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Respiraba con dificultad. Con el corazón queriéndosele escapar por la garganta en aquel instante en el cual para su suerte o desgracia había decidido revelarles la verdad a sus padres. Tal vez fue una señal del universo, en ese mismo momento donde los tres disfrutaban de una cena placentera al tiempo que miraban las noticias, el gatillo impulsor que Park Jimin estaba esperando disparó la bala en la dirección correcta o quizás no tanto.

"Con la nueva reforma de la Constitución, La Corte Suprema ha ordenado al gobierno a aceptar la nueva ley sobre el matrimonio igualitario y permiso de adopción a parejas del mismo sexo. Luego de varios años de serle negada esta aplicación a la fundación de la comunidad LGBTQ+ Beyond The Rainbow, el Ministerio de Justicia junto al Ministerio de Igualdad y Familia tomaron la decisión de apoyar a dicha petición. Como pueden ver, más de mil ochocientos drones brillan en armonía sobre el río Han dando vida a la bandera arcoíris, mientras ciudadanos de todas las edades celebran este reavivante y esperanzador acontecimiento..."

—Finalmente se le están abriendo los ojos, ya no estamos en el siglo dieciocho. —Comentó el padre apuesto, sorbiendo de su copa de vino—¿Por qué tienes los ojos aguados Jimin? Sabemos que apoyas a Kim Taehyung, pero no es para tanto, tarde o temprano esto sucedería y es un buen comienzo, brindemos por ello.

La madre del joven sonrió apretando la mano de su hijo quien limpiaba las lágrimas que rodaban por su rostro.

—Padre...madre...les dije sobre Taehyung solo para ver su reacción, pero... ¿Reaccionarían igual si fuera yo quien...? —Los padres se miraron y ladearon la cabeza esperando la siguiente línea que saldría de la boca de su hijo. Temían que su no tan deseado pensar se hiciera realidad—Soy gay. —Soltó Jimin súbitamente enterrando el rostro entre las manos.

Park Hae Jin tosió atorándose con el vino que incluso le quemó la garganta. Una cosa era aceptar al mejor amigo huérfano de su hijo, les daba lástima. Pero que Park Jimin también viniera con una declaración como aquella, de alguna manera no le hacía gracia. Hipócrita, eso pensó Jimin de su padre. Minutos atrás animaba la noticia sobre el matrimonio igualitario e incluso brindaba por haberla escuchado, dándose aires de hombre de mente abierta que viaja y explora el mundo a sus anchas. Pero, sus labios se cerraron con cemento y ladrillos cuando Jimin gritó su verdad. Sin embargo, no tenía más opción que aceptarlo, amaba a su hijo después de todo.

—¡Hijo...! —Intervino la madre poniéndose en pie, esbelta y sencilla con su imagen de mujer etérea que no le teme a nada. Con una mirada acalló a su marido que se disponía a abrir la boca—Nosotros...quizás lo sabíamos, no nos lo esperábamos, pero es tu decisión y por tanto la aceptamos...

Jimin parpadeó incrédulo, ser gay no es una decisión y ellos tal vez no lo entendían.

—Yo no les pido que me acepten, yo no les pido que se compadezcan de mí. Yo no les pido que me respeten, eso lo exijo. Ustedes pueden odiarme y gritar cuan decepcionados están de mí, pero el respeto es un derecho que se me debe como ser humano y ante todo como hijo de los dos. —Articuló su respuesta de una manera calmada, aunque aún seguía luchando por combatir el llanto que lo amenazaba. Quizás esperaba una reacción con un poco más de simpatía. Así como ellos lo habían hecho el día que en esa misma mesa Taehyung les contó que era gay y ellos de corazón y miel le dieron confort.

Por un lado, Park Jina, la madre, se aferró a su hijo en un abrazo sincero y maternal. Ella lo sabía de antemano, porque Taehyung no había perdido tiempo en decírselo el día en que Jimin desapareció de la casa por una semana cuando sentía su vida irse al vacío. Ella no se arriesgaría a perder a su único hijo. El señor Park soltó aire que tenía comprimido en el pecho, sirviendo más vino para los tres.

Life in the SpotlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora