¿No te pasó algo como que de pronto te vuelves un cantante famoso, ganas incontables premios, tienes muchos amigos y luego caes en lo más profundo de la soledad donde ya nadie te soporta y lo único que quieres es volver a tu pueblo con tus gallinas...
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Nick 🦋 «buen viaje, avísame cuando llegues a tu casa, por favor» 16:25
Le escribí en el aeropuerto, mientras subía al auto de regreso a casa.
Bianca 🦋 «Gracias. Estoy en casa» 02:35
Respondió varias horas después.
Resumir lo que estaba sucediendo en mi vida era fácil y complicado al mismo tiempo.
Estaba ocupado, estresado, triste y feliz.
Nick 🦋 «Hola, Bianca!! Cómo estás?» 18:44
Le escribí un día.
Bianca 🦋 «Hola, Nick. Mi familia me capturó desde el día uno. Me hicieron una fiesta de bienvenida, ahora paso todo el día trabajando en la pizzería. Espero que estés bien!!» 20:11
La época Navideña se asomó tan pronto como mi estrés. Y es que me encantaban aquellos días cuando era pequeño, no cuando yo debía encargarme de toda la preparación, además de buscar a mis padres en el aeropuerto.
Bueno, en realidad quien se encargaba de la cena era Madeline y el que iba a manejar al aeropuerto era Kevin.
Pero yo había dado todas las ideas.
—¡Madeline! —la llamé, estaba en la oficina de Hook Records revisando algunos diseños de promoción para la gira. Rob me dejó elegir el que más me gustara. Se sentía bien ser parte de ello.
—¿Sí? —Se asomó.
—¿Me veo bien? —pregunté nervioso, ella alzó un poco la ceja, se veía confundida—. Mis padres llegan en dos horas y ni siquiera sé si elegí bien el atuendo. Quiero que todo salga perfecto. Van a venir por primera vez, tampoco conocen la casa. Pediste que limpien bien todo, ¿verdad?
Madeline me sonrió tranquila.
—Te ves bien, elegiste el atuendo adecuado. Y no te preocupes. Está todo bajo control. Tu casa está impecable y la cena de bienvenida de hoy va a salir perfecta, al igual que todas, hasta la fiesta de Navidad. He contratado a la mejor empresa de decoración de Counterville, ya verás hoy cómo quedó.
—¿Segura? —pregunté, ella asintió.
—Me enviaron algunas fotos hace un momento. —Madeline me mostró su tableta y deslizó sobre la pantalla para enseñarme el trabajo que habían hecho.
La casa estaba preciosa.
—Me dejas más tranquilo, gracias —comenté.
Caminé hacia mi pequeña nevera y saqué un energizante.
Lo bebí rápido y tomé un poco de aire al terminar.
—¿Tenías sed? —bromeó, yo reí y encogí los hombros.
