9

365 66 37
                                    

El frío de la noche hacía que sus cuerpos se pegaran más inconscientemente, siendo Jimin el primero en poner sus manos sobre los anchos hombros del mayor. Se sentía como si sus mentes y corazones refutaran la idea de que lo único que ocurría entre ellos era y sería, solo trabajo. Las manos de Namjoon habían tardado en posarse en la cintura del más bajo, pero sin duda alguna agarraron el cuerpo del menor, llevando los besos a otro nivel.

Besos que no fueron robados ni planeados, por eso tenían diferente sabor. Sus bocas bailaban al mismo ritmo, degustándose mutuamente. Agitados y envueltos en el aura del momento continuaron aquel beso que levantó algo más que sus emociones. La lengua de Jimin parejera y anhelante, tomó el riesgo de enredarse con la de Namjoon, quien súbitamente puso fin al contacto entre sus labios.

Confusos y carentes de aire, los dos jóvenes se miraron en un segundo efímero que se desvaneció cuando Jimin salió casi corriendo de ahí. El pelirrojo no era bueno lidiando con el rechazo. Realmente no debía importarle porque, no le gustaba Namjoon, frase que se repetía religiosamente al bajar las escaleras a punto de vomitar su corazón. No quería verse el desorden de rubor que tenía en la cara cuando llegó a la sala. Los señores Kim, le sonrieron percatándose de lo obvio cuando Jimin a penas pudo componer una frase.

—Jiminie ¿Dónde dejaste a Namjoon? —Preguntó Kim Hye Joon tratando de no reírse al ver el rubor y la arritmia en Jimin.

—Está... en su habitación. —Sonrió el menor tratando de recomponerse aún. Era actor debía hacerlo bien, pero no lograba nada.

—¿Quieres que te lleve? —La voz resonó repentinamente catapultando los ojos de Jimin hacia el dueño de la misma.

Namjoon irrumpió en la sala luego de encargarse de esa parte de él que anhelaba deslizarse dentro de Jimin. Él sabía que lo adecuado era salir detrás de Jimin y disculparse, pero su orgullo y el pensamiento de alguien más no se lo permitieron. Sin embargo, su cuerpo entero había reaccionado en su contra. Sus ojos se encadenaron a los de Jimin quien le dio una sonrisa nerviosa, ahora podía ver el caos en la cara del pelirrojo y este último notó el ligero rubor que se extendía en las orejas al mayor.

Jimin negó apresuradamente, no quería escucharlo ni verlo, no después de que lo empujara sin razón alguna. Para él, Namjoon estaba siendo un hipócrita, dado el caso de que fue él quien inició el beso ¿Eso importaba realmente? No tenía caso pensarlo si sus cerebros batallaban contra sus corazones. ¡Oh Jimin! Quien juraba ser otro, pero fue víctima de un beso que quizás haya destapado lo que comenzaba a sentir.

Los padres del mayor observaban la escena, era la primera vez que veían a su hijo ¿Inquieto? Nervioso era la palabra para describir el estado en el que Kim Namjoon caminó sosteniendo la mano de Jimin impidiendo su ida. El roce de sus pieles quemaba tanto como lo hizo el rechazo. La única diferencia era que aquel gesto quizás fue actuado. Aunque no tenía sentido alguno comportarse así delante de los padres de Namjoon, quienes fueron parte de los que orquestaron todo eso.

—Te acompaño hasta el garaje, está oscuro. —Insistió Namjoon, preguntándose mentalmente qué demonios acababa de decir.

—El garaje tiene cctv y está alumbrado, además ahí no hay fantasmas. Ni ladrones—Bromeó el padre riéndose de ambos.

—De verdad no es necesario, nos vemos pronto. Que tengan buena noche señores Kim. —Jimin se inclinó en una venia, para luego huir cerrando la puerta tras él sin siquiera mirar atrás.

Namjoon casi mutila con la mirada a sus padres, quienes lucían sonrisas tontas al ver la pequeña escenita donde su hijo se comportó como un estudiante de instituto.

—¿Qué tienen ustedes dos? —Protestó yendo a la cocina para servirse agua.

—¡Aigoo! A alguien lo dejaron con las ganas—Gritó Kim Hye Joon burlándose de su hijo—Si yo fuera tú hubiera hecho todo de un palo, aunque después me tuviera que disculpar.

Life in the SpotlightWhere stories live. Discover now