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Había despertado en los brazos de Jungkook, quien sin decir palabra alguna lo besó guiándolo hacia otra batalla pasional. El pelinegro estaba consciente del error en hacer suyo a quien gemía entre sus brazos con el rubor besándole las mejillas. Pero no podían negar que disfrutaban la tensión llena de maldad en sus actos. Jimin se volvía una sombra borrosa en la mente de ambos. —No tiene por qué enterarse—Pensaron a la misma vez antes de volverse a besar mientras Taehyung meneaba su cintura sobre el regazo contrario, perdiendo toda la vergüenza que había sentido la noche anterior. 

Pasión amarrada a sensaciones tentadoras que se convirtieron en algo inevitable ¿Cómo te deshaces de las memorias que no quieres recordar, cuando el causante te devora nuevamente? Infidelidad doble, del mejor amigo y del amante. La mente deTaehyung le gritaba que era un mal amigo, pero su cuerpo cedía a la oleada de lujuria que provocaba el pelinegro con cada embestida.

Ninguno quería saber cómo serían sus vidas luego de aquel error ardiente y perverso. Continuaron dándose placer mutuamente hasta que explotaron dentro del otro. Taehyung se puso en pie conociendo el camino hacia el baño, tomó una ducha en la que lloró sintiéndose sucio. No solo había tirado por el drenaje un año de celibato, lo peor del caso era el hombre con quien rompió esa cadena y cómo aquel acto significaba la muerte de su lazo más preciado.

El castaño sabía mejor que nadie Jimin era capaz de perdonarlo todo, pero ese tipo de traición, era el primer enemigo del pelirrojo. Muchas veces se lo repitió—Si alguna vez te gusta alguien con quien yo esté saliendo, dímelo antes que sea demasiado tarde—Desgraciadamente ya era tarde para decirlo. El remordimiento engullía al castaño, los Park le abrieron sus puertas, le dieron trabajo y ahora, todo eso se caía en ruinas. 

Kim Taehyung, entró en la habitación con un aura apagada, envuelto en su propio desasosiego. Tomó sus cosas bajo la mirada silente de Jungkook quien también había tenido su porción de arrepentimiento. El castaño se vistió y corrió fuera del apartamento como quien huye de su peor miedo. Afuera, el tiempo sabía la injuria que había cometido, el cielo lloraba un aguacero y el viento soplaba tan fuerte como si lo desafiara a soplar sus secretos. 

No le tomó mucho tiempo llegar a su casa, su ropa aún olía a unas tenues gotas de la esencia de ese hombre, corrió y las tiró en la lavadora como alguien que quiere despojarse de la peste. No las había tomado últimamente, pero recurrió a las píldoras que le había recetado el psicólogo cuando comenzó a tratar el trauma de la pérdida de sus padres. Esas que no le hacían sentir nada, esas que tampoco lo ayudaron a borrar lo que ya estaba escrito en su mente y en su cuerpo. Como un tatuaje indeseado.

...

—¿Dónde diablos estás cuando te necesito Kim Taehyung? —Se quejó Jimin mientras la contestadora del castaño le decía por tercera vez que dejara su mensaje después el tono.

Había ido a casa de sus padres pensando que se encontraría al castaño ahí, pero su intuición le falló y no le quedó más remedio que almorzar con su madre, solo por no hacerle. En realidad, ella quería discutir temas del compromiso y saber un poco más de cómo iban las cosas con Namjoon.

—No todo el mundo tiene tiempo libre como tú—Comentó la madre de Jimin recibiendo una mirada amenazante del antes mencionado— Deberías dejar de arrugar el rostro, si sigue así te verás envejecido para cuando comiences tu carrera de actor.

—Actor dices. Me maravilla la falta de vergüenza que tienes madre.

—Contrólate esa lengua afilada que tienes. Y te me pones las pilas, no te voy a decir cómo comportarte en tu matrimonio. —Park Jina cruzó los manos sobre la mesa escudriñando a su hijo con la mirada antes de seguir con su próxima oración— No quiero ser chismosa, pero ese secretario no me gusta nada. Demasiado...devoto para mi gusto y tu prometido...

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