Capítulo 13

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Adaline

Me senté junto a Tom y Chas esa mañana mientras almorzábamos, Tom venia del aula de computación y había impreso un montón de papeles en donde hablaba sobre diversas becas con las cuales aplicar. Por momentos pensaba que Tom estaba siendo algo drástico, la sugerencia que yo le había hecho, a mí no me parecía tan descabellada, pero respetaba su decisión, lo que me hacía algo de ruido era el hecho de que su padre pudiera pagar sus estudios sin problema alguno y el ocupara la beca de algún otro estudiante que realmente no pudiera costearse la carrera, dudaba que su padre fuese a ser tan cerrado con el asunto de la actuación, algo me decía que tarde o temprano lo aceptaría, pero si no lo hacía, entonces sí, quizás necesitaría explorar todas sus opciones desde ahora.

Ese día volví a casa en el tren, sola porque Chas se fue con su novio y Tom se quedó a la práctica y después de eso tenía que ensayar en el teatro. Cuando llegue a casa, para mi sorpresa mis padres estaban comiendo, con una notoria tensión entre ellos, pero con decencia, aun así me emociono porque había visto a Papá más bien poco.

Hoy habían preparado una ensalada y pescado, comencé a comer, emocionada más bien por la compañía y no por los alimentos, mi padre comenzó a contarme un par de cosas sobre cómo habían estado sus jornadas de trabajo últimamente, mientras mi madre se dedicaba enteramente a cortar, masticar y engullir sus alimentos con tal devoción que cualquiera podría pensar que no estaba a dieta o que por fin le había calado el hambre.

-No adivinaras quien me llamo hoy Adaline...- pregunto mi padre mientras se pasaba un bocado de comida con un grande trago de agua.

-Pues, no sé quién podría haberte llamado Padre.- me encogí de hombros y casi sin querer empecé a jugar con mi comida.

-El mismísimo Peter Salovey, de Yale, al parecer ya enviaron la carta para concretar la cita de tu entrevista pero, te han dado a elegir varios días, solo tendrías que elegir la fecha en la que te parece mejor, solo tenemos que esperar a que llegue esa carta.- sentí que las manos me sudaron, que mi corazón se detenía y de pronto la cara me dolía de tanto sonreír, mire a mamá, ella estaba sonriendo también, mi padre también había dejado escapar una sonrisilla, aunque seguía intentando hacerse el duro.

-¿Yo puedo elegir el día? ¿No es un poco fantasioso?- exclame, olvidándome por completo de mi comida.

-Bueno, para un ser humano normal, sí, pero tú eres brillante y además, eres una Maxwell y su hermano y yo hemos sido grandes amigos desde la universidad así que, nos están otorgando un favor.

-¡Papá! ¡Mamá! ¡Esto es tan emocionante!- ambos se miraron y se sonrieron como cuando era una niña y abría mis regalos de navidad.

-Lo mejor para mi princesa y si mi princesa quiere ir a Yale como su abuela, pues, ira a Yale, moveré las fichas que tenga que mover.- me levante de la mesa emocionada y bese a mi padre en la mejilla abrazándolo sin cuidado alguno, tirando la copa de agua y disculpándome enseguida, mi padre contento también, ni se inmuto, después corrí y abrace a mi madre. Después de mucho tiempo creo que ellos se brindaron alguna especie de mirada amorosa.

Llame a casa de Tom esa tarde, pero seguía ocupado en la práctica, estaba tan emocionada que sentía que no podría dormir esta noche. Tendría que esperar hasta mañana para contarle.

Para la mañana siguiente, la carta de Yale había llegado, esta carta era meramente formal pues en realidad tenía que enviar un correo electrónico agendando mi cita. Aun así este pedazo de papel me había brindado, desde antes de su llegada una felicidad que podía comparar con muy pocas cosas en mi vida.

When we were youngDonde viven las historias. Descúbrelo ahora