Cuarenta y tres

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La semana siguiente, estuvo llena de estrés, prueba de canapés y bebidas, y un poco más de estrés

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La semana siguiente, estuvo llena de estrés, prueba de canapés y bebidas, y un poco más de estrés. ¿Desde cuándo había que hacer tanto trámite para una reunión de cumpleaños?

Desde que pedí que saliese perfecta porque «tenía una invitada especial», y mi asistente se tomó mis palabras bastante en serio.

—¡Madeline! —grité desde mi oficina, me encontraba revisando algunas fotos que el equipo de marketing me había enviado para la gira.

—¿Café? —preguntó entrando al lugar, sonreí un poco negando y pedí que se acercase.

—No, no es café. Necesito que me confirmes si estas son todas las fotos de la gira, porque recuerdo que me tomaron algunas que no aparecen aquí.

—Déjame revisar en el archivo, y vuelvo. ¿Necesitas algo más? —preguntó. Pude observar que Madeline había tomado un poco más de confianza, ya no se veía tan nerviosa como al inicio.

—Sí. ¿Crees que deba cortarme el cabello? —dije, me vi en la pantalla.

—No lo sé, Julien. ¿Quieres cortarte el cabello? Puedo llamar a Jade si eso deseas. De todos modos, tengo entendido que le pediste que elija tu vestuario para tu fiesta de cumpleaños. —Madeline se detuvo para ver su tableta y asintió señalándola—. Aquí está. Tienes cita con Jade hoy a las cuatro de la tarde. Irá a tu casa para la prueba de vestuario, puedo añadir una cita para un corte de cabello.

—Solo coméntaselo y pídele que me diga qué opina cuando nos veamos. ¿A qué hora tengo ensayo? —pregunté mirando el computador, ella deslizó su pantalla y alzó las cejas.

—Tienes un ensayo programado para dentro de cuarenta minutos.

—¿Puedes reprogramarlo? Avísales a todos que me duele algo, no sé. ¿La cabeza? Sí, me duele la cabeza. Un montón. Me va a explotar.

—Si les digo que te duele tanto la cabeza, el señor Banks vendrá a revisar que todo esté bien.

—Bueno, diles que estoy indispuesto —dije. Madeline alzó una ceja—. Es decir, que no puedo ir a ensayar hoy. No es que esté indispuesto porque... —Me quedé callado. No sabía explicar cosas.

—Diré que reprogramas el ensayo para mañana porque estás ocupado con otras cosas, pero que el equipo de danza, y la banda pueden seguir con el ensayo habitual.

Asentí. Madeline era mejor con las palabras que yo.

Y como ya no tenía nada más que hacer en la oficina. Huí de ahí.

Kevin me esperaba como siempre en el estacionamiento de la empresa, y no tardó mucho en entender que estaba escapándome de los ensayos para ir a casa.

Al llegar, recibí un mensaje de Rob que decía: «Sé que te escapaste y no fuiste al ensayo, te lo perdono porque tu cumpleaños está cerca. No faltes a tus ensayos. Estamos a puertas de una gira mundial.

Luces, música y acciónWhere stories live. Discover now