18

271 54 13
                                    

El más alto devoraba los labios de su compañero como si fueran algodón de azúcar. Sus besos siempre eran intensos. Pero después de esa noche en la que unieron sus cuerpos, cada roce que se daban con los labios tenía un sabor diferente. En sus mentes sabían definir la sensación que ese instante despertaba. Sin embargo, no se atrevían a nombrarla. Eran conscientes de que las palabras tienen poder y Namjoon seguía rehusándose a materializar lo que comenzaba a sentir por Park Jimin.  Este último no sabía interpretar las líneas intangibles que aquel beso le hacía sentir. Aún siendo consciente de sus sentimientos hacia Namjoon, el rubio prefería guardar su amor hasta hacerlo desaparecer. 

Después de todo, quizás no valía la pena enamorarse de Kim Namjoon. 

Las manos del rubio se entrelazaron con las de Namjoon, quien ahora rompió el beso suavemente, floreciendo en él la preocupación de ser descubiertos por su secretario. El pecho de Jimin se hinchó en un suspiro que dejó escapar mientras negaba con la cabeza al tiempo que sus ojos se enterraron en los de su prometido, juzgándolo. 

Sus miradas estaban conectadas de tal manera en la que sus almas se comunicaban. Aún así, la sinceridad en los ojos de Namjoon era borrosa. Jimin dejó que el dorso de su mano fuera acariciado una y otra vez durante ese silencio cálido que compartieron mirándose a los ojos. La mirada de Jimin fue la primera en desviarse, seguida por su mano quien ya no quería tener nada que ver con la de Namjoon.

El rubio estaba extenuado de tanto naufragar entre olas de inseguridad y desvelo. Si aquel amor se trataba de menospreciar todo lo que él tenía para ofrecer, entonces no valía la pena sentirlo. No cuando alguien más sería escogido primero y puesto sobre un altar como un dios casi inexistente. Lee Dae Hwi era como una pared de hierro entre ellos, un obstáculo inderrumbable y Jimin comenzaba a cansarse de hacer valer su lugar.

No importaba cómo lo mirase, siempre terminarían en ese círculo vicioso que le perforaba el alma. Ciertamente quién siente más, sufre más y recibe menos. 

—Te veo mañana—Musitó el menor tratando de componerse después de ese momento que había compartido con su futuro cónyuge. 

Namjoon volvió a saborearlo con los ojos escoltándolo hacia la puerta misma que abrió con cortesía. Como era de esperarse, la mirada de Jimin tropezó con la del secretario de Namjoon quien ya se encontraba en la entrada como un perro guardián. El pelirosa sostuvo una risa ladina al ver la expresión en el rostro de Jimin, misma que no le duró mucho cuando notó los labios de Namjoon hinchados y el rubor que ya abandonaba las orejas del mayor. 

—¿De qué hablaron?—La osadía en preguntar fueron los detonadores de una molestia silenciosa en Namjoon quién no respondió—¿Mmm?—Cuestionó nuevamente el secretario al tiempo que besó los tensos labios de su jefe. 

—Dae Hwi—Namjoon dijo con un suspiro cansado separándose con discresión—necesito que contactes al productor de Life in The Spotlight y le hagas saber que puede comenzar la instalación de las cámaras a partir de mañana. Gracias, por cierto puedes irte a casa temprano, voy a pasar tiempo con mis amigos.

La rabia ya comenzaba a recorrerle el cuerpo cuando su pregunta fue deliberadamente ignorada y había incrementado cuando Namjoon rechazó su beso. Sin embargo, rendirse no estaba entre sus planes.

—No necesitas mentirme, diciendo que vas a cenar con tus amigos. —Lloriqueó—Si tienes una "cita" con ese... quiero decir tu prometido... 

—Dae Hwi—Lo interrumpió el mayor tirando la cabeza hacia atrás—No te digo mentiras, no tengo motivos para hacerlo. Ni tú tienes motivos para cuestionarme, si alguien puede hacer eso es Park Jimin, quien se va a casar conmigo y hasta ahora no lo ha hecho. Me voy temprano y no regreso a casa, así que no te quedes despierto hasta tarde esprándome. —Namjoon besó su frente y acto seguido se enredó en su gabardina desapareciendo tras la puerta así sin más. 

Life in the SpotlightWo Geschichten leben. Entdecke jetzt