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Fue en ese momento, cuando sus ojos se encontraron con los de Namjoon, en el que Jimin decidió que no podía enamorarse de ese hombre. Ese mismo instante en el que todo a su alrededor se volvió humo dejando solo a esa persona de pelo grisáceo. Jimin se concentró en la cínica mirada del hombre con el que compartiría el resto de un largo tiempo que a penas acababa de comenzar. Agraciado y feroz a la vez, el pelirrojo soltó el micrófono, sentándose frente al piano que estuvo observando mientras cantaba anteriormente.

El pelirrojo tomó un respiro antes de dirigir con delicadeza, su ira hacia las teclas del exquisito instrumento. Se hizo el silencio que causan los ángeles al pasar como dicen los viejos. La gente, la familia, Namjoon, todos ya habían quedado boquiabiertos con la voz del joven Park. Así que estaban deseosos de verlo ejercer otra de sus tantas cualidades ocultas.

—Estás lleno de sorpresas Park Jimin—Musitó Namjoon siendo el primero en aplaudir cuando su prometido se aclaró la garganta.

Aquella mirada que le dio Jimin a su futuro esposo estaba llena de una rabia que el pelirrojo no se podía explicar. En su mente se preguntaba qué había sido el gatillo de tal sensación ¿El descaro de Namjoon, la osadía de Lee Dae Hwi, la insipidez de Taehyung, o las miles de razones que se amontonaban en su cabeza? Las mismas que lo llevaban a odiar a sus padres y a los de Namjoon.

Jimin llenó sus pulmones de aire y continuó a hablar por el micrófono que le había sido instalado junto al piano.

—Esta canción, es de una cantante coreana-taiwanesa llamada Sun Sheng Xi, cantaré Infected para ustedes, espero les guste.

Luego de los aplausos, las manos Park Jimin se deslizaron por el piano como si se conocieran de años. La triste sinfonía se mezclaba perfectamente con la voz del joven Park quien depositaba cada una de sus emociones al cantar aquellas letras que le rompían el alma mientras contaba parte de su propia historia.

...Afuera sale el sol,

mientras el invierno crece en mi interior.

Tengo tu abrigo, no tu calor,

Si supieran lo que escondemos tu y yo...

Esas palabras que me debilitan frente a ti,

son un virus para mí.

Y los secretos que no me atrevo a compartir,

me infectan al sentir.

Y día a día,

cuando estoy a solas me devora la agonía.

Y poco a poco,

te apoderas de mi mente volviéndome loco.

Namjoon se encontraba inconscientemente perdido en la belleza del menor quien resplandecía con un aura llena de seguridad. Por su mente pasó el pensamiento descarado—¿Qué más puedes hacer con esas manos y esa boca? — Un ligero rubor acompañado de una erección inesperada, fueron parte de las reacciones que el cuerpo de Kim Namjoon tuvo cuando se imaginó a su esposo íntimamente.

No era la primera vez que pensaba así. Pero jamás lo había hecho en público rodeado de tanta gente, incluso junto a Lee Dae Hwi que al ver cómo Namjoon engullía a Jimin con sus ojos, fue abrasado por lo celos. En un acto discreto y furtivo, el secretario pasó su mano por el muslo de Namjoon solo para molestarse más al sentir la erección creciente en el entrepierna del mayor.

El peligris retiró automáticamente la mano de su secretario quien lo miraba estupefacto e irritado. Dae Hwi había sido caprichoso y atrevido, no solo por aparecerse en el cumpleaños de Jimin, también por tentar a Namjoon diciéndole que no llevaba ropa interior puesta bajo su traje.

Life in the SpotlightWhere stories live. Discover now