Capitulo 28

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Eran las tres de la mañana y no conseguía dormir, algo raro ya que debería estar cansada tras lo de Londres, me moví en la cama algo desesperada, a ver si conseguía dormirme de una vez, pero nada. Me levanté de la cama y cogí mi móvil, seguro que algunos de mis amigos de Los Ángeles estaría dispuesto a hablar conmigo, ya que allí eran ocho horas menos.

Amber no me contestaba a ningún mensaje y hacía dos horas que no se conectaba, según leí, así que no me contestaría, seguí mirando, Sherry tampoco hablaba, pero por suerte Alana si me contestó, tenía cosas que hablar con ella.

“Y bien me vas a contar que pasa con Nathan” le escribí, tardó un tiempo en contestar, parecía indecisa, pero al fin contesto “¿Me puedes llamar?”, así hice. Eché un vistazo a Logan, seguía durmiendo, abrí la puerta del cuarto lentamente y fui al baño, un buen lugar para hablar. Marqué el número de Alana, no tardó mucho en contestar.

- Hola – dijo en tono bajo y poco animado.

- Te he hecho una pregunta, pillina – le solté.

- Sí ya.

- Os vi cogidos de la mano, vi como os mirabais ¿Desde cuándo estáis juntos? – dije claramente.

- La verdad es que no estamos juntos – dijo fastidiada – pero espero que lo estemos pronto, hay momentos en los que pienso que me va a pedir salir, por ejemplo cuando nos viste cogidos de la mano, pero después le llamaron al móvil y se largó sin más.

- Se vio interrumpido.

- Un día en la cafetería, estábamos totalmente solos, me acarició el pelo y después cogió un mechón y lo puso detrás de mi oreja, tomando eso como excusa para acercarse a mí, o al menos eso supuse, estábamos a apenas unos pocos centímetros y de repente se alejo, y me pregunto qué quería tomar, ¿Ahí también se vio interrumpido?

- Tal vez le dio corte, yo que sé Alana.

Soltó un suspiro, y pude percibir perfectamente a través del teléfono que estaba desesperada, y que estaba más enamorada de Nathan de lo que me dijo la última vez que hablamos de él.

- Sabes que ___– dijo decidida – la próxima vez que lo vea, voy a ser yo la que se declaré, estoy harta de esperar.

- Muy bien, amiga.

Alana tenía algo que me encantaba, no sé muy bien el que, quizás su forma de ver las cosas, quizás por ver siempre el lado bueno de todo, quizás por arriesgarse cuando otros no lo harían o quizás por todas esas cosas, pero si de algo estaba segura, es que tener una amiga así ayudaba mucho cuando estabas indecisa.

Seguimos hablando un rato más, hasta que al fin el sueño me venció y no tuve otro remedio que colgar y tirarme en la cama.

Se escuchaban algunas voces lejanas, aunque lo más seguro es que fueran de la habitación de al lado, la persiana estaba totalmente bajada, pero igualmente podía ver algunas cosas, pero no con mucha claridad. Logan no estaba en la habitación, por lo que supuse que ya sería tarde, y efectivamente, eran alrededor de las 12, pegué un bote y fui al baño a lavarme la cara.

- Hola amor – dijo Logan cuando salí del baño.

- Buenos días… o tardes.

Logan río ante mi comentario y se encogió de hombros, dejándome en claro que él tampoco sabía cual utilizar.

- Anda, mira quien dio señales de vida – dijo mi madre sarcástica.

- Hola mamá.

- ¿Estas que horas son de despertarse, ___? – siguió con el mismo tema.

- Ayer no podía dormir – miré a Logan – tengo que contarte algo de Alana.

- ¿Quién es Alana? – interrumpió mi madre.

- Ya te he hablado de ella, también tiene una de las becas.

- Ah sí, es verdad, ¿Y qué le pasa?

- No nada está bien, es solo que tenía un tema pendiente y lo quiere terminar ya.

Logan arqueó una ceja, me limité a sonreírle. Mi padre entró en la cocina, empezando a hablar con mi madre y dándonos así la oportunidad perfecta a Logan y a mí de irnos.

Una vez en el salón le expliqué a Logan mi conversación con Alana, haciendo algunas pausas para beber un vaso de zumo, mi desayuno.

- ¿Crees que se lanzará? – dijo Logan cuando finalicé.

- Sí, seguramente, Alana no se suele guardar las cosas.

Después reinó el silencio, me tiré sobre el respaldo del sofá, Logan se giró para quedar lo más enfrente de mí posible. Se movió inquieto en el sofá fijando su mirada en el suelo, lo miré extrañada.

- ¿Pasa algo?

- Pues sí – dijo mirándome con sus intensos ojos azules.

- ¿Qué ocurre? – dije a la vez que me incorporaba en mi asiento.

- Verás – hizo una pausa, como buscando las palabras – me lo estoy pasando genial aquí contigo, tus padres me caen fenomenal y es muy agradable estar aquí, además Londres es una ciudad preciosa…

- Déjate de rodeos y dímelo ya – lo interrumpí.

- Está bien, me han llamado los productores de una película, quieren hacerme una prueba para hacer de uno de los personajes, la prueba sería mañana, así que tendría que irme esta misma noche, es una oportunidad muy grande para mí, pero no quiero irme y dejar que vuelvas sola, sobretodo porque te dije que está semana te la dedicaría solo a ti.

- ¿Qué se supone que tengo que decir? – dije aún pasmada.

- Voy a hacer lo que digas, tú elijes si quieres que me quede o que me vaya.

- No puedo hacer eso, Logan.

- Quiero que lo decidas tú.

- Y yo te he dicho que no quiero decidirlo.

Me levanté bruscamente dándole la espalda a Logan, estaba entre llorar y gritarle, egoístamente quería que se quedará, pero la vida de un actor es hacer películas, y si de verdad se había planteado irse sería porque era de verdad una gran oportunidad, y no quería que la desperdiciara por mi culpa.

- No me iré si no quieres, ___– dijo sacándome de mis pensamientos.

- Logan no puedo hacerte eso, no puedo prohibirte ir.

Logan intentó girarme hacia él, pero no quería que me mirara, porque sabía que si le miraba a los ojos, me terminaría convenciendo de cualquier cosa, clavé mi mirada en el suelo y fui directa hacia el baño, además de un lugar para hablar a escondidas también era un lugar para pensar. Oía como Logan me llamaba y me intentaba detener, pero seguí mi camino hacía el baño evitando derrumbarme sentimentalmente en sus brazos.

Entré rápidamente en el baño y cerré la puerta con pestillo, fui dejando caer mi peso contra la puerta hasta que me senté en las frías baldosas blancas del suelo, aún escuchaba a Logan al otro lado de la puerta, primero exigiendo que le abriera, aunque poco a poco su voz se iba quebrando, después se quedó callado, aunque rompió el silencio con un simple “por favor”, golpeé con mi pie un mueble que quedaba a mi alcance, aunque el golpe no sonó, me hice daño en el pie, rodeé mi pierna con mis brazos, y una lágrima recorrió mi mejilla, sería una gran oportunidad para Logan, pero prometió que esta semana me la dedicaría a mí, y ahora se quería ir para rodar una película, yo no era la única egoísta al parecer.

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Bueno, aquí les dejo otro capítulo, se que es triste pero tenía que hacerlo, aunque alguna me quiera matar por hacerlos sufrir.

¿Qué les ha parecido? ¿Qué creeis que pasara? 

Votad y comentad. Gracias por leerme.

Un famoso y yo (Logan Lerman & tu)Where stories live. Discover now