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Aunque para Jimin era innecesario sentirse abrumado por la energía que la voz de Namjoon le transmitió en la llamada que acababa de colgar, de alguna manera su preocupación por él fue inevitable. Sin sentido e inesperada la sensación de confortar al mayor comenzó a sembrarse en el interior del pelirrojo que ahora iba camino a encontrarse con su futuro esposo.

Park Jimin sacudió su cabeza una y otra vez cuando pensó en lo abatido que debía estar el de cabellos grisáceos. A diferencia de él, Namjoon no solo tenía que acostumbrarse a la idea de jugar a los esposos, Ventus no se dirigía sola y tampoco los sentimientos que tenía por Lee Dae Hwi desaparecerían en un chasquido, pensó Jimin compadeciéndose de su compañero. Se desempolvó de esos pensamientos mirando nuevamente hacia el GPS solo para darse cuenta que había perdido la ruta. Maldijo por lo bajo y luego se burló de sí mismo.

El pelirrojo llegó al complejo de apartamentos casi deshabitado, era obvio que tanto la renta como la compra de un piso en aquel lugar era casi absurda, pero ni los Park ni los Kim se preocupaban de cosas como esas. Jimin saboreó el aire que mecía al anochecer antes de entrar al edificio completamente nuevo. Antes de marcar el piso al que se dirigía, Jimin se deshizo de su orgullo contemplando la foto del hombre que lo esperaba.

Un apartamento demasiado espacioso para dos personas, pensó el rubio cuando fue recibido por Namjoon, a quien le tomó de sorpresa la sonrisa que recibió de parte del pelirrojo cuando abrió la puerta para él. El mayor se veía más agotado de lo que Jimin había imaginado, entonces el antes mencionado decidió guardarse temporalmente los comentarios fuera de lugar y el sarcasmo.

—La vista al río es grandiosa—Exclamó Jimin perdiéndose por un momento en el horizonte dándole a Namjoon una hermosa imagen de perfil que el mayor admiró por unos segundos hasta que Jimin se giró hacia él enganchando sus miradas. —¿Qué? —Inquirió a punto de sonrojarse, conociendo que esa mirada iba más allá de lo que tenían que hablar, sin embargo, Namjoon solo sonrió.

Jimin rodó los ojos antes de continuar.

—¿No crees que es muy grande para mi solo? —Volvió a inquirir Jimin logrando que Namjoon riera, el pelirrojo le tapó la boca antes de que soltara la barbaridad que tenía en mente. El tacto de sus pieles quemó de una manera diferente, siendo Jimin el primero en retirar su mano de los labios del más alto—No seas perverso, idiota. Quiero decir, estarás trabajando todo el día, además de que seguro dormirás en casa de tu pareja.

A Namjoon volvió a tomarle de sorpresa, era la primera vez que Jimin se dirigía a Lee Dae Hwi de una manera menos despectiva. El mayor agradeció a lo que fuera que haya poseído al pelirrojo porque realmente se estaba comportando con un adulto.

—No tienes que preocuparte por Lee Dae Hwi, nos hemos tomado un tiempo y me aseguraré de que las muestras de afecto sean lo más discretas posible. Además de que te di mi palabra de concentrarme en nuestro proyecto, si queremos que prospere tenemos que hacerlo lo más realista posible.

Concluyó alzando la mano de Jimin y besándola repentinamente, anticipando la reacción y el rubor.

—¿Te das cuenta? —Añadió el mayor—Si reaccionas así cada vez que te toco, si no te relajas ¿Crees que podremos avanzar algo? —Jimin abrió la boca y la volvió a cerrar—La gente se fija en todo, gestos como este son los que le llenan los ojos y las lenguas, ahora estaremos en la mira de todos y...

—Lo sé, pero tienes que darme tiempo a acostumbrarme. No soy de los que deja que cualquiera lo bese y haga su merced con él.

—No soy cualquiera. —Refutó el mayor separándose de él.

—Literalmente lo eres Kim Namjoon, si no fuera por la carencia de neuronas en los cerebros de nuestros padres, ni siquiera me acordaría de que eras ese niño regordete en las fotos de mi quinto cumpleaños. —De ese niño solo quedaba la inmadurez, Namjoon había crecido en un hombre apuesto y engreído. Jimin ladeó su cabeza y palmeó el hombro del mayor—Lo haremos bien.

Life in the SpotlightWhere stories live. Discover now