Capítulo 8: Yeoju, reino de la muerte

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"Vivimos a muerte lenta y le llamamos vida"

Las tropas del reino de Yeoju estaban a pocos kilómetros del palacio, llevando consigo a los sobrevivientes de Busan. Entre esas tristes y lamentables personas estaba el príncipe Jimin, quien trataba de hallar una solución y escapar junto a sus soldados.

—¡Llegamos! —anunció Taehyung, para luego bajar a los prisioneros—. ¿Qué esperan? Bajen y no intenten nada. —Advirtió, sin despegar la amenazante mirada.

Los soldados aseguraron el área y apresuraron a cada uno de ellos, haciendo que entren en las celdas y sean encerrados. Sin embargo, una persona de ese grupo fue detenida y llevada ante el rey Min.

—Tenemos a un miembro de la realeza. —Dijo Yoongi con cierto sarcasmo—. Sería muy descortés de mi parte si no te designo una habitación. —Habló irónicamente.

—Usted es un monstruo, —respondió Jimin— después de lo que le hizo a mi gente no pienso mostrar amabilidad y respeto hacia uste... —callaron sus palabras cuando el filo de la espada amenazaba a su cuello.

—No dejaré que me hables así, bastardo. —La espada no dejó el cuello del menor. Su vista se alzó y vio la ira del rey—. Soy superior a ti, por lo cual me respetas.

Hubo un breve silencio que luego fue interrumpido por la baja risa del príncipe, quien negaba con la cabeza repetidas veces.

—¿Crees que, por conquistar reinos, poseer innumerables riquezas y ser alguien intimidante voy a darte mi respeto? —sin temor a la espada, la apartó y se acercó al mayor, provocando que los guardias estén alertas.

—Eres un idiota... —dijo Yoongi— uno que me hace perder la paciencia. —Empujó al menor, alejándose lo suficiente—. Es por eso que cambiaré mis planes con respecto a tu gente. —Sostuvo su espada con fuerza y miró firmemente al de cabello azabache. Y dijo—: Mañana al amanecer esos patéticos soldados no podrán contar la historia de la batalla de Daechwita. ¡LLÉVENSELO! —ordenó a Taehyung.

Con furia en su mirada y forzando para que lo dejen, Jimin fue arrastrado por los guardias a la habitación que le asignó Min. Bruscamente, metieron al menor y lo encerraron, escuchando los golpes y gritos que él emitía. Sin importancia alguna, Taehyung les ordenó:

—Bajo ninguna circunstancia dejen de vigilar, recuerden que es hijo de Kim Namjoon. —Con todo claro, Tae se retiró y dejó todo en manos de aquellos dos guardias.

—Por favor... —continuó golpeando la puerta— déjenme salir. ¡No puedo dejar que los maten! —apoyó la cabeza en aquella puerta y bajó lentamente hasta quedar de rodillas en el suelo—. Por favor...

  [∆•∆•∆]

No había señales de ningún guardia, era momento de idear un plan. Pensó Jungkook.

Se acercó a la entrada de Yeoju y pudo observar a dos soldados, controlando a los migrantes. Con mucho sigilo, tomó un puesto en la fila, para luego entablar una conversación con uno de ellos.

—Hey, disculpe que lo moleste —habló e hizo una reverencia—, pero necesito saber cómo entrar al reino del omega Min.

—Ahora ya no es tan sencillo —respondió aquel pastor—. No dejan pasar a migrantes de ciertos reinos.

𝐃𝐢𝐧𝐚𝐬𝐭𝐢́𝐚 𝐌𝐢𝐧 - 𝐉𝐢𝐦𝐬𝐮Where stories live. Discover now