Seis

8.4K 1.4K 1.2K
                                    

—¿Qué pasó ahí? —preguntó Andrew luego de un pequeño silencio incómodo en su oficina

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Qué pasó ahí? —preguntó Andrew luego de un pequeño silencio incómodo en su oficina. Nos citó en cuanto supo que ambos estábamos en sus dominios.

—No sé de qué hablas, tío —Bee fue la valiente en hablar primero.

—Yo te voy a decir de qué hablo —Andrew presionó algunos botones y la pantalla gigante que estaba detrás de él se encendió con la foto que The Orb había publicado.

—Yo solo veo a dos amigos abrazándose, Andrew —hablé como si no tuviera miedo de que me aniquile. A sus ojos, yo estaba saliendo con su única sobrina y no sabía cuál iba a ser su reacción.

—Es exactamente lo mismo que yo veo. ¿Hay algun problema, tío? —preguntó Bee, ella estaba manteniendo tanto la calma, no sabía cómo lo hacía. Años de práctica, supuse.

—Bien, les creo. Pero si no quieres que te involucren con mis estrellas, como dices tú, vas a tener que ser más cuidadosa, Bee.

Entonces ahí sí me acomodé en el asiento y se me fue el temor.

—Pero si los dos estamos en la foto, ¿por qué solo le llamas la atención a ella? —Andrew me vio con una ceja alzada.

—Porque tiene que saber comportarse. —Yo iba a hablar y Bee se rio para luego levantarse.

—Ya escuché demasiado. Ni mis padres me hablan así, tengo suficiente con que me obligues a asistir a tus eventos por el trabajo, pero no vas a meterte en mi vida.

—Ah, bueno. Entonces ve quién termina de pagar tu carrera universitaria, Bee.

—No voy a seguir discutiendo contigo de esto frente a Nick, tío. Solo te voy a decir que nunca te pedí que lo hagas, tú lo ofreciste. Así que si no quieres hacerlo más, no me voy a molestar. Puedo conseguir otro trabajo y pagar mis estudios.

—Oye, solo fui bueno, tu papá no tenía dónde caerse muerto, ¿qué ibas a hacer? Además, ¿cómo vas a trabajar ahora con lo que está pasando con tu mamá?

—Mañana traeré mi carta de renuncia —espetó ya enojada, nunca había visto a Bee así. Ella parecía ser una persona que no podía enojarse tanto. Pensé mal. Estaba roja y jugaba con sus manos todo el tiempo que estuvo en la oficina. Cuando se fue, solo éramos Andrew y yo. No sabía qué decir, Bee me había sorprendido.

—Ya se le va a pasar —Andrew se rio y sacó un cigarrillo del cajón de su escritorio, me ofreció uno y me negué.

—No, gracias. Si no tienes otra cosa que decir, me voy.

—Puedes irte —Guiñó el ojo y me levanté enojado. ¿Quién se creía que era?

Salí de ahí y corrí por el pasillo buscando a Bee, no la veía por ningún lado y nadie sabía dar una respuesta clara. De pronto se volvió polvo y desapareció.

Luces, música y acciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora