𝐃𝐢𝐧𝐚𝐬𝐭𝐢́𝐚 𝐌𝐢𝐧 - 𝐉𝐢𝐦𝐬𝐮

Capítulo 11: No es malo como crees

"Mientras el lobo no tenga a su luna, seguirá aullando a las estrellas."

—Hyung, ¿No crees que tarde o temprano descubrirán tus planes? —preguntó Taehyun.

—Es cosa de usar la cabeza, Tae. Con esta carta tengo claro lo que tengo que hacer.

No pasó mucho tiempo desde la derrota del clan Kim. Como era de esperarse, Jungkook tuvo en sus manos la carta que llegó de su rey, especificando las órdenes que debían llevarse a cabo lo más pronto posible.

Kim Namjoon:

Tras nuestra derrota contra el clan Min, tenemos que tener los ojos abiertos y evitar que este demonio siga alterando la paz de nuestro reino. En esta carta, te pido que me mantengas informado sobre las decisiones del rey Min Yoongi. Pronto habrá una revancha, regresaremos fuertes y acabaremos con esta ola de oscuridad que azota a nuestro país. Está en tus manos, General Jeon.

—Haré prevalecer las órdenes y pronto Yoongi será quien ruegue por su vida.

[∆•∆•∆]

Por la posición del sol eran las seis de la tarde, poco a poco las estrellas comenzaban a mostrarse y la luna reemplaza el lugar del sol. Siendo tan brillante, alumbró los pastizales y el monte con su luz blanca. En ese lugar tan puro estaba Yoongi junto a su leal amigo Hoseok, viendo con nostalgia la lápida que estaba frente a ellos.

—Me haces tanta falta, ¿por qué tuviste que irte? —dijo Yoongi con una melancólica voz.

—Es triste pensar que tuvo que marcharse de la peor manera, pero siempre te lo repito, Yoongi... —sentándose a lado de su mayor, acarició su espalda y lo abrazó—. Al menos se marchó para no ver en lo que te has convertido.

—Esas palabras son muy crueles y lo sabes, pero de algún modo tienes razón. Pero olvidas que si no me lo hubieran arrebatado la suerte para los demás sería distinta.

No había forma de hacerlo entrar en razón, su destrozado corazón no quería ver la verdad que estuvo presente por mucho tiempo. Si este omega aún no ha muerto es por la venganza que lo impulsó a sobrevivir, o eso piensa Yoongi.

Después de unos cuantos minutos, el omega bajó del monte y fue recibido por la servidumbre, esperando que haya buenas noticias.

—¿Dónde está Taehyung? Necesito un informe de la emboscada. —La servidumbre lo llevó a la mesa principal, donde un gran banquete lo esperaba, pero era demasiado para solo uno—. ¿Y Jimin? Ordené que lo bajaran para cenar.

—El príncipe Kim no ha bajado de su habitación desde esta tarde, tampoco está a favor de acompañarlo. —Respondió una de las doncellas.

—Señora Jisoo, vi que tienen una buena relación, suba y pídale a Kim que baje. —Su semblante dominante jamás cambió, Jisoo no tuvo más opción que obedecer y llamar al alfa.

Con lentitud, y transmitiendo tranquilidad con cada paso que daba, Jisoo golpeó suavemente la puerta, avisándole al alfa que era ella. Sin ninguna queja, el menor le abrió y dejó que entrara.

—Es bueno verla por aquí, créame que todos en el palacio no fueron muy amables. —Habló Jimin en un tono de reproche.

—Príncipe Jimin, entiendo tu odio hacia este pueblo, pero debes comprender que todos ellos pasaron por cosas mucho peores... especialmente su rey.