𝐃𝐢𝐧𝐚𝐬𝐭𝐢́𝐚 𝐌𝐢𝐧 - 𝐉𝐢𝐦𝐬𝐮

Capítulo 24: Hermanos (Jackson Wang)

"La grandeza inspira envidia, la envidia genera rencor, y el rencor genera mentiras."

China, un país que comenzaba a prosperar con los distintos clanes y grandes emperadores. El clan Wang no era ninguna excepción, siendo un reino que le trajo riquezas y honor a su país. Sus gobernantes aparentaban ser justos y nobles, pero dentro del palacio las cosas eran totalmente distintas. El rey Wang era un alfa perverso, racista y poco amable, su omega tuvo la mala suerte de vivir atado a este monstruo. Sin importar las diferencias, la pareja llegó a concebir a su primer hijo, quien lideraría como un alfa.

Teniendo la costumbre de asesinar a los primogénitos omegas después de nacer, la omega de este rey temía perder a su cachorro, por suerte resultó no ser así. El palacio anunció el nacimiento de un príncipe alfa, llevando el nombre de Jackson Wang. Su infancia se basaba en lujos, regalos y muchos caramelos, pero algo faltaba en ese corazón; el amor.

Su madre vivía encerrada dentro el palacio, no podía hacer muchas cosas debido a su especie, algo que Jackson no entendía todavía. Su padre, por otro lado, decidió intervenir en la educación de su hijo, para que sea igual de poderoso que él. Con el pasar de los años, el alfa llegó a los diez años, sin que su vida cambiara mucho. Los discípulos del clan le enseñaban técnicas de espada, las reglas de un rey y sobre todo cuando llegue el momento de gobernar. Para ser solo un niño, su inteligencia era superior, entendiendo todo al pie de la letra.

Una tarde, mientras entrenaba fuera del palacio, dos doncellas le informaron que tendría un hermanito, con quien podría jugar y compartir. Esa palabra la leyó en varios textos de sus libros, dándole un significado a aquello y deseando poder hacerlo con alguien. Alegremente, disfrutaba la compañía de su madre, quien llevaba al pequeño ser en su vientre. La inocencia de Jackson impedía que viera las constantes amenazas de su padre hacia la omega, quien ocultaba sus temores por el bien de sus hijos.

Pasados los meses, el día en el que recibiría a su hermano llegó. Caminaba de un lado a otro, esperando noticias de la partera. En sus pensamientos estaba la imagen de su nuevo compañero, con quien podría jugar y hacer algunas cuantas travesuras, era lógico para el pensamiento de un niño. Cuando la partera salió, dio lamentables noticias: La primera, la reina había fallecido durante el parto; la segunda, el bebé que nació es omega.

Eso no le importaba a Jackson, nunca leyó que los omegas son seres despreciables, pero la molestia de su padre le hizo ver lo contrario. Dispuesto a matar a su padre, Jackson salió en defensa de su hermano, rogándole a su padre que lo deje crecer. El pequeño alfa era muy inteligente y logró hallar una manera de convencerlo.

—Deja que viva y podrá expandir el reino.

Los omegas podían casarse con reyes y príncipes que traerían fortuna a sus tierras, era un negocio sucio, pero el hallaría la forma de protegerlo.

Sin poder negarse a los argumentos de su hijo, permitió que su segundo hijo viva y pueda traer prosperidad a su reino. Con la falta de su madre, Jackson cuidaba del pequeño, compartiendo sus juguetes y contándole hermosas historias que sacaba de sus libros. Era una satisfacción verlo sonreír, muchos pensaban que podía ser una esperanza para el clan Wang, pero su padre no tardaría en corromperlo.

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Un omega de quince años caminaba sigilosamente, tratando de que su hermano no lo encuentre. Tapaba su boca para que no salga ninguna risa, pero falló cuando vio a Jackson tropezar.