entrenamiento.

—Yo no lo llamaría duro, sino espantoso. —Burló su padre, llevando a su hijo de la mano.

—¿Tendré esos entrenamientos cuando tomé tu lugar?

Por unos segundos, el General no respondió, pensando qué decirle a su inocente pequeño.

—Claro, Taehyung, por eso debes esforzarte y ser valiente para aquello.

Con los ojos iluminados y una sonrisa de oreja a oreja, la alegría de Tae era inmensa, dando brincos alrededor de su padre.

—Entonces, cuando crezca, quiero aprender a manejar la espada y poder traer honor a nuestra familia, tal y como lo hicieron mis ancestros y tú.

Esa era el sueño de un niño, poder ser como su padre y lograr lo imposible. Para él, su mayor orgullo era ver a su progenitor regresar con un semblante triunfante, llevando su fina espada y distintivo casco. Las historias que crecieron junto a él siempre eran de guerras ganadas, aventuras con el rey Min y nuevos objetivos.

Con el pasar de los años, esos sueños eran reemplazados por otros. La sociedad criaba a los omegas para procrear y atender la casa, el caso de Taehyung no era la excepción. Su madre, quien era un omega conservador, intentaba sacar esas absurdas ideas de ser soldado en el ejército. Taehyung ya estaba por llegar a la edad madura y su preocupación debería ser buscar un alfa y traer cachorros, pero él siempre jugaba en contra de las reglas.

—Taehyung. —Llamó su madre—. Necesitamos hablar.

—¿Qué sucede?

—Ah... hijo, sabes que estás a punto de cumplir veintiún años. Estuve pensando que puedes iniciar una relación con el hijo de la familia Choi.

𝐃𝐢𝐧𝐚𝐬𝐭𝐢́𝐚 𝐌𝐢𝐧 - 𝐉𝐢𝐦𝐬𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora