Capitulo 36

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Maratón 2/3

El apartamento estaba más o menos igual que cuando me fui. Todos estaban en el salón algunos sentados en el sofá y otros en taburetes y sillas de la cocina. Aunque estaban todos juntos se podía apreciar claramente como había tres conversaciones diferentes en la sala, los Lerman hablaban con la hermana de Dean; Sherry, Alana, Nathan y Amber hablaban animosamente y reían cada dos frases, y, en una esquina, algo más apartados del follón, se encontraban Teresa y Dean con una copa en la mano, hablando muy tranquilamente, esos dos me daban escalofríos.

- ¿Te vas a quedar ahí? - saltó Alana, sacándome de mis pensamientos, como solo ella sabía hacerlo.

- No – contesté – precisamente quería hablar contigo, a solas.

Alana abrió los ojos como platos y se levantó a duras penas de la silla, cogió una copa que había sobre la mesa y me siguió hasta el cuarto.

- ¿Y bien? – pronunció al llegar al cuarto.

- ¿Como que "y bien"? ¿Tú no tenías un asunto pendiente?

Al principio me miró confusa, no sabía de lo que estábamos hablando, pero de pronto rodó los ojos y me miró con cara de pocos amigos.

- Sí, lo tenía – clavó la mirada en la copa – y lo sigo teniendo.

Se sentó sobre mi cama y soltó un suspiro, me senté junto a ella y la abracé suavemente, ella contestó inmediatamente mi abrazo y al separarnos esbozó una gran sonrisa, a lo que reí.

- Te juro que este chico es imposible, no sé qué hacer.

- Seguro que encuentras la solución, solo dale tiempo.

- ¿Más?

Me miró divertida y asintió. Nos levantamos de la cama y abrí la puerta para volver al salón, pero entonces mi móvil empezó a sonar, mi prima Nancy, tan oportuna como siempre.

- Ahora voy yo – le dije a Alana.

Asintió y salió del cuarto, esperé un poco y después cogí la llamada.

- Hey hey norteamericana – saludó amistosamente.

- Hey hey británica – repetí su saludo.

- ¿Qué tal el viaje?

- Largo y aburrido.

- ¿Y eso? – hablaba con un tono de voz bastante alto, para que pudiera escucharla, ya que también escuchaba música de fondo.

- Teresa estaba deprimida, amoríos y demás, pero ha llegado aquí y se le ha pasado todo, desde que llegamos no ha parado de hablar con Dean.

- Qué bonito ¿no?

- ¿A qué te refieres?

- ¿Enserio no te has dado cuenta?

- ¿De qué?

- Mira que eres tonta, ___ – hizo una pausa – estaba mal por temas amorosos, ahora ha vuelto a encontrar el amor y ya está bien.

- ¿Estás insinuando qué a Teresa le gusta Dean? – pregunté confundida.

- No lo insinúo, estoy segura, a todas nos pasa, estamos mal por amor hasta que encontramos a otro chico.

- Eres una experta en amor, al parecer.

- ¿Yo experta? – rió durante un rato – Qué tonterías dices.

- Está bien – hice una pausa - ¿Llamabas para algo en concreto o solo para preguntarme por el viaje?

- ¡Qué va! Quería preguntarte por Carlos ¿Has hablado con él?

- Sí – dije cortante, no quería hablar de ello.

- ¿Y bien? Cuenta.

- Pues verás – comencé a duras penas – he ido a su apartamento, le he dicho lo mismo que me dijiste tú, que quería ser su amiga y todo eso, y bueno terminó besándome y me largué.

- ¿Tenías un plan B? – preguntó.

- Sí, pasar de él, si no me quiere como amiga, yo tampoco a él.

- Bien dicho, prima – oí unas voces de fondo, seguramente mis tíos – te tengo que dejar, ojala yo también estuviera en la otra punta del mundo sin mis padres, eres lista cuando te apetece.

- Y tú muy graciosa y ocurrente cuando te apetece –reí – Hasta pronto.

Colgué y me dirigí al salón, donde estaban todos mis amigos. Lindsey y Olivia estaban en la puerta despidiéndose de todos, salí corriendo hacia ellas y abracé a Lindsey, la cual rió.

- Gracias por haber venido – le susurré.

- No hay por qué darlas.

Le di dos besos a Olivia, la cual estaba muy interesada hablando con su hermano. Antes de irse, Olivia me invitó a una fiesta que organizaba una amiga suya, a la cual no podía faltar por nada del mundo, era al día siguiente por la noche y como no tenía nada que hacer, acepté encantada.

- Dean, tú podrías llevar a Teresa, seguro que os lo pasaríais muy bien – dijo Olivia juguetona.

Dean se sonrojó un poco y por un momento creí que mataría a su hermana allí mismo, pero se controló. Finalmente Olivia y Lindsey se fueron, y nosotros volvimos a sentarnos al sofá y hablar, esta vez todos manteníamos una sola conversación, hablábamos sobre Teresa y Dean, los cuales estaban en la cocina, supuestamente cogiendo algo para picar.

Como odiaba que mi prima Nancy tuviera razón, pero sinceramente hacían una pareja bonita, aunque ellos lo negaran.

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Quería agradeceros por los comentarios del capítulo anterior, conseguir 17 votos y 7 comentarios en menos de un día es un logro para mí.

También quería felicitar a geemeeliieer14 que hoy cumple años, agradecerle por apoyarme desde el principio de esta novela y que sin ella jamás hubiera llegado a subirla. Gracias amiga.

Gracias por leerme.


Un famoso y yo (Logan Lerman & tu)Where stories live. Discover now