Capítulo 4: Rey Min Yoongi

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"La pregunta no es quién va a dejarme, la pregunta es quién va a detenerme"

Ahí se encontraba todo el pueblo de Yeoju, admirando al omega que se hacía presente con sus finas joyas y cabellera dorada, quien con orgullo caminaba ante los reyes de otros clanes que eran espectadores de la ceremonia. Por otro lado, estaban los ancianos y sabios del pueblo, mirando al próximo heredero con ciertas dudas y temores. ¿A qué se debe esto? Sencillo, la cicatriz que lleva Yoongi en su ojo derecho. Muchos desconocían la causa, pero era reciente y causada por un arma blanca, pues como decían los ancestros, "persona que lleva la marca de hierro, deshonra traerá ante su pueblo". ¿Sabrán los adivinos lo que le espera a la gente de Yeoju? ¿Qué fue lo que vieron? No lo sabemos...

En fin, dejando esos pensamientos de lado, la Corte observaba al menor llegar con una postura dominante, viendo fijamente al jefe espiritual con el reglamento en manos. Ya en ese lugar, se inclinó ante sus mayores y observó al público. Entre esos estaban los primeros oficiales del pueblo, miembros de la Corte, el clero y otras personas que eran honoríficas de estar allí, nada podía salir mal.

Entre comentarios y juramentos, el jefe espiritual finaliza la ceremonia con los compromisos que debe realizar Yoongi y la Corte real, prometiendo lealtad y fidelidad ante su alteza. De igual manera, dando su palabra ante su gente, prometiéndoles justicia y honestidad.

¿Será que lo cumplirán?

Con el cetro en una mano y la flor de loto en la otra, Yoongi dio vuelta y contempló a su pueblo, sintiendo el poder correr por sus venas. Con toda esa felicidad, escuchó a todos darle alabanzas y larga vida.

—¡Viva el rey Min Yoongi! —gritó alguien a lo lejos.

¡Larga vida al rey Min!

Gritaron todos y se pusieron de pie. Se acercaron y se postraron ante el pálido, teniendo la fe en que sería uno de los más bondadosos soberanos del clan Min.

Qué ilusos...

[∆•∆•∆]

Pasaron los meses y los cambios junto a ellos, creando temor en la gente del pueblo, todo esto a que el rey Min cambió las reglas por el bien de los omegas y castigando despiadadamente a los desobedientes. Muchos no imaginaron que, un omega como Yoongi, sería alguien perverso y ambicioso. ¿Por qué ambicioso? Después de su coronación, el menor comenzó a conquistar reinos y quitando riquezas que, luego, eran entregadas a su pueblo, pero a cambio de las vidas de otros inocentes.

—Rey Min, —habló uno de los soldados— encontramos a este alfa robando el puesto de una omega.

Yoongi miró a aquel sujeto y se acercó a él.

—Crees que por ser superior puedes hacer lo que quieras, qué predecible. —Levantó la mirada y ordenó que lo llevaran a la parte trasera del palacio—. Saben lo que deben hacer.

—Si, su alteza. —Inclinó la cabeza ante el menor y lo llevaron al lugar de ejecución.

—¿No crees que eres un poco cruel? —dijo alguien por detrás.

Yoongi volteó al lugar de donde provino la voz.

—Es hora de enseñarles quien manda. —Respondió el omega—. Tarde o temprano, estos alfas deben aprender a no meterse con nosotros los omegas.

𝐃𝐢𝐧𝐚𝐬𝐭𝐢́𝐚 𝐌𝐢𝐧 - 𝐉𝐢𝐦𝐬𝐮Where stories live. Discover now